Un juez ordenó enviar a los 9 capturados a la cárcel, mientras avanza el proceso judicial.

Fotos | Cortesía Policía de Caldas | LA PATRIA

Un juez ordenó enviar a los 9 capturados a la cárcel, mientras avanza el proceso judicial.

Cogieron prácticamente a todos los jíbaros del pueblo, no eran habitantes de calle, sino muchachos de familias de bien. Así describió un ciudadano de Risaralda (Caldas) las capturas que se lograron el pasado miércoles, en un operativo de la Fiscalía 4 Local EDA de Manizales y la Sijín de Caldas.

Los seguimientos a consumidores, interceptaciones de llamadas y grabaciones fueron pruebas suficientes para que un juez avalara los allanamientos que permitieron la captura de 9 miembros de la banda los Colinos.

Tras las audiencias de control de garantías ordenaron recluirlos a todos en un centro carcelario. Estos eran, al parecer, quienes más expendían en zonas rurales, vendían en casas de lenocinio y hasta estaban metidos con la venta de tusi o cocaína rosada, cuyos principales clientes eran los jóvenes.

El grupo era liderado por alias el Mono, con tres años de trayectoria delincuencial. Sus expendedores eran Gallo, Cristian, Edwin, el Viejo, Chambi, Rasca, el Gordo, Deivi (detenido en enero) y Venado. Estos dos últimos, los encargados de manejar las drogas sintéticas.

Fue gracias a una denuncia anónima que desde agosto del año pasado permitió iniciar la investigación y la captura de estos sujetos, quienes enfrentan cargos por tráfico de estupefacientes.

 

Así expendían los estupefacientes

Para entregar el producto, los jíbaros contaban con distintas estrategias. Por ejemplo, Chambi se encontraba con el comprador y lo llevaba a algún sitio solitario para entregarle la sustancia. Gallo se dedicaba a distribuir entre los recolectores de café, justo en medio de los cafetales.

También solían buscar sectores como las salidas del municipio o se reunían en cantinas. Cuando el cliente llegaba, el expendedor salía, recibía el dinero y luego entraba para volver a donde el cliente y entregarle la dosis. Edwin sería trabajador de uno de estos negocios nocturnos.

Los consumidores también contactaban a los vendedores telefónicamente y con palabras en clave como camisetas, para la perica; o colores o cuadros para el tusi, hacían el pedido. Luego se citaban en algún sitio para la entrega, y en ocasiones, apenas se efectuaba el pago, los jíbaros dejaban el paquete escondido entre la basura.

Le incautaron el envío de sintéticas

Entre los seguimientos hechos a los expendedores, las autoridades sorprendieron en el corregimiento de Arauca (Palestina) a alias Deivi, en el momento que salía de una empresa de encomiendas.

Al revisar la caja que tenía en su poder, hallaron un frasco de Ketamina (medicamento veterinario usado para fabricar el tusi), pastillas de éxtasis, papeles de LSD, entre otros elementos.

 

Lo que vendían

De acuerdo con las investigaciones, estos sujetos expendían perica, marihuana, bazuco y drogas sintéticas como tusi, LSD y éxtasis.

 


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