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La Asociación Cívica Centro Histórico de Manizales convocó, igual que hace cuatro años, a los candidatos a la Alcaldía de la ciudad con el fin de conocer sus iniciativas para recuperar esta importante y deteriorada zona. Su intención es la de lograr que se potencie este sector y se entienda cómo se lograrían los resultados, teniendo en cuenta que en el cuatrienio que termina se incrementó el deterioro del centro en general. La declaratoria se concretó mediante decreto 2178 del Ministerio de Educación, en diciembre de 1996. Hubo entonces muchos planes y se hicieron algunas cosas, pero poco a poco las diferentes administraciones se fueron olvidando de las posibilidades que ofrece lograr este reconocimiento.
Es un desperdicio el que hace Manizales de este espacio que aún sorprende a quienes se detienen a observar la belleza de ciertas edificaciones y del conjunto. Basta entrevistar a cientos de personas que se hospedan en los hoteles del centro de la ciudad para darse cuenta de que no existe una política de turismo que invite a los turistas a fijarse en las joyas arquitectónicas, ese conjunto art decó que llevó a que se diera la declaratoria de Patrimonio Cultural de la Nación sigue sin ser un valor agregado, más allá de lo que han hecho en edificaciones puntuales algunas personas e instituciones, como la Catedral.
Atrás han quedado las ideas de reglamentar la publicidad exterior visual, de regular el espacio público, de impedir la desinstitucionalización, de mejorar la seguridad, de brindar beneficios tributarios que se vean reflejados en el embellecimiento y conservación de los inmuebles. Y todo esto sucede, como en otras materias de la actual Alcaldía, desaprovechando la mano que ofrece una comunidad organizada como la Asociación Cívica Centro Histórico, que aporta estudios, comparaciones con otros centros similares, voluntad de propietarios de bienes de interés cultural para sumar, entre otras posibilidades. Las recomendaciones de estos dolientes poco o nada han sido tenidas en cuenta y cada vez recuperar el lugar se vuelve más complicado, porque en el desorden hay muchas personas que creen tener derechos adquiridos, algo que resulta ilógico si termina por afectar a los demás.

Cómo se ha vuelto ya reiterativo en cuanto candidato se ha postulado en busca del favor popular, dicen apostar por el turismo como fuente ingresos y de empleo, pero parecen no darse cuenta la mayoría de que este es un objetivo legítimo, pero que los resultados no se dan por generación espontánea. Si bien la ciudad tiene unos atractivos que están allí para que los turistas los recorran, el deterioro del centro de Manizales, la imposibilidad de caminar tranquilamente por la carrera 23 por la inseguridad y la abrumadora invasión del espacio público, la contaminación visual, la prostitución, el expendió de drogas generan una percepción de inseguridad, que difícilmente alguien se siente tranquilo de invitar a los turistas a que recorran el centro y menos en horas de la noche. Es un hecho notorio, pero hay oportunidad para lograr resultados y esto requiere menos politiquería y más decisiones para aprovechar ese centro histórico que se apresta a ser centenario.