Elizabeth R. Rojas
LA PATRIA | Manizales
Profesionales en salud mental y otras áreas se dieron cita ayer en el auditorio Jaime Restrepo, del Recinto del Pensamiento, para cumplir con el simposio La Bioética, desde nuestra identidad, encuentro organizado por la Orden Hospitalaria San Juan de Dios.
El hermano Edilberto Castillo González, superior local de la Orden, intervino en el arranque de la jornada valorando la bioética, eso que busca las conductas más apropiadas en todos los aspectos de la vida humana y el medioambiente.
"En la bioética clínica tenemos en cuenta la persona, que no solamente es un ente abstracto, sino que tiene necesidades. Procuramos defender la vida, en sus límites, pero ante todo la dignidad. Nuestra misión pasa por cumplir los mínimos de ley, pero creamos beneficios adicionales para los pacientes", subrayó Castillo, que es médico.
Esto le dijeron a LA PATRIA dos especialistas del simposio:
Desde la atención clínica
El psiquiatra infantil Julián Monguí Olaya, adscrito a la Clínica San Juan de Dios (calle 72 No. 28-20), asistió al simposio. Aprovechó la oportunidad para hablar de la labor bioética que viene haciendo la institución de salud de Manizales.
"La bioética tiene relación con la hospitalidad, valor que nos representa. Se da en el servicio hacia el otro y en la salud mental eso es clave. Otra parte tiene qué ver con lo asistencial, lo que nos da los parámetros para entender al paciente que llega a la Clínica y su familia. Se pueden dar dilemas éticos y, desde ese enfoque, es más fácil enfrentarlos".
La bioética les da elementos o principios para respetar, según Monguí. Debe primar que la intervención no empeore el cuadro médico del paciente, darle la mejor atención posible con los recursos que se tienen, ofrecer a todos la igualdad en el servicio y tener en cuenta los deseos de la persona.
"En salud mental siempre hay dilemas en cuanto a la atención. Por ejemplo, los de las altas voluntarias. Entramos a valorar si alguien tiene la capacidad o no de decidir si recibe la atención cómo se la podemos dar. Cada vez buscamos respetar más ese deseo".
Los pacientes con enfermedad mental son los más vulnerables de todos, de acuerdo con Monguí, porque no siempre hay los recursos necesarios para hacerles la adecuada intervención. Entre ellos los más frágiles o indefensos son los menores de edad.
"A veces hay que contenerlos a fuerza mecánica para que no se hagan daño o le hagan daño a otros, o suministrarles medicamentos que él considere que no necesita. Hay que valorar que tienen contextos familiares difíciles, que no tienen recursos económicos, que tienen limitaciones en el aprendizaje, entre otros. Tenemos qué entender su vulnerabilidad".
Desde lo espiritual
El hermano José María Bermejo, de la Orden Hospitalaria San Juan de Dios, en España, fue ponente en el simposio. Vino desde la provincia de Castilla para hablar de Hospitalidad, Bioética y Persona.
"La bioética desde lo espiritual solo se puede entender entre gente que esté abierta a lo espiritual. No tiene que ser creyente, pero se necesita que -al menos- no esté cerrado a una dimensión diferente a la humana, a esta material, en la que son importantes los valores", indicó el conferencista internacional.
Según Bermejo, el trabajo la bioético hace aportes importantes a la autonomía, en el sentido que cada quien tiene la posibilidad de tomar las decisiones por sí mismo. Indicó que se traduce a la fase espiritual en el poder elegir qué es bueno y qué no.
"En los Centros San Juan de Dios tenemos el departamento Asistencia religiosa y espiritual, porque es precisamente durante la enfermedad que el hombre se hace grandes interrogantes: ¿Por qué me ocurre esto a mí?. ¿qué va a ser de mi vida? Es ahí que necesita acompañamiento de un experto que le ayude a reconciliarse con su pasado y con el presente".
El trabajo espiritual se hace más difícil, indudablemente, con los pacientes que tienen condiciones mentales, así lo aseguró Bermejo. Sin embargo, añadió que en este tipo de condiciones, cuando el enfermo tiene quien le ayude a verbalizar lo que siente, hay una idea de que encuentra a alguien que lo lleva a superar su situación.
"Si no tienen conciencia de que padecen algo, lo que queda es solo acompañarlos y no adelantarse. A partir del comportamiento que tengan, se les hace preguntas y, basados en las respuestas, se toman decisiones que lo beneficien", subrayó.
Las instituciones de salud deberían trabajar juntas en ayudarle al hombre a descubrir todas sus dimensiones, propuso Bermejo. Dijo que lo religioso siempre estará presente, independientemente del credo que se tenga o de si lo reconoce o no, de si lo niega o lo acepta la persona.
"El hombre está hecho para creer. La asistencia religiosa debe ser una oferta, no se impone. En bioética hay un principio fundamental y es el del respeto. Nada de hacer cosas a la fuerza ni en contra de la voluntad", concluyó.
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