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Es muy lamentable lo ocurrido el viernes en el barrio Los Alcázares de Manizales: la muerte de un hombre de 69 años; las cuatro personas que quedaron heridas, una de ellas con graves quemaduras y que fue remitida a UCI, y las afectaciones estructurales en dos predios donde hay siete viviendas. Una explosión y posterior incendio sorprendió a sus habitantes al amanecer. En la casa del fallecido se encontró pólvora, que al parecer se comercializaba, lo que es motivo de investigación y análisis de la Policía y de la Secretaría del Interior. Lo inquietante es por qué en un barrio residencial de la ciudad se encontraban estas peligrosas sustancias si no está permitido.

Hay que recordar que sigue vigente el Decreto 233 de 2001 que prohíbe en Manizales la fabricación, almacenamiento, transporte, distribución, venta y uso de pólvora, fuegos artificiales y artículos pirotécnicos. La secretaria del Interior, Paula Andrea Sánchez, deja claro que en el Plan de Ordenamiento Territorial actual no está permitida la tenencia y comercialización de pólvora en el área urbana, ni ha dado avales para ello. Muy delicado si se está ejerciendo la actividad de polvorería de forma ilegal en los barrios de la ciudad, pero más peligroso que haya personas comprando esos productos sin consideración alguna. Están exponiendo la vida y la salud propia y la de los que viven en los alrededores.

Lo advertimos en nuestro editorial del 8 de noviembre, se debería revisar si las campañas anuales y medidas de las administraciones están permitiendo disminuir el número de quemados y lesionados con pólvora, además de la distribución y venta de estas sustancias, o ya hay que cambiar de estrategias. Entre el 15 de enero y el 25 de octubre de este año, tiempo frío, hubo 11 quemados en Caldas, adicionales a los 47 del periodo de vigilancia epidemiológica comprendido entre el 1 de diciembre del 2023 y el 14 de enero del 2024, considerado el de mayor incidencia por las festividades de diciembre y fin de año.

Si este último caso ocurrió en Manizales, donde hay una reglamentación que se debería cumplir, qué esperar de otros municipios de Caldas en los que, a pesar de los hechos lamentables, los gobernantes no se deciden a expedir decretos que prohíban la pólvora cuando es usada arbitrariamente. Cuántos accidentes, heridos y tragedias más hay que sumar para entrar en razón. Diferente que estos materiales sean manipulados por personas expertas, que emplean equipos y técnicas seguras y actúan con permisos de las autoridades, como ocurre para algunas actividades económicas y de seguridad o en eventos como la Feria.

La Alcaldía de Manizales, como parte de los dispositivos de seguridad para estas fechas, pagará recompensas a quien denuncie polvorerías ilegales en la ciudad; advierte que si se identifica a un menor de edad utilizando explosivos ilegales, la Policía interpondrá comparendos a sus acudientes. La ciudadanía puede ayudar mucho, denunciando ante las autoridades los comercios ilegales de pólvora en los barrios, pero también a quienes la compran y usan, porque todos son igual de dañinos. Hay que aprender a celebrar sin pólvora, la responsabilidad es de cada uno.