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En menos de un mes, Gustavo Petro incurre en otro desliz sobre la independencia de poderes en Colombia. A inicios de mayo, desde España, afirmó que como presidente de la República era el jefe del fiscal general de la Nación, Francisco Barbosa, lo que desató rayos y centellas de la Rama Judicial. El lunes, la ligereza del mandatario nacional llevó a reaccionar al Consejo de Estado, a cargo de la jurisdicción de lo contencioso administrativo en el país. Petro cuestionó, sin decir quién, las decisiones tomadas en los últimos días en temas electorales frente a la suspensión de la elección del contralor general, Carlos Hernán Rodríguez, y de Roy Barreras como presidente del Senado.
El presidente volvió a manejar el tema por su medio preferido para dirigirse a los colombianos, Twitter, aunque no todos los ciudadanos tengan cuentas por esta red social ni la consulten para enterarse de las acciones del Gobierno nacional. Escribió: “A propósito se han dado cuenta que le están quitando los votos de los congresistas del Pacto Histórico suspendiéndolos con órdenes administrativas? Es decir están cambiando de facto la representación política en el Congreso que el pueblo eligió. Le quitaron al Pacto la Presidencia del Congreso y ahora sus votos. Es el golpe blando”. El Consejo de Estado no se hizo esperar, porque es el organismo que falló sobre ambos casos, y expidió un comunicado desmintiendo que haya emitido órdenes con los efectos que el presidente señala.
Le recuerda el alto tribunal al presidente, que las decisiones que profiere no tienen otro objeto que acatar de forma rigurosa la misión que el constituyente le impuso; decidir basado en derecho y en la juridicidad, como máximo juez en estos asuntos. Cuestionar de esa manera lo que el Consejo de Estado falla es desconocer la independencia y autonomía que tienen los magistrados y todos los que están vinculados a esta Rama, ajenos a controversias políticas e ideológicas como lo menciona el comunicado. Pero al presidente sí lo expone. Lo difundido por su cuenta de Twitter, sea escrito por él o por algún colaborador de confianza como se ha dicho, claramente se puede tomar como participación en política, en defensa del grupo que lo avaló y lo llevó a ganar la Presidencia.
El presidente, sin embargo, para bajarle temperatura a este asunto que lo enfrenta con el poder judicial, cambió de discurso y volvió a trinar: “Dejen de mentir. Yo no he señalado al Consejo de Estado en impedir la continuación de la presidencia del Congreso en manos del Pacto Histórico, el partido mayoritario. ¿Acaso el Consejo de Estado determina las mesas del Congreso?”. Inculpó además a varios medios de comunicación nacionales por titulares mentirosos y hasta los trató mal porque actuaron fruto de lo que él llama ignorancia, y explicó en otro largo trino que se estaba refiriendo es a la Procuraduría. Este reversazo lleva es a dudar de la seriedad de sus posiciones públicas.

El presidente Petro debe hacer un alto en el camino con respecto a su forma de comunicarse con el país. Revaluar si hacerlo por cualquier red social es lo más adecuado, ya que poco le permite explicar para que sus gobernados entendamos lo que quiere decir. Debe más bien analizar si es mejor hacerlo a través de canales oficiales que permitan reposar y analizar los mensajes que saldrán con su firma a través del amplio grupo de comunicadores que tiene la Presidencia. Esto le evitaría muchos choques y dolores de cabeza.