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Creer en Caldas se llama la revista que anualmente por estas calendas circula con LA PATRIA y que en esta vigencia se compartió con los lectores la semana pasada. Se trata de un recordatorio del lugar en el que estamos parados, lleno de privilegios por sus climas derivados de los pisos térmicos, por la feracidad de la tierra, por encontrarse el territorio en medio de lo que ha sido conocido como el Triángulo de Oro de Colombia, por sus sitios emblemáticos y, por supuesto, por su gente. Este crisol de caucanos, tolimenses y antioqueños, como lo recordó recientemente el historiador Álvaro Gârtner ha gestado una identidad que forja el carácter y que demuestra siempre aprendizajes ante la adversidad.
Ese crisol quedó demostrado en las páginas que principalmente estuvieron presentes en esta revista. Se trata de personas originarias de cada municipio, quienes dieron su visión para el futuro. Se permitieron soñar y a fe que lo hicieron, la mayoría con los pies en la tierra, pero también demostrando el tesón con el que se cuenta en cada localidad para potenciarlas de una vez por todas. Tuvimos jóvenes estudiantes de colegio, también universitarios, empresarios, líderes comunitarios, víctimas del conflicto, representantes de la comunidad LGBTI, para insistir en que la diversidad es una fortaleza.
Sabemos que hay dificultades. La falta de unas vías de mejores especificaciones para conectar los municipios del Oriente y del Norte de Caldas, sobre todo, sigue siendo un pendiente. Cada tanto se hacen anuncios de que se hará esto o se acudirá a aquello, pero la realidad es que seguimos recorriendo las mismas carreteras que se abrieron hace un siglo a pica y pala, y apenas les han hecho unas mejoras. Ni hablar de las vías veredales, algunas un poco mejoradas por las inversiones en placas huella y por el apoyo de los combos de maquinaria, pero también se sabe que esto no soluciona los problemas de fondo.
La conectividad sigue siendo un gran problema, incluida la incertidumbre sobre Aerocafé, y teniendo en cuenta que el turismo es a lo que apuesta la mayoría de municipios. Se requiere pasar de los estudios a los hechos, se debe permitir que los empresarios, siempre dispuestos a aportar, aprovechen escenarios que se hicieron para promover la llegada de turistas, pero que se deterioran a los ojos de todos porque alguien no quiere permitir su aprovechamiento. Una verdadera traba, también hay que prestar especial atención a los llamados de atención y a los operativos que han demostrado con creces que sí hay interés de grupos armados de volver al territorio que ya fue afectado por ellos y que apenas empieza a recuperarse.

Pero lo que más piden los ciudadanos es que haya un verdadero propósito colectivo, incluyente y amplio, que los actores políticos sean capaces de superar sus barreras sectarias y trabajen en conjunto por un bien común. El mayor capital con el que se cuenta es el de la gente y a esta es a la que se tiene que poner en el primer renglón de prioridades. Esto lo decimos para que tomen atenta nota los candidatos a Gobernación de Caldas y a las alcaldías. Por ejemplo, es una lástima que se haya perdido la oportunidad en las pasadas elecciones de Congreso o en las que vienen del 29 de octubre de votar por un área metropolitana del Centro-Sur. Todo porque las vanidades de algunos no quisieron sumar en lo colectivo. Ese es el mayor error que debemos superar.