1.257 kilómetros hay entre Puerto Carreño (Vichada) y Manizales. Por eso es que Yidis Gahona Rodríguez, estudiante de séptimo semestre de Administración de Empresas en la Universidad Nacional, solo va a su casa una vez al año. Es uno de los 185 beneficiados con el servicio de residencias universitarias que ofrece esa institución, donde estudia.
Vive en la residencia José Antonio Galán, una casa en Palermo con 13 compañeros a 10 minutos del campus Palogrande, donde recibe sus clases. Llegó a la ciudad en enero del 2009, proveniente de la sede Orinoquia de la Nacional ubicada en Arauca, donde hizo los dos primeros semestres. Como es un alumno del Programa Especial de Admisión y Movilidad Académica (PEAMA) debía elegir dónde continuar, y su elección fue Manizales.
"Al llegar acudí a Bienestar Universitario. Como el programa era nuevo me tocó que explicarles en qué consistía y de inmediato me hicieron un acompañamiento", explicó Gahona.
Le sugirieron que solicitara un cupo para residencias universitarias, y mientras transcurría la selección vivió 23 días en la casa de una amiga de su madre en Villamaría.
"La casa está amoblada, tenemos todos los servicios, camas, electrodomésticos, lavadora, internet inalámbrico y salas de televisión y sistemas", contó.
En la residencia hay una Junta de juntas conformada por un presidente, fiscal, secretario y un responsable de deporte y cultura. Se elige cada año entre los habitantes de la casa.
Gracias al servicio, Yidis ha cursado la carrera sin contratiempos; además su promedio académico y liderazgo han sido recompensados por los directivos con un computador portátil. Sus compañeros incluso lo eligieron como representante estudiantil al Consejo de Sede.
Si no fuera por el servicio de alojamiento, Gahona no sabe si se hubiera adaptado tan fácil a la vida universitaria, diferente a algunos compañeros que sucumben ante la libertad de estar lejos de sus casas.
Servicios
Según Santiago Ruiz Herrera, director de la oficina de Bienestar Universitario de la Universidad Nacional, las residencias hacen parte de los servicios para estudiantes foráneos. El costo en el semestre es de $65 mil 200. Están beneficiados 145 hombres y 40 mujeres que ocupan las nueve residencias que hay: cinco masculinas y cuatro femeninas. Para acceder se debe presentar una solicitud en la Oficina de Trabajo Social de la institución, ubicada en el campus La Nubia. De acuerdo con la disponibilidad, un estudio socioeconómico, entrevistas con una trabajadora social y una psicóloga, el solicitante obtiene su cupo.
Otro servicio es el de apoyo alimentario al que están inscritos 550 estudiantes, entre ellos alumnos locales. La mitad recibe almuerzo y la otra mitad almuerzo y comida; entre los beneficiarios hay alumnos locales. Algunos no cancelan nada; otros, el 25% de la alimentación, que son $1.300 diarios.
También les ofrecen transporte entre los campus desde las 6:30 de la mañana hasta las 5:45 de la tarde, y asesorías para solicitar créditos con el Icetex. En salud reciben atención en los programas de prevención y promoción y tienen derecho a pedir citas médicas, odontológicas y reclamar medicamentos.
Los alumnos del PEAMA y del Programa de Admisión Especial (Paes) reciben un acompañamiento integral. Estos últimos pertenecen a comunidades indígenas y afrodescendientes, o son mejores bachilleres del país y de municipios pobres.
Alojamiento gratis
En la Universidad de Caldas también les ofrecen residencias a los estudiantes foráneos, pero gratis. En la actualidad alojan a 174 alumnos: 130 hombres y 44 mujeres. Ellas viven en dos casas en Fátima y Belén, mientras que las residencias masculinas Gabriel Soto Bayona tuvieron que ser desocupadas el pasado fin de semana tras la declaratoria de emergencia por los problemas estructurales de la edificación. Los varones ahora se hospedan en cinco casas: una en la Avenida Lindsay, dos en Belén y otras dos en Palermo.
Entre los requisitos para acceder está no ser de Villamaría o Manizales, cursar de segundo semestre en adelante, pues se tiene en cuenta un promedio académico mínimo de 3.0; tampoco debe tener hermanos viviendo en la residencia y no puede ser beneficiario de una beca del gobierno.
La convocatoria se realiza las primeras dos semanas del semestre. Los estudiantes encuentran los formularios en las papelerías de la diferentes sedes de la Universidad o en la página web www.ucaldas.edu.co. Lo deben llevan a Bienestar Universitario, donde se realiza un estudio socioeconómico, una prueba psicotécnica, revisan el promedio y les realizan una entrevista con representantes de esa dependencia y de residencias universitarias, que supervisan el proceso. Entregan el informe al Comité de Adjudicaciones, integrado por la jefe de Bienestar Universitario, vicerrector administrativo, un docente del área social, los presidentes de juntas directivas de las residencias masculinas y femeninas y un representante de cada casa, aunque entre estos dos últimos solo tienen un voto.
Otros beneficios son subsidios de alimentación, a los que están inscritos 450 estudiantes entre foráneos y locales, que almuerzan en una cafetería de la Universidad.
Es un programa integral, no solo asistencial, pues al beneficiario le hacen una valoración nutricional. También está el subsidio económico para quienes pierden el apoyo de sus familiares durante la carrera, así como la beca de compensación que consiste en que el universitario brinde apoyo en una dependencia administrativa por 120 horas y durante tres meses, con una compensación de $450 mil. Solo acceden los mejores promedios.
Por último está el Hogar Empresarial Luminitos, en convenio con el ICBF, que recibe los hijos de estudiantes desde que nacen hasta los cinco años.
Orientan a los alumnos
La Universidad Católica no cuenta con residencias. Sin embargo, de la Vicerrectoría de Bienestar Universitario y Desarrollo Humano Cristiano, se ofrece información a los estudiantes foráneos sobre alojamiento en la ciudad. En la recepción de información atienden a los oferentes, los entrevistan para conocer composición familiar y las condiciones de las habitaciones que ofertan, y de ser necesario efectúan una visita para conocer las condiciones de la residencia.
Una vez revisada la viabilidad de la ofertas se incluye en una base de datos que posteriormente publican en las carteleras institucionales, pues en la Universidad está prohibido fijar avisos con estas ofertas.
La institución no se hace responsable por el no pago de los rubros de arrendamiento, solo orienta sobre los lugares opcionales para vivir, según su requerimiento y presupuesto.
Igual sucede en la Universidad Autónoma. El programa se llama Buenos vecinos UAM. Diana Perea, coordinadora de Bienestar Universitario, explicó que hicieron visitas domiciliarias a las residencias cercanas a la institución para conocer las condiciones y precios y así aconsejar a los estudiantes dónde alojarse de acuerdo con el presupuesto.
En la Universidad de Manizales, a través del programa de Acompañamiento Estudiantil, tienen 30 alumnos becarios de alimentación a quienes les brindan almuerzo en una casa cercana a la institución. También cuentan con una base de datos de casas de familia que ofrecen habitaciones a universitarios, o los remiten a la página web www.mycuarto.com, que ofrece a los universitarios la posibilidad de encontrar un lugar donde alojarse en la ciudad.
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