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La Organización Internacional del Trabajo (OIT) es una institución de gran relevancia para el mundo laboral. A pesar de que quizás sea desconocida, su historia, estructura y objetivos han moldeado significativamente las relaciones laborales en todo el mundo, incluyendo a Colombia y sus trabajadores. 

Enseguida vamos a contextualizar la importancia de esta institución, su legado y lo que ha hecho por los trabajadores colombianos. 

 

En resumen

  • La OIT se fundó el 11 de abril de 1919 para promover la justicia social y mejorar las condiciones laborales tras la Primera Guerra Mundial. Su estructura tripartita reúne a gobiernos, empleadores y trabajadores para establecer normas internacionales del trabajo.
  • La OIT es un organismo de la ONU que promueve la justicia social y los derechos laborales, reuniendo a gobiernos, empleadores y trabajadores. Su misión fundamental es garantizar condiciones de trabajo decentes, proteger los derechos de los trabajadores y fomentar el diálogo social en 187 países miembros.
  • La OIT enfrenta desafíos cruciales en el mundo laboral actual, incluyendo la transformación digital, el aumento del trabajo informal, las desigualdades persistentes y la recuperación pospandemia.

 

Historia de la OIT

La OIT se fundó el 11 de abril de 1919, como parte integral del Tratado de Versalles que puso fin a la Primera Guerra Mundial. 

Su creación respondió a la urgencia de abordar lo relacionado a mejoras laborales en un contexto de reconstrucción postbélica y de crecientes demandas sociales que surgieron en el inestable período de principios del siglo XX.

La organización surgió con un doble propósito: expandir los derechos de los trabajadores a nivel global y mitigar las causas de las revoluciones obreras que habían sacudido a varios países involucrados en la guerra. 

Este enfoque reflejaba la convicción de que la paz duradera solo podía basarse en la justicia social, un principio relevante para la OIT hasta el día de hoy.

Los fundadores de la OIT, entre los que se encontraban líderes políticos, empresarios y sindicalistas, reconocieron que las condiciones de trabajo injustas, la miseria y las privaciones constituían una amenaza para la paz y la armonía universales. Por lo tanto, se propusieron crear una organización internacional que pudiera abordar estos problemas.

La constitución de la OIT se redactó entre enero y abril de 1919 por una Comisión del Trabajo establecida por la Conferencia de Paz. El resultado fue una organización tripartita, única en su género, que reunía a representantes de gobiernos, empleadores y trabajadores en sus órganos ejecutivos.

En sus primeros años, la OIT se dedicó a establecer normas internacionales del trabajo, abordando cuestiones como las horas de trabajo, el desempleo, la protección de la maternidad, el trabajo nocturno de mujeres y jóvenes, y la edad mínima para trabajar. Estas primeras normas sentaron las bases para el sistema de normas internacionales del trabajo.

La OIT sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial y, en 1944, los delegados a la Conferencia Internacional del Trabajo en Filadelfia adoptaron la Declaración de Filadelfia. Este documento reafirmó los principios fundamentales de la organización y amplió su mandato, estableciendo los objetivos y principios modernos de la OIT.

En 1946, la OIT se convirtió en la primera agencia especializada de la recién creada Organización de las Naciones Unidas. 

 

Estructura y funcionamiento de la OIT

La OIT se distingue por su estructura tripartita única en el sistema de las Naciones Unidas. Esta estructura integra a:

  • Gobiernos
  • Organizaciones de empleadores
  • Organizaciones de trabajadores

Cada uno de estos grupos tiene igual voz y voto en la formulación de políticas y programas. Esta composición permite un diálogo social amplio, asegurando que las perspectivas de todos los actores del mundo del trabajo sean consideradas en las decisiones de la organización.

La gobernanza de la OIT incluye tres órganos principales:

La Conferencia Internacional del Trabajo

Es el órgano supremo de la OIT y se reúne anualmente en Ginebra. A menudo se le denomina el “parlamento internacional del trabajo”. La Conferencia establece las normas internacionales del trabajo y define las políticas generales de la Organización. 

