En el proceso, la víctima narró que una vez se ocultó de Kevin Antonio en Manizales, donde se radicó por 20 días, presentándose luego de la agresión ante el Instituto Nacional de Medicina Legal.
La Corte Suprema inadmitió la demanda de casación presentada por el defensor de Kevin Antonio Nasmuta Zuleta, que pretendía cambiar el fallo del 25 de marzo del 2021, dictado por el Tribunal Superior de Cundinamarca y que confirmó la sentencia condenatorio emitida por un juzgado de Soacha, por violencia intrafamiliar agravada.
A las 6:00 de la tarde del 22 de marzo del 2019, en su antigua residencia en el barrio La María, de Soacha, una mujer recibió la visita de Kevin Antonio, quien llegó con el propósito de entregar a su menor hija, encuentro que el procesado aprovechó para tratar de besar a la hoy víctima. Y ante su negativa la mordió de forma violenta en su labio inferior. Además, de ultrajarla por no querer mantener relaciones sexuales.
La agresión que sufrió la víctima se relaciona con los constantes y permanentes maltratos que por más de cuatro años le causó el procesado, los cuales fueron motivados por la relación sentimental que la víctima tuvo con otra persona, en tiempos en que estuvieron separados.
La condena en dos instancias fue de 72 meses de prisión, pero el abogado pidió en casación la nulidad de todo lo actuado, "por violación al derecho de defensa y debido proceso, porque el abogado defensor que le antecedió no solo incidió en Nasmuta Zuleta para que no compareciera a su proceso, sino que, además, le impidió aportar elementos materiales probatorios que pudieran exculparlo".
En el proceso, la víctima narró que una vez se ocultó de Kevin Antonio en Manizales, donde se radicó por 20 días, presentándose luego de la agresión ante el Instituto Nacional de Medicina Legal a efectos de que le fuera practicado el examen médico legal de sus lesiones.
Sin embargo, dichas lesiones no fueron percibidas por el galeno que practicó el examen en tanto que ya habían pasado varios días, para lo cual ella exhibió las fotografías que se había tomado de los moretones causados por el procesado. Ellos fueron pareja desde que la joven tenía 14 años.
"El demandante no demuestra cómo se pudo afectar el derecho fundamental de defensa, ni siquiera, en concreto, planteó qué alternativa se hubiera podido adoptar a favor de los intereses del procesado", dijo la Corte.
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