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Foto / www.freepik.es / LA PATRIA / El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) pueda generar problemas para quienes lo experimentan, llevándolos a buscar ayuda profesional.

 

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La falta de atención es común en las personas y puede deberse a diversos factores como el cansancio, la fatiga o la falta de sueño. Sin embargo, cuando esta dificultad se presenta junto a síntomas como la impulsividad, la inquietud e interfiere en las actividades diarias, podría tratarse del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH).

Esa es una condición neuropsiquiátrica que impacta al 8,8% de la población mundial, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y que tiene una prevalencia de entre el 5% y 10% en los menores colombianos, de acuerdo con el Instituto Neurológico.

Este trastorno es una de las principales causas de consultas en psiquiatría infantil, representando hasta el 50% de los casos. Puede detectarse cuando los niños presentan síntomas como olvidos constantes, dificultad para seguir instrucciones, impulsividad e hiperactividad.

Pese a que suele manifestarse en la infancia, no significa que el trastorno sea exclusivo de la niñez ni que desaparezca en etapas posteriores. De hecho, entre el 60% y el 85% de los niños con TDAH continúan con síntomas durante la adolescencia y alrededor del 78% de los casos persisten hasta la adultez.

 

Lo que se cree

“La creencia de que es un trastorno que se desarrolla únicamente en la infancia, dificulta el diagnóstico en los adultos, ya que, a pesar de que su prevalencia en esta etapa es del 4,4%, sus manifestaciones suelen confundirse con otras condiciones como la ansiedad, la depresión, entre otros factores”, explicó Álvaro Rojas, director Médico de Abbott en Latinoamérica.

“Solo cuando se profundiza en la historia clínica, que se identifica la presencia del TDAH y se llega a una valoración correcta. Incluso, en algunos casos, revisar a los niños lleva a que sus padres sean evaluados y diagnosticados también; evidenciando cómo puede pasar desapercibido por años”, agregó el médico.

En principio, es importante reconocer que este trastorno se clasifica en tres subtipos. En el primero, predominan los síntomas relacionados con la falta de atención. El segundo se manifiesta, a través de conductas hiperactivas e impulsivas, como moverse todo el tiempo. Y, el tercero, es una combinación de los dos anteriores.

 

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En general, las personas con este trastorno suelen tener dificultades con la memoria de trabajo, que es la capacidad de retener temporalmente la información para utilizarla en tareas posteriores.

Puede llegar a ser difícil ejecutar acciones cotidianas como recordar una conversación, asociar nuevos datos con conocimientos previos o realizar múltiples tareas a la vez. Además, estas personas pueden ser impulsivas y desorganizadas, puesto que tienen problemas para realizar acciones con un orden lógico para obtener un resultado.

“Estas manifestaciones pueden tener consecuencias importantes en la vida adulta, ya que el TDAH puede interferir con el desarrollo del potencial de las personas; impactando en su desempeño para realizar las funciones ejecutivas, que son las habilidades mentales que permiten realizar tareas complejas como planificar, organizar, priorizar, revisar y autorregular el comportamiento", contó Rojas.

Como resultado, esta condición puede derivar en relaciones inestables, bajo rendimiento laboral o académico y problemas de autoestima”, señaló el profesional.

 

El direccionamiento

A pesar de que el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) pueda generar obstáculos para quienes lo experimentan, es un trastorno tratable. Se recomienda manejarlo bajo un enfoque integral, basado en tres pilares fundamentales:

- Hábitos saludables, como el sueño reparador, la alimentación adecuada o evitar el consumo de sustancias incluyendo el alcohol.

- Terapia farmacológica, recomendada y orientada por un médico tratante.

- Apoyo de psicoterapia.

 

 

 

El tratamiento

Es importante que tanto el diagnóstico, como el tratamiento del TDAH, se realicen siempre de la mano de un profesional de la salud: “Consultar con un médico es clave para identificar la condición de forma oportuna y recibir la orientación adecuada. Con el tratamiento y el seguimiento correcto, es posible reducir los efectos del trastorno, mejorar el bienestar y mantener una buena calidad de vida”, concluyó Álvaro Rojas, director Médico de Abbott en Latinoamérica.

 


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