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El cumplimiento preciso, completo y sin retrasos del Plan de Alimentación Escolar (PAE) es fundamental para alcanzar el objetivo de tener niños y jóvenes bien nutridos en las escuelas y colegios, que puedan aprender bien todo lo que se les enseña y rendir adecuadamente en sus obligaciones académicas, y más adelante ser egresados que van a poder trazar un rumbo de éxito en cualquier campo de acción laboral que quieran abarcar.
Si no se cuenta con ese alimento, los resultados en calidad educativa seguirán siendo deficientes, e incluso cabe la posibilidad de que los estudiantes pierdan el interés de ir a los establecimientos educativos, y que empeore el fenómeno de deserción escolar. Si hay algo que deba funciona sin fallas, si hay algo a lo que se le debe dar prioridad, eso es tener un PAE que funcione perfectamente, y que incluso logre tener una cobertura total desde el primero hasta el último día del calendario de clases, e incluso lo deseable sería garantizar los 365 días del año.
Por eso, es lamentable que haya ahora municipios caldenses que no tienen la seguridad de poder entregar los alimentos completos a los estudiantes en lo que resta del 2022, con el argumento de que no se cuenta con los recursos suficientes para cubrir dicha inversión. Es absurdo que cuando todavía falta un mes en el calendario escolar, y se está en el remate del año, se diga que no hay cómo completar el PAE en varias instituciones educativas. Eso demuestra una increíble imprevisión y falta de criterio. Lo ocurrido este año, con tutelas, suspensiones, llamado de la Procuraduría y contratación polémica, fue lamentable. 
Más que sorpresa causa desazón y enojo que se diga ahora que solo pueden entregar refrigerios, cuando es sabido que muchos niños y jóvenes caldenses solo tienen la posibilidad de almorzar decentemente, gracias al almuerzo escolar. ¿Si algo tan básico y lógico no se cumple, qué podemos esperar de los resultados educativos, en general? Si se sabe el número de estudiantes desde comienzos del año, y se tiene conciencia clara de las características del calendario escolar, no hay disculpa que valga para que los niños y jóvenes no reciban sus alimentos desde el primero y hasta el último día de clases, al menos.
Por más que se trate de dar explicaciones no se entiende la razón por la que se firman contratos incompletos, y luego se hacen anexos a esos contratos que también resultan insuficientes. El panorama es peor si pensamos en la estrategia de jornada única, que también se ve afectada ante la imposibilidad de que los estudiantes puedan almorzar en los planteles. Siempre se dice que todo está bajo control, pero la realidad es que cada año es la misma historia de coberturas incompletas y atención deficiente en la ejecución del PAE en Caldas.

El presidente Gustavo Petro ha dicho que pretende llevar alimentación escolar a todos los estudiantes de escuelas y colegios públicos de Colombia, y durante todo el año. Eso es algo positivo, si se concreta, y puede arrojar resultados excelentes si se da continuidad. Ojalá se haga, realmente, y que no haya un solo estudiante de establecimiento público en el país que estudie con hambre, que el alimento no le falte un solo día, y que así sus buenos aprendizajes se conviertan en conocimiento de calidad, en soluciones a los grandes problemas que enfrenta el país, y en conjunto, se consolide una sociedad sana y fructífera. Para ello, un elemento esencial es que el PAE realmente funcione de la manera correcta.