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En tiempos de gobernantes que parecen más dictadores al convertir su mandato en peligrosos gobiernos totalitarios; hay que reconocerle al alcalde de Manizales, Jorge Eduardo Rojas Giraldo, que haya escuchado el sentir de parte de sus gobernados y sin reparo desechara cobrar valorización en varios sectores de la ciudad para hacer cinco proyectos de infraestructura que viene proponiendo. Sin embargo, parece haberse dejado seducir prontamente por esta petición, que mucho tiene que ver con intereses políticos de algunos solicitantes, no de todos, porque definitivamente el crecimiento de Manizales es una demostración de que no se puede estigmatizar la figura de la valorización.
Claro que hay satisfacción ciudadana, porque el país no atraviesa un buen momento económico para tener que asumir más cargas contributivas, especialmente en los estratos más bajos; sin embargo, el alcalde debió haber tenido en cuenta que hay ciudadanos y zonas industriales y comerciales con capacidad de pago y otros a los que se les habría podido aplicar la valorización bajo esquemas de pago más largos y con intereses más bajos. Son cosas que se pueden hacer y habría tenido menos riesgos. Que el alcalde Rojas anuncie que el Municipio asumirá en solitario el costo de los proyectos, con seguridad pondrá en peligro el desarrollo de una o de varias iniciativas que va a tener que posponer. La valorización se ha aplicado en la ciudad en muchas ocasiones a través de otros alcaldes y hoy son visibles sus resultados en soluciones de infraestructura que no hubiesen sido posibles sin el aporte de los ciudadanos.
Está bien que el alcalde Rojas considere que “no se trata solo de construir obras, se trata de construir una Manizales que piense en su gente”, pero de este discurso se debe pasar a ponderar estrictamente de dónde van a salir los dineros. El esfuerzo para desarrollar los proyectos planeados vía valorización se tendrá que hacer con los recursos propios o por medio de créditos que ampliarán el endeudamiento del Municipio y en eso se debe ser muy cuidadoso. A Rojas le criticaron que estuviera pensando en valorización cuando el Concejo le había aprobado un empréstito por $120 mil millones, y le pedían que usara esos recursos.
Este crédito estaba pensado para hacer la remodelación de la Plaza de Mercado, proyectos de vivienda, el Manizales Arena y el parque Recreodeportivo en San José. Exceptuando el Manizales Arena, todas las otras obras son necesidades de ciudad para resolver problemas sociales, como las invasiones por ejemplo. Ese es el mayor riesgo que se corre para darle cabida a otros proyectos y de nuevo la ciudad tenga que seguir esperando en estos frentes. El alcalde asegura que para desistir del cobro de valorización revisaron el presupuesto del 2025, gestionaron nuevos recursos y optimizaron el crédito de los $120 mil millones.

Se espera que el alcalde Rojas y su equipo hayan hecho el mejor ejercicio de prospectiva financiera, de manera que no se vaya a quedar ningún rubro sin cubrir, de los tantos que exige administrar una ciudad, con tal de hacer estas obras y en el afán de tapar el hueco que quedará por la falta de la valorización. Es muy importante saber leer el querer ciudadano, pero lo más primordial es mantener las inversiones municipales sin que nada, ni nadie, tenga que salir sacrificado.