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En la Encuesta de Percepción Ciudadana que hace anualmente Manizales Cómo Vamos desde el 2012, 74% de las personas de distintos barrios y estratos dicen sentirse seguras en la ciudad. Sin embargo, la realidad de algunos dista mucho de esa cifra. Un informe publicado el domingo en LA PATRIA describió en detalle las amenazas y el desplazamiento al que siguen sometidas unas 20 familias del barrio Galán, perteneciente a la Comuna San José. Llevan desde el 2019 sin ley ni autoridad posible que frene a los violentos que los vulneran.
Poco se habla en Manizales de desplazamientos internos a causa de hechos de violencia en manos de bandas delincuenciales conformadas por jóvenes dedicados al microtráfico, que están ejerciendo el terror. Galán es un caso, pero puede estar pasando y desde hace tiempo en otros barrios de la ciudad, solo que sus víctimas callan por temor a recibir más represalias y así los victimarios quedan con la salvaguarda para continuar delinquiendo y haciendo de las suyas. Perpetúan su poder y lo ejercen como si fueran autoridad para amedrentar a los más débiles.
Las 20 familias de Galán, entre las que se cuentan niños, ancianos y personas enfermas, reportan que en cuatro años han tenido que huir y desplazarse a otros barrios en dos oportunidades para preservar su vida, todo por haber ejercido labores de liderazgo comunitario, que chocaban con los intereses de la banda delincuencial Los Mellizos, señalada por estos hechos. Las pocas denuncias de algunas víctimas no han arrojado la protección solicitada al Estado. Más bien se ha permitido que los agresores sigan intimidando, incluso desde la cárcel a donde fueron a dar sus cabecillas, pero al cumplir sus exiguas condenas vienen retornando el control de la zona y al tiempo las amenazas y las persecuciones a los denunciantes.
En estos casos, llega el momento en que a las víctimas solo les queda retornar a los sitios de donde fueron desplazadas, pues se acaban las pocas ayudas oficiales otorgadas y la necesidad los arroja de nuevo al riesgo. No han valido las quejas de vecinos ni las alertas emitidas por la Defensoría del Pueblo, que desde el 2018 advierte de serios peligros para comunidades vulnerables en las capitales del Eje Cafetero y que en Manizales recoge a quienes están en los barrios Galán, Sierra Morena, El Jazmín, La Avanzada, San José y la Galería, todos de la Comuna San José, en donde hay diferentes bandas que actúan en llave.

La Alcaldía de Manizales, a través de sus secretarías de Gobierno y de Desarrollo Social, debe actuar pronto y no darle largas a este delicado asunto que podría concluir en la pérdida de vidas por el talante de las amenazas proferidas contra quienes han regresado. La justicia también debe tener sus ojos abiertos y a través de organismos del Ministerio Público, como la Personería, ayudar a investigar y garantizar el goce de los derechos a quienes les han sido vulnerados. La inseguridad en Galán es una realidad soterrada y por eso se necesita la intervención del Estado. Nada justifica más víctimas y que los hechos victimizantes continúen aun habiendo sido denunciados.