Mariela llevaba tres días muerta y nadie lo notó

LA PATRIA | MANIZALES

En solo 10 días, en el barrio Linares, de Manizales, a dos mujeres las encontraron muertas en sus casas. Esta vez fue Mariela Zapata, quien a sus 68 años se rebuscaba la vida vendiendo productos por catálogo.

Marta Lucía, una vecina de la fallecida, narró que la última vez que la vio salir de su apartamento fue el lunes en la tarde. Desde el martes varias familiares la llamaron a sus teléfonos, pero como no contestaba, el jueves en la noche Ofelia, hermana de Mariela, arribó con otros allegados. Tocó en uno de los tres apartamentos de la calle 29 # 25-41, en donde vivía su pariente, pero no abrió.

Un mal presentimiento invadió a Ofelia, quien lo único que hizo fue llorar, mientras su yerno prestó una escalera y una linterna para alumbrar su ingreso por la ventana del segundo piso del apartamento.

Quebró los vidrios y cuando entró la vio en su cama, inmóvil, con sus pies inclinados hacía el piso. En el comedor permanecía el último almuerzo que le trajo Ofelia, quien le llevaba la comida porque estaba muy enferma. “Empezó con un fuerte dolor de espalda, se ponía chalecos y pañitos para mermarlo. Al parecer, tenía pendiente una cirugía”, narró una vecina.

Debido a que sus piernas y brazos le dolían mucho, Mariela optó por encerrarse los últimos días. Según residentes, prefería vivir sola, aunque tenía 14 hermanos, era soltera y sin hijos.

Luchadora

Quienes la conocieron dijeron que era sociable, decente, amable y rebuscadora. Cuando estaba aliviada se andaba las calles vendiendo ropa y alimentos, los mismos que sus surtidores le dejaban en la zapatería de Mario Gómez, su vecino, quien aún conserva una caja que no pudo entregarle desde el pasado martes.

Los residentes de Linares no superan aún el impacto de esta noticia, pero más curioso les parece que a tan solo unas tres cuadras de distancia, en la carrera 24 con calle 30, el pasado 14 de julio, también encontraron muerta a Alba Lucía Corrales, después de 10 días. Ella era una pensionada de 63 años y quien, casualmente, también vivía sola.

Según una habitante de la zona, hace cinco meses, en la cuadra donde murió Mariela, encontraron a otra abuela muerta en su casa, al lado de su esposo, quien agonizaba.

Reflexión

Martha Cecilia Escobar, quien labora con grupos de la tercera edad en la Universidad de Antioquia, manifestó que la sociedad actual excluye a los ancianos. “Los vemos en deterioro progresivo, pareciera que la esfera que se les tiene reservada es la del abandono, en tanto ya no resultan productivos o representan una carga para la sociedad.

La situación se evidencia en la soledad con la muchos despiden su vida, sin ilusiones, sin alegría, desintegrados de su grupo familiar o social, subsistiendo en muchas ocasiones entre recuerdos y nostalgias.

Así se van marchando arrinconados, tirados a su propia suerte, extraviados de su dignidad , no solo en el vivir, sino también en el morir. Implacable y tirana nuestra condición humana ¿será que nos creemos inmunes a estas circunstancias?”