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Pese a que ya el juez del Distrito Sur de Florida (Estados Unidos), Robert Scola, rechazó el argumento de la inmunidad diplomática del empresario colombiano Álex Saab, supuesto testaferro del presidente venezolano Nicolás Maduro, con lo que tendrá que responder por blanqueo de dinero, los hechos recientes en el vecino país han jugado, en su mayoría, a favor del polémico mandatario chavista.
Hay que recordar que Saab fue detenido en junio de 2020 cuando realizaba una escala de reabastecimiento en Cabo Verde, país que aprobó su extradición a Estados Unidos, país que asegura que el detenido realizó transacciones de unos 350 millones de dólares ilícitos para Maduro, a través del sistema financiero de Estados Unidos. El gobierno venezolano creyó que haberlo nombrado como su representante ante Rusia para tramitar la consecución de alimentos y medicinas era suficiente para salvarlo de que tuviera que confirmar esos hechos ante la justicia estadounidense.
Ahora bien, a favor de Maduro se han tomado varias decisiones y han ocurrido varios hechos, como la autorización que el gobierno estadounidense de Joe Biden le dio al gigante energético Chevron para operar en Venezuela. Incluso un sector de la oposición firmó un acuerdo para gestionar la liberación de 3 mil millones de dólares bloqueados en el extranjero por sanciones, con intermediación de las Naciones Unidas en su administración, a fin de destinarlos supuestamente a proyectos sociales.
Adicionalmente, hace cerca de un mes el gobierno de Maduro y la oposición reiniciaron negociaciones en México, después de 13 meses de estar paralizado, y aunque existe la posibilidad de adelantar las elecciones en las que los opositores podrían contar con garantías democráticas, la realidad es que los adversarios políticos al régimen chavista están tan divididos que para el actual gobernante y sus amigos será fácil mantenerse en el poder. Incluso ya el presidente interino, Juan Gauidó, parece haber perdido el poco respaldo que aún conservaba.
Lo que se necesita con urgencia es que se establezca una fecha para los comicios generales el año entrante, y que los opositores logren vencer sus diferencias para adoptar un único objetivo de sacar del gobierno a los chavistas por vía de las urnas, y que haya tantas garantías que el resultado que se obtenga no deje la menor duda acerca de su legitimidad. No puede haber más concesiones a Maduro y sus secuaces mientras que el viraje a la democracia no sea un hecho y que el respeto de los opositores sea real.

Los diálogos entre los representantes de Maduro y los delegados de los opositores no pueden dar como resultado que el favorecido sea el régimen que ha estado restando libertades y llevando a su propio pueblo hacia la crisis humanitaria que afronta actualmente. La ventaja no puede ser para el verdugo, cuando se busca es que la democracia pueda regresar pronto a Venezuela y que las elecciones libres permitan la llegada de nuevos liderazgos que le ofrezcan un mejor futuro a ese país, lo cual también sería favorable para Colombia y el futuro de la región.