LA PATRIA | MANIZALES
A Ricardo Mario Pérez, de 52 años, lo conocía su amigo Carlos como el Loquito. Ellos hacían labores de reciclaje juntos, y a veces aprovechaban un tiempo para tomarse algunos tragos de licor. No sabe qué provocó su muerte el miércoles pasado en la noche en el barrio La Enea.
Una habitante del sector en donde ocurrió el suceso narró que varias personas encontraron a Ricardo sentado en un andén, temblando y con dificultad para respirar, por lo que solicitaron ayuda y lo atendieron unidades de Bomberos de Maltería. Le sintieron un fuerte aliento a licor.
Cuando llegaron los socorristas, el señor alcanzó a decirles su nombre, dijo que una ventisca lo tumbó y hasta pudo subirse sin asistencia a la ambulancia que lo trasladó a la Clínica San Marcel. Sin embargo, allá falleció, pues sufrió trauma cerrado de tórax y trauma encefalocraneano.
Las personas que lo asistieron desconocen qué pudo haber provocado esas lesiones, pues no saben si pudo haber sido un carro fantasma o si se golpeó en otro lugar y llegó caminando hasta donde se desvaneció.
Carlos, su amigo, recordó que siempre cubría su cabeza con un pasamontañas y le gustaba ingerir licor. Trabajaba como reciclador y pasaba la noche al lado de la capilla de La Enea. A veces llegaba a su vivienda y le ofrecía almuerzo.
El secretario de Salud de Manizales, Héctor William Restrepo, sostuvo que no hay seguridad sobre lo que provocó la muerte de Ricardo, y que su cadáver permanece en Medicina Legal. En los próximos días saldrá el reporte que determinará la causa real de su deceso.
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