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Es legítima la preocupación que se tiene hoy en el Eje Cafetero por la incertidumbre alrededor de la realización de los Juegos Deportivos Nacionales del 2023. Los escenarios deportivos, en su mayoría, están en pañales, y la Contraloría General de la República habla de un retraso del 77% en su ejecución, que ni siquiera ha comenzado en el caso del departamento del Quindío. En Risaralda la situación es parecida, mientras que los pocos avances en Caldas tampoco garantizan que todo pueda estar a tiempo para las competencias, previstas para realizarse en menos de 9 meses.
Actualmente no hay director ni subdirector para la organización del campeonato y los diferentes procesos de preparación de las justas están parados. Los secretarios del Deporte en la región le adjudican hoy al Gobierno Nacional toda la responsabilidad del atraso que se tiene, pero también es cierto que los encargados en la región se han equivocado mucho en las acciones preparatorias y que al actual gobierno se le puede responsabilizar por el semestre reciente, pero no por lo anterior, y es que desde el 2018 comenzó el proceso y los avances son mínimos.
El hecho de que en Armenia ni siquiera se hayan contratado los escenarios solo es responsabilidad de la administración local y de quienes estuvieron al frente de la gerencia de los Juegos hasta ahora. Si en Pereira tampoco se avanza en la adecuación y construcción de escenarios solo se debe a las administraciones locales que poco han avanzado en esa tarea, y de Caldas ni se diga: en los coliseos solo se hicieron algunas obras de demolición, que quedaron a mitad de camino, pero los trabajos de modernización de esos escenarios no arrancan. Solo las obras de aguas abiertas en Chinchiná tienen algún avance no desprovisto de dificultades.
Desde la región se ha criticado que con la llegada del nuevo gobierno y, específicamente, de la ministra María Isabel Urrutia, se perdió la comunicación con la región y que eso ha llevado a que los procesos se vean congelados. Frente a esto, si bien la mayor responsabilidad es indiscutiblemente de quienes han tenido la responsabilidad en el Eje Cafetero y se han demorado demasiado en avanzar (incluso por peleas entre secretarios del Deporte en Caldas y Manizales), es necesario que desde el Gobierno Nacional se le dé agilidad a esta iniciativa, a ver si es posible que se cumpla con lo previsto.
Pareciera que hay intereses de algunos para que los Juegos que antes solo estaban previstos para realizarse en el Eje Cafetero terminen, en buena medida, realizándose en el Valle del Cauca. No obstante, si eso llegara a pasar la responsabilidad no sería solo del Ministerio del Deporte, sino de quienes en las regiones no han actuado con la celeridad y seriedad que se requiere.

Debemos recordar que, en agosto del año pasado, en un foro realizado por LA PATRIA, observando la coyuntura del cambio de gobierno, se concluyó que no se podía perder más tiempo para no poner en riesgo la realización de los Juegos Nacionales en la región. De hecho, tres días antes de irse del gobierno, el entonces ministro del Deporte, Guillermo Herrera, firmó en Pereira los convenios que hacían falta para asegurar los recursos de la Nación, pero la verdad es que tampoco desde las regiones estos procesos han fluido. Urge que se tomen decisiones y que se despeje el panorama.