Foto | Elizabeth Zuluaga Sánchez | LA PATRIA
El precandidato presidencial Aníbal Gaviria cree que la seguridad es la base de todo, que hay que atacar a los grupos armados y que Manizales necesita más cables aéreos. Fue gobernador de Antioquia y alcalde de Medellín.
Aníbal Gaviria construye su campaña a la Presidencia con dos propuestas: seguridad y descentralización.
El precandidato del movimiento La Fuerza de las Regiones visitó Manizales este lunes (10 de noviembre) con esas palabras como motores de su discurso.
Su movimiento reúne a 40 exgobernadores y exalcaldes bajo un lema: "La descentralización y la autonomía como la transformación verdadera de Colombia". Le aseguró a LA PATRIA que la primera piedra de cada propuesta es la seguridad.
También estimó que la carrera por la Casa de Nariño llegaría al 8 de marzo del 2026 con 20 o 25 candidatos, tras filtrar a quienes hacen campaña solo para dar el salto a otras entidades.
¿Cuáles son los ejes de su programa?
Lo que Colombia ha tenido en los últimos 100 años es un modelo centralista que no les ha permitido a las regiones desarrollar todas sus potencialidades. La transformación de Colombia no es cambiar de partido de gobierno, no es cambiar de presidente, sino cambiar de modelo. De 100 pesos de la masa fiscal del país, 80 los administra el gobierno central y solo 20, los departamentos y los municipios.
Eso es un enorme desequilibrio que no permite que el Estado funcione más rápidamente, que el Estado solucione verdaderamente los problemas de la gente, sino que todas las cosas tienen que ir al centralismo.
Si un alcalde tiene un proyecto, tiene que ir al centralismo para que tenga el permiso o los recursos para hacerlo. No.
Tenemos que hacer un estado más eficiente y contundente en la solución de los problemas. Estamos convencidos de que ese es un estado con autonomía. Como funcionan muchos de los estados más avanzados del mundo: Estados Unidos, Alemania, España, Suiza, entre muchos otros. Tienen modelos autonómicos o federales que les permiten desatar las soluciones más rápidamente a los territorios.
¿Cómo funcionaría?
Si yo no tengo un 80-20, sino un 50-50, va habrá más recursos en los municipios y los departamentos para que tomen sus decisiones. Voy a poner un ejemplo que en Manizales y en Caldas se entiende bien. El aeropuerto de Palestina ha sido un sueño de este territorio por décadas. Un sueño de transporte, de movilidad. Un sueño de autonomía: con su propio aeropuerto y con su decisión de inversión.
Ni el aeropuerto ni muchas otras cosas se han podido hacer porque el centralismo tiene el poder. Vamos a hacer esa transformación. Eso se puede llevar a hospitales, a carreteras, a escuelas. Muchas de esas decisiones deben estar en cabeza del gobernador y los alcaldes, pero no solo la decisión, la capacidad de hacerlo, sino los recursos.
Por eso esa propuesta de 50% lo manejan los entes territoriales, departamentos y municipios y 50%, la nación. Alguien dirá: "Muy raro un presidente que quiera quitarle recursos a la Presidencia. Es que el presidente es el jefe del Estado y el Estado somos todos, departamentos y municipios. Queremos un Estado que funcione mejor, no un Estado que acumule poder. Yo para qué, como presidente, acumular más poder si eso no se traduce en resultados para la gente.
¿Ese cambio que significaría para el presidente?
Esto también le conviene al presidente y al gobierno central porque los enfoca. El presidente que se dedique a lo que tiene que hacer y a lo que puede hacer mejor. No es haciendo un hospital o haciendo una escuela o una carretera terciaria. Es recuperando la seguridad del país. La seguridad es el gran reto de Colombia. Ese reto lo tiene que liderar el presidente de la República. Entonces, zapatero a tus zapatos.
El presidente a lo que un presidente debe hacer, el gobernador a lo que debe hacer un gobernador y el alcalde igualmente y con los recursos necesarios para hacerlo.