Cada Estado miembro está representado por una delegación compuesta por dos delegados del gobierno, un delegado de los empleadores y un delegado de los trabajadores.

El Consejo de Administración

Es el órgano ejecutivo de la OIT y se reúne tres veces al año en Ginebra. Toma decisiones sobre la política de la OIT, determina el orden del día de la Conferencia Internacional del Trabajo, adopta el Programa y Presupuesto de la Organización para su presentación a la Conferencia, y elige al Director General. 

Está compuesto por 56 miembros titulares (28 gubernamentales, 14 empleadores y 14 trabajadores) y 66 miembros adjuntos.

La Oficina Internacional del Trabajo

Es la secretaría permanente de la Organización Internacional del Trabajo. Es responsable por el conjunto de actividades de la OIT, que lleva a cabo bajo la supervisión del Consejo de Administración y la dirección del Director General.

Esta estructura facilita la toma de decisiones equilibrada y la implementación efectiva de políticas laborales a nivel internacional. Permite que las voces de los trabajadores y los empleadores sean escuchadas al mismo nivel que las de los gobiernos, lo que es único en el sistema de las Naciones Unidas.

Además de estos órganos principales, la OIT opera a través de una red de oficinas regionales y de país en todo el mundo. Estas oficinas implementan los programas y políticas de la OIT a nivel local, proporcionan asistencia técnica a los gobiernos y organizaciones de empleadores y trabajadores, y recopilan datos e información sobre las condiciones laborales en diferentes países.

La OIT también cuenta con el Centro Internacional de Formación, ubicado en Turín, Italia, que ofrece formación y aprendizaje en áreas relacionadas con el trabajo decente y el desarrollo sostenible para funcionarios gubernamentales, empleadores, trabajadores, y otros actores sociales y económicos.

 

Objetivos y funciones de la OIT

Los objetivos principales de la OIT se centran en promover los derechos laborales, fomentar oportunidades de empleo decente, mejorar la protección social y fortalecer el diálogo en temas relacionados con el trabajo. 

Específicamente, la OIT busca:

  • Promover y cumplir las normas y los principios y derechos fundamentales en el trabajo.
  • Crear mayores oportunidades para que mujeres y hombres puedan tener empleos e ingresos dignos.
  • Mejorar la cobertura y la eficacia de una seguridad social para todos.
  • Fortalecer el tripartismo y el diálogo social.

La OIT busca asegurar que el progreso económico vaya de la mano con la justicia social, los derechos humanos y la dignidad del trabajo.

Para lograr estos objetivos, la OIT desempeña varias funciones clave:

  • Desarrollo y promoción de normas internacionales del trabajo: la OIT formula convenios y recomendaciones internacionales del trabajo. Estos instrumentos establecen los principios y derechos básicos en el trabajo.
  • Asistencia técnica: la organización proporciona asistencia técnica en diversos campos, como formación y rehabilitación vocacional, política de empleo, administración del trabajo, legislación del trabajo y relaciones laborales, condiciones de trabajo, desarrollo gerencial, cooperativas, seguridad social, estadísticas laborales y seguridad y salud ocupacional.
  • Difusión de información: la OIT es un centro de información sobre el mundo del trabajo. Realiza investigaciones, compila estadísticas, y publica una amplia gama de libros, informes y revistas sobre temas relacionados con el trabajo.
  • Formación y enseñanza: el Centro Internacional de Formación de la OIT en Turín, Italia, ofrece formación a alto nivel para ejecutivos gubernamentales, empleadores y trabajadores.

 

Normas Internacionales del Trabajo

Las Normas Internacionales del Trabajo son instrumentos jurídicos preparados por los mandantes de la OIT (gobiernos, empleadores y trabajadores) que establecen principios y derechos básicos en el trabajo. 

