El Tribunal Superior de Manizales decidió confirmar la semana que termina la pena dada por un juzgado a Joaquín Marino Parra Hincapié, por lesiones personales agravadas.

Inicialmente se le judicializó por violencia intrafamiliar, pero pese a ser el padrino del menor víctima, la sentencia se dio por lesiones.

Parra Hincapié gozaba de aprecio en la familia del afectado, con siete años de edad para la época de los hechos, ocurridos en Manizales.

Llegó al punto de que le pidieron ser el padrino del niño, a lo que accedió. Sin embargo, en una visita del menor a la casa del padrino ocurrió un inconveniente en una habitación en la que el afectado jugaba con la hija del procesado, de dos años.

Según se indicó en la audiencia, a la que acudió LA PATRIA, la infante empezó a llorar y Joaquín Marino arribó a la habitación, pensando que el menor le había hecho algo. Por eso lo golpeó en nuca, mandíbula, ojo derecho y le expresó que lo iba a matar.

El ataque cesó por la intervención de la esposa del hoy condenado, quien se llevó a la víctima para otra habitación, mientras llegaban los padres.

Estos últimos, indignados por lo ocurrido, acudieron al día siguiente a las autoridades. El Tribunal destacó que tomaran esa decisión, creyendo en la justicia, y no acudieran a las vías de hecho, lo que habría empeorado la situación.

"Lo teníamos en un pedestal, por eso le pedimos ser el padrino del niño. Ese día pudo resolver eso con unas nalgadas, no con una golpiza", expresó la madre del afectado a las autoridades.

El Tribunal, al confirmar la condena, anotó que no se observó que se haya usado al niño para idear una patraña en contra de Parra Hincapié. 

El delito establece la suspensión condicional de la pena, pero el señor queda con antecedentes.

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