Mauricio Lizcano quiere presidir el Congreso de la paz

Luis Francisco Arias B.

LAPATRIA | Manizales

El senador Mauricio Lizcano Arango espera con ansias el próximo 20 de julio, día en que está previsto que se convierta en el más joven presidente del Senado durante la historia republicana de Colombia.

Los astros parecen estar alineados para que los compromisos asumidos por los distintos partidos lleven a que este miércoles el joven político, de 39 años, nacido en Medellín, asuma las riendas del Congreso.

El arribo del dirigente del Partido de la U a la cumbre del poder legislativo se daría justamente cuando el país está a punto de dar un vuelco histórico, que pretende marcar un nuevo comienzo, en el que el papel de un presidente del Congreso será clave para darle perfil a ese futuro en paz.

El espíritu de Lizcano Arango parece estar bruñido para un momento como este. Su padre, Óscar Tulio Lizcano, estuvo secuestrado por las Farc durante ocho años y tres meses, y su hermano también lo estuvo por un tiempo corto. “Si algo sabemos quienes hemos vivido la violencia y hemos sido víctimas de la guerra es el valor de la paz. Uno de mis sueños más importantes, como posible presidente del Congreso y como ser humano, es que mis hijos no tengan que vivir lo que yo tuve que vivir”.

Hoy está convencido de que las circunstancias de la vida lo han conducido a asumir una gran responsabilidad. “Dios, la vida, mis compañeros y mis electores, que son los que me eligieron para poder estar acá, me pusieron en este momento histórico. Es también una ley de la compensación que una víctima de las Farc pueda presidir el Congreso de la paz”.

Paciente espera

Lizcano Arango, quien es el único candidato para ese cargo, se mostró prudente a la espera de que el 20 de julio se confirme su designación. “El día importante es el de la elección”, explicó. Como buen político, él sabe por qué lo dice.

Esa capacidad de esperar es una ganancia de su experiencia, porque desde sus inicios en la política a Lizcano se le ha conocido por ser ambicioso y acelerado. “Este no es el final de mi vida política, sino apenas el principio. Llevamos 10 años en el Congreso, desde que se creó el Partido de la U, en los que hemos construido una buena juventud con experiencia”.

Explica: “Soy una persona dinámica, hiperactiva, que permanentemente está produciendo ideas y llevándolas a la realidad. He aprendido a manejar mucho mejor los tiempos, a tener mejor inteligencia emocional, a saber hablar cuando hay que hablar y a callar cuando hay que hacerlo”.

Él mismo reconoce que ha madurado, y dice estar listo para asumir un desafío tan importante como presidir el Congreso. “Es un proceso de maduración en el ejercicio de lo público que hoy nos lleva a un momento de la vida en el que podemos tener equilibrio entre la dinámica y la prudencia, el respeto por los demás. Cuando uno representa instituciones no se está representando a sí mismo sino a muchas personas, y eso requiere maneras que se deben ejercer para hacer las cosas bien”.

Y remata: “Siempre he creído que en cualquier actividad del ser humano los resultados son muy importantes, el discurso en política es importante, pero más son los hechos”.

Jugado por la paz

Dice estar comprometido con ejercer ese cargo con perdón, con reconciliación, con humanismo, con respeto por el otro, con respeto por los partidos que no son afectos al Gobierno. “Creo que no solo hay que hablar de paz sino vivir la paz, la paz interior, la paz con los demás. Eso es importante en este periodo, demostrarnos la paz con acciones en el día a día”.

¿Dicha actitud en el ejercicio cotidiano de un presidente del Congreso cómo sería? “Eso es escuchar al otro, respetarlo y entender que la democracia son ideas contrarias, pero que también hay que construir consensos. Este es un escenario muy importante, estoy jugado por la paz, con toda la convicción y toda la energía, precisamente porque sé lo que es el dolor de la violencia”.

Una muestra práctica de tal convencimiento es su actual relación con el senador Armando Benedetti, presidente del Partido de la U, con quien tuvo un serio altercado hace varios meses y que es hoy el jefe de debate de su candidatura. “Estamos muy bien, muy cercanos, trabajando en equipo. En medio de las diferencias que en algún momento tuvimos, pudimos construir un bonito compañerismo y creo que es uno de los aliados importantes que tengo para llegar a la Presidencia del Senado”.

