Fotos | Cortesía | LA PATRIA
Condenado escapó de cárcel de Riosucio, fue recapturado.
LA PATRIA | MANIZALES
Herman Alonso Andica Bueno, condenado en primera instancia por acto sexual violento, a 8 años de cárcel, se fugó en la tarde de este domingo (8 de diciembre) de su centro de reclusión en Riosucio (Caldas).
Lo que conoció LA PATRIA es que se escapó de la cárcel de ese municipio. Vestía overol azul de cocina y botas blancas, por lo que la Policía dio a conocer esos detalles para que los diferentes cuadrantes ayudaran a localizarlo.
Se desconoce cómo fue su escape. Al parecer, desempeñaba labores en la cocina del penal (ranchero) y aprovechó un descuido de la guardia cuando fue a arrojar unos residuos.
Pero la dicha le duró poco. A las 4:55 de la tarde fue recapturado en un cafetal.
Al parecer, ingirió una botella con guarapo y se "prendió", lo que facilita su ubicación.
Su caso
El tatuador Andica Bueno fue condenado al sobrepasarse con una menor de edad (17), quien acudió a su establecimiento como cliente.
Los hechos se remontan al 8 de junio del 2020 cuando la para ese entonces adolescente fue al negocio Fénix, en busca de dos tatuajes (brazo y glúteo).
Herman Alonso, de 26 años, el administrador, la atendió y ejecutó el trabajo. Sin embargo, al finalizar intentó besarla sin consentimiento y como ella se negó, la tomó a la fuerza del cuello y le practicó vejámenes cuando intentó quitarle tinta de una nalga.
Un arañazo que ella le alcanzó a realizar le permitió escapar del lugar, avisarle a su mamá, quien le recomendó denunciar. Solo en marzo del 2023 lo llevaron a audiencia.
"Con él nunca hubo relación sentimental, solo una amistad, era el décimo tatuaje que me hacía en el año. Me indicó que sentía algo, pero siempre lo rechacé", contó la afectada.
A la adolescente la afectó mucho la situación, pues el día de los hechos portaba un vestido corto y la gente empezó a decir que fue ella quien provocó a su agresor sexual.
"Por eso cambió su forma de vestir, les tiene miedo a los hombres, incluso a su papá. Recibió atención psicológica y los profesionales indicaron que vivía alterada, asustadiza, nerviosa, agitada, con llanto. El investigado se convirtió en su persecutor privado. Pasó de profesarle encanto a transmitirle un deseo sexual, la cosificó, lo que en perspectiva de género es totalmente descalificable", contó el juzgado.
La semana pasada se escaparon dos señalados de delitos sexuales con menores, de la estación de Policía de Pensilvania.
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