¿Eso sería una reforma administrativa o de, por ejemplo, el Sistema General de Regalías?
Primero, la voluntad política. No tiene que pasar por reformas ni por nuevas leyes, sino por decisión del presidente. El 7 de agosto, lo primero que voy a hacer es instalar unas mesas con los 32 gobernadores y con los más de 1.100 alcaldes del país.
Unas mesas de trabajo con ministerios y con equipos de los municipios y de los departamentos. Para que alineemos el plan de desarrollo nacional con los planes de gobierno departamental y municipal. Trabajando en llave, en equipo, vamos a hacer una verdadera revolución.
Yo le pregunto a la gente: ¿en Manizales funciona algo bien si el alcalde está por un lado, el gobernador por otro y el presidente por otro? ¿O funciona mejor si los tres trabajan en conjunto y dicen: "El aeropuerto va, los tres estamos alineados"?
En el gobierno de Aníbal Gaviria, eso se haría. Ya lo he hecho. En la Gobernación de Antioquia trabajé en llave con los 125 alcaldes. Vamos a trabajar con todos y ya lo he hecho. Por ejemplo, la inversión en cables ha avanzado en Manizales, pero necesita todavía más. Vamos a trabajar en llave como departamento, municipio y nación para lograr ese acuerdo.
Cuando fui gobernador de Antioquia suscribí 20 mil acuerdos de ese tipo con los 125 alcaldes. Al final del Gobierno ejecutamos más de 19 mil de esos acuerdos. Por ejemplo, en el tema de seguridad, gobernador, presidente, alcalde, cámaras de seguridad. El Gobierno nacional apoya, la Gobernación apoya, la Alcaldía apoya. Así se logran mejores resultados.
¿Cómo complementaría ese plan?
Modificando el Sistema General de Participaciones, con base en lo definido en la reforma constitucional que se hizo a un 36% o 37%. Ese será el primer paso, yo lo quiero llevar al 50%. Si se necesita y se debe avanzar en otra reforma constitucional, haremos el trabajo con los departamentos, los municipios y el Congreso para avanzar en una profundización.
La Constitución colombiana hoy permite y estimula la descentralización y la autonomía. No es necesaria una reforma constitucional para avanzar en ese sentido. Si queremos profundizarla, podremos hacerlo. No es necesaria. El artículo 1 de la Constitución dice: "Colombia es un estado unitario, con autonomía y descentralización de sus entidades territoriales".
¿Qué propuestas trae para el Eje Cafetero?
Hay un tema transversal, tal vez repetido. Es un tema fundamental en toda Colombia. La seguridad. Eso es fundamental en el Eje Cafetero, en toda la región central de Colombia, en la periferia, en el Pacífico y en el Caribe. No me dejo desviar por esa falsa dicotomía que muchos siempre han querido poner sobre el tapete cuando se habla de seguridad.
Unos dicen que la seguridad es de izquierda y otros dicen que dicen que la seguridad es de derecha. No. La seguridad es la primera inversión social. Si no hay seguridad, todo lo demás desaparece o se dificulta: el empleo, la educación, la salud, la movilidad, la inversión. Todo tiene que tener como base la seguridad.
En nuestros gobiernos, en Antioquia y Medellín, la seguridad ha sido una prioridad. Por eso hemos logrado en ambos las tasas de homicidio más bajas, la disminución más alta de tasas de homicidio en la historia de nuestro territorio. Eso es lo que vamos a hacer en Colombia, que la seguridad sea una prioridad, Teniendo seguridad, todo lo demás se va desatando.
Con seguridad tenemos inversión nacional y extranjera. Teniendo inversión, tenemos empleo. Más empleo y más capacidad de la gente. Con ese empleo tenemos ingreso, ese ingreso le permite a la gente tomar sus propias decisiones en inversión en educación, en vivienda. La seguridad como base fundamental.