Otro amigo suyo (que incluso apadrinó su matrimonio), pero que hoy se encuentra alejado, es Álvaro Uribe Vélez, expresidente y senador del Centro Democrático, quien podría no respaldarlo en su aspiración.

Frente a esa situación Lizcano Arango se muestra cauto: “Todavía no ha dicho que no, esperemos. Hasta ahora no me ha dado el apoyo, ha dicho que van a hacer unas reuniones de bancada. Esperemos el 20 de julio a ver qué pasa. Espero que, como lo han hecho los otros partidos, también el Centro Democrático me pueda respaldar. No tenemos más qué ofrecerles que garantías, porque estamos comprometidos con la agenda del Gobierno”.

Compromisos

Al ser antioqueño y haber comenzado su carrera política en Caldas, Lizcano Arango tiene el doble compromiso de representar a dos regiones. En las pasadas elecciones, de hecho, obtuvo más votos en el vecino departamento que en el nuestro, pero el líder político sabe que al comparar potenciales electorales la proporción de seguidores suyos es mayor en Caldas.

“Mientras que Antioquia tiene seis millones de habitantes, Caldas tiene cerca de un millón. Tengo un gran compromiso con los caldenses, estoy preparado para asumir retos importantes y voy a dejar unos resultados concretos”.

Agregó que los caldenses pueden estar tranquilos, porque “allá está uno de sus mejores hombres defendiendo permanentemente a su departamento”.

De posesionarse como presidente del Senado, el joven líder político tiene la idea de establecer unos enlaces permanentes con Caldas y con Antioquia. “Caldas puede tener la certeza de que va a tener un presidente del Congreso caldense jugado por sus proyectos y en defensa del departamento”.

El dirigente de La U sabe de las expectativas que hay en Caldas. “Pienso que mi paso por la Presidencia del Senado, de lograrse, tiene que servir para que haya una transformación en Caldas. Algún granito de arena tendremos que aportar en la historia y algo tendremos que dejar en ella para que no solo sea un honor personal, sino una oportunidad para todos”.

Respaldos

Además de sus copartidarios de La U, los senadores liberales, conservadores, polistas, verdes, de Cambio Radical, Opción Ciudadana y los indígenas le han manifestado su apoyo. “Estoy muy honrado de que mis compañeros me den su voto de confianza, y espero que eso se traduzca en votos el 20 de julio, para ser el presidente del Congreso”.

¿Qué han visto en él para respaldarlo?: “Una persona juiciosa, comprometida con los temas del país; ven nuestra capacidad de liderazgo, de transparencia y de trabajo en equipo para que el Congreso cumpla las expectativas que tiene el país. Ven que somos trabajadores, que logramos consensos, que somos personas de palabra y trabajamos siempre por el bien de los demás”.

Lo más querido

Se siente orgulloso de que 7 de 21 proyectos presentados por él desde julio del 2014 hoy sean ley. Destaca tres: “El de lucha contra la pobreza es una ley hermosa que va a disminuir los índices de pobreza en nuestro país, porque crea la Red Juntos como política de Estado. También el del seguro al desempleo, siempre he creído que el empleo es la principal política social. Otro que me hace sentir orgullo es la ley que le transfiere a la educación $1,5 billones de cuentas abandonadas en los bancos”.

Tiene aún la expectativa de que dos proyectos suyos se vuelvan ley: el que reglamenta las fotomultas, y el que rebaja las semanas de cotización de pensión a las mujeres. “Espero que el Congreso los acompañe en sus votaciones”.

Retos

Además de la implementación de los acuerdos de paz con las Farc, a Lizcano Arango le tocará liderar el trámite de la reforma tributaria y darle base a un nuevo estatuto de la oposición que garantice un debate constructivo y pacífico. También, ante las últimas decisiones de las cortes en torno a la ley de equilibrio de poderes, tal vez le corresponda emprender una nueva reforma a la justicia.