Estas normas se dividen en dos categorías principales:

  • Convenios: son tratados internacionales legalmente vinculantes que pueden ser ratificados por los Estados miembros.
  • Recomendaciones: son directrices no vinculantes que a menudo complementan un convenio, proporcionando directrices más detalladas sobre cómo podría aplicarse. 

Las Normas Internacionales del Trabajo cubren una amplia gama de temas laborales. Estas normas influyen en los países miembros de varias maneras:

  • Sirven como guía para la legislación laboral nacional: muchos países utilizan las normas de la OIT como base para su legislación laboral, asegurando que sus leyes estén en línea con los estándares internacionales.
  • Proporcionan un marco para políticas sociales y laborales: las normas de la OIT ofrecen una base sólida para el desarrollo de políticas que promuevan el trabajo decente y la justicia social.
  • Ofrecen un punto de referencia para la evaluación de condiciones laborales: las normas de la OIT se utilizan a menudo como punto de referencia para evaluar las condiciones de trabajo en diferentes países y sectores.
  • Promueven la competencia leal: al establecer estándares mínimos a nivel internacional, las normas de la OIT ayudan a prevenir una "carrera hacia el fondo" en términos de condiciones laborales.

Los países miembros se comprometen a aplicar estas normas, lo que contribuye a la armonización de las prácticas laborales a nivel global. Sin embargo, es importante notar que la aplicación de estas normas puede variar significativamente entre países.

La OIT ha establecido mecanismos de supervisión para asegurar que los países cumplan con las normas que han ratificado. Estos incluyen un sistema de presentación de informes regulares, así como procedimientos especiales para abordar las quejas sobre violaciones de las normas de la OIT.

 

Impacto global de la OIT

El impacto de la OIT en el mundo laboral ha sido significativo, influyendo en las políticas laborales y sociales de países de todo el mundo y mejorando las condiciones de trabajo de millones de personas. 

Algunos de los principales impactos incluyen:

  • Promoción de legislaciones laborales más justas: la OIT ha sido instrumental en la adopción de leyes laborales más equitativas en numerosos países. Sus convenios y recomendaciones han servido como modelo para la legislación nacional, llevando a mejoras en áreas como la seguridad y salud en el trabajo.
  • Erradicación del trabajo infantil y forzoso: la OIT ha liderado esfuerzos globales para eliminar las peores formas de trabajo infantil y el trabajo forzoso. A través de su Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (IPEC), la OIT ha ayudado a millones de niños a salir del trabajo y acceder a la educación.
  • Promoción de la igualdad de género en el ámbito laboral: la OIT ha sido fundamental en la promoción de la igualdad de género en el trabajo. Ha abogado por la igualdad de remuneración, la no discriminación en el empleo, y la protección de la maternidad, entre otros temas.
  • Mejora de las condiciones de trabajo: a través de sus normas y programas, la OIT ha contribuido a mejorar las condiciones de trabajo en todo el mundo, abordando temas como la seguridad y salud ocupacional, las horas de trabajo, y los salarios mínimos.
  • Promoción del empleo juvenil: la OIT ha desarrollado programas específicos para abordar el desempleo juvenil, un problema global persistente.

 

Retos y desafíos de la OIT

La OIT enfrenta varios desafíos significativos en el ámbito laboral actual, que reflejan las transformaciones rápidas y profundas en el mundo del trabajo moderno. Entre los principales retos se encuentran:

  • La transformación digital y la automatización del trabajo: la cuarta revolución industrial está cambiando fundamentalmente la naturaleza del trabajo. La automatización y la inteligencia artificial están eliminando algunos trabajos mientras crean otros, lo que plantea desafíos en términos de desempleo y adaptación de los sistemas de protección social.
  • El aumento del trabajo informal y precario: en muchas partes del mundo, especialmente en países en desarrollo, una gran proporción de la fuerza laboral trabaