LA PATRIA|MANIZALES

En cámaras de la carrera 18 con calle 23, de la Galería de Manizales, se mostró cómo un hombre le vendía a otro lo que, al parecer, era bazuco.

Los operadores de estos aparatos les avisaron a los uniformados del cuadrante, que acudieron y abordaron en la carrera 17 con calle 23 al posible comprador.

Este, sin dudarlo, expresó que Julián Andrés le vendió una dosis de bazuco por $2 mil y que estaba dispuesto a señalarlo y declarar en contra del jíbaro.

Minutos después, los policías interceptaron al vendedor y en la requisa le encontraron más estupefacientes y los $2 mil de la transacción con su cliente.

Lo judicializaron por tráfico, fabricación y porte de estupefacientes. En la audiencia le reconocieron su condición de marginalidad y pobreza extrema, lo que fue bien visto por su defensor. "En su actuar influyó el hecho de ser pobre, habitante de calle y tener poca educación", anotó el abogado.

Ese reconocimiento permitía que, si aceptaba los cargos, su pena quedaría en 9 meses. Eso sí, los debe pagar en centro carcelario.

Julián Andrés aceptó los señalamientos y quedó libre mientras lo llaman a la lectura de la sentencia, pues no hubo motivos suficientes para pedirle una medida de aseguramiento.

El procesado debe estar atento a los llamados a audiencia.

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