No voy a llegar a imponer, sino a a sumar, a convocar y acordar. Si llego a Popayán, no le voy a decir al alcalde de Popayán y al gobernador de Cauca "Lo que vamos a hacer es esto", sino "¿Qué tiene de agenda?".
Sí le tengo temas transcendentales para el Eje Cafetero en conjunto. Uno de ellos, en términos de competitividad, es el aeropuerto. Otro transcendental, no solo para el Eje Cafetero, Antioquia y el Chocó, sino para todo el país, es un puerto en el Chocó. Es un anhelo para que esta región completa tenga un enfoque mucho más fuerte hacia el Pacífico y hacia los más de 3 mil o 4 mil millones de habitantes del Pacífico.
Hablemos de una eventual llegada suya a la Presidencia. ¿Cuál es su balance de la herencia que recibiría y cuáles serían los temas urgentes que atendería?
La herencia no va a ser buena. No me gusta empezar a poner el espejo retrovisor. Los colombianos también están un poco cansados de ese discurso porque la gente quiere oír soluciones. El país se va a recibir en una situación compleja desde lo fiscal y de seguridad. También desde el punto de vista de las relaciones internacionales, desde el funcionamiento de entidades del Estado. La estrategia fallida de la Paz Total no seguirá. Tiene que haber un ataque a los grupos criminales, un ataque a la inseguridad.
La lucha armada en Colombia perdió total vigencia. Aquí se hablaba de una lucha armada los grupos al margen de la ley: las Farc, el Epl, el M-19, el Eln y muchos otros. Decían que la lucha armada se necesitaba porque al poder en Colombia se tenía que llegar por las armas, porque la democracia colombiana era cerrada y no lo permitía. Falso. La democracia colombiana les demostró a ellos y al mundo entero que es fuerte y abierta.
Quien se alzó en armas contra el Estado llegó a la Presidencia no por las armas, sino por los votos. La democracia colombiana salió fortalecida y acabó definitivamente con el argumento de la lucha armada. Hoy los grupos criminales que se quieren maquillar de una manera u otra tienen un objetivo: el enriquecimiento ilícito. El Estado y la sociedad tienen que atacarlos con fuerza y convicción.
Lo que tiene que haber es una política de sometimiento. Por un lado, el ataque del Estado con toda la fuerza, pero también una política de sometimiento para permitir que se sometan a la ley y al estado colombiano. No como la que se propone hoy que parece, más bien, un sometimiento del estado a ellos. Hoy la Fuerza Pública no tiene apoyo, no tiene liderazgo del presidente de la república.
¿Qué propone para la salud?
El otro gran frente es recoponer el sistema de salud. Este gobierno desbarató el sistema de salud. Con el argumento de mejorarlo, lo empeoró. No lo estoy diciendo porque sea fanático contra el gobierno. Los resultados están ahí, las cifras están, el dolor de los colombianos. Las quejas y los reclamos se han aumentado más de un 50% en Colombia. Las tutelas se han aumentado más de un 50%.
A la gente no le dan las citas ni los medicamentos. Tenemos que recomponer un sistema de salud que funcione bien. No es volver al pasado, es recomponer lo bueno que se destruyó y trabajar para construir lo nuevo que había que construir bien.
Tenemos que avanzar en una gran estrategia de atención primaria en salud. Como lo propuso el Gobierno, pero no lo ejecutó. Quería una reforma ideologizada. Todo o nada. Con eso produjo un estallido que deterioró el sistema de salud. La salud, está unida a mi discurso como servidor público, la protección de la vida.
Los dos grandes temas que he mencionado son las grandes prioridades: la protección de la vida, el respeto de la vida a través de la seguridad, y la protección de la vida, el respeto, la honra de la vida, el cuidado de la vida, a través de un sistema de salud que funcione, que no solo se quede en las ciudades, sino que también vaya a las áreas rurales
¿Van a ganar los discursos conciliadores o los discursos de confrontación?
El próximo año los colombianos deben escoger entre los extremos, que nos seguirán llevando a la división. No veo como una extrema izquierda o una extrema derecha va a evitar seguir sembrando odios si, desde el discurso, eso es lo que hacen. Escoger entre esa división o escoger entre un camino de unidad. Yo quiero representar ese camino de unidad. Quiero ser el presidente que una a los colombianos.
No voy a decir que eso se hará de un día para otro, ni que se van a unir todos, pero vamos a poner el respeto como el elemento que nos una. Respeto a la ley, respeto a las diferencias, respeto al otro. No tenemos que estar todos de acuerdo, no tenemos que abrazarnos, pero sí respetarnos y respetar la Constitución, la ley. Un presidente en Colombia tiene que respetar la ley, la Constitución y las normas y hacer que se respeten.
Ese es el ideal, pero ¿cómo lo ve para esta campaña? ¿Qué discurso toma más fuerza entre esos dos estilos?
Eso es lo que yo quiero para Colombia y eso es lo que yo creo que va a pasar en Colombia. Los colombianos estamos cada vez más cansados del discurso petrista o el discurso antipetrista, del discurso que nos quiere dejar en el presente y en el pasado. Queremos un discurso de invitación a que construyamos unidos el futuro. El futuro de Colombia es promisorio. Colombia tiene una gran potencialidad.
Colombia tiene una enorme riqueza. Esa es la riqueza de las regiones de Colombia, que es la diversidad. No la hemos podido poner al servicio de todos los colombianos. Por la violencia, por la desigualdad, por la corrupción. Tenemos que atacar esos tres grandes problemas, pero unidos. Esos tres problemas no los resuelve una persona ni los resuelve un gobierno, pero arrancamos en la dirección correcta. Esos problemas los resolvemos unidos, sumando.
Unidos todos: el presidente liderando con todos los gobernadores, alcaldes, alcaldesas, las cortes, el Congreso, los sindicatos, los trabajadores, los empresarios, la academia, los medios, respetando la labor de los medios, a los opositores y a la crítica. Hay que convocar a objetivos y propósitos nacionales: la lucha contra la corrupción, la lucha contra la violencia y la lucha contra la desigualdad.
Por último, le pregunto por este boom de campañas de aspirantes a la Presidencia de la República. ¿Cómo analiza una carrera en la que hay cerca de 100 contendientes? ¿Eso es bueno o malo para la democracia?
Creo que se ha dicho mucho sobre eso, tiene muchas aristas. Como todas las cosas de un país de 50 millones de habitantes con las complejidades de Colombia y una democracia en el mundo como la actual, una época como la que estamos viviendo con extremos, eso tiene aspectos negativos y positivos.
Les quiero dar a los colombianos una tranquilidad. Eso se va a decantar. No le pongamos tanto misterio a eso. Eso se va a decantar. Para diciembre, cuando se tengan que definir los candidatos al Congreso, muchos de los actuales que hay van a salir para allá. Muchos están buscando una exposición para llegar allá.
¿Es una plataforma?
Es una plataforma. Muchos que están en la búsqueda de recolección de firmas no van a conseguirlas y también eso va a decantar. Esto es un proceso de decantación. No nos angustiemos tanto porque eso para el 8 de marzo va a ser muy distinto. Recuerden estas palabras, las voy a dejar aquí, en LA PATRIA. Quedan impresas y firmes. Habrá 20, máximo 25 candidatos, el 8 de marzo. Y el 8 de marzo saldrán seis candidatos, tal vez menos, ojalá, para la primera vuelta.
Esto es un proceso de normal decantación y selección. La Fuerza de las Regiones y Aníbal Gaviria queremos llegar a ese 8 de marzo para competir con otros candidatos.
No vamos a competir con candidatos de continuidad del actual Gobierno. Respetamos ese sector porque nuestra forma de relacionamiento es el respeto. Como demócratas tenemos que respetar todas las tendencias. No tenemos coincidencias, sino divergencias con ellos, entonces que hagan su ejercicio. Competiremos con otros candidatos y otros movimientos con los que sí tengamos coincidencias y propósitos comunes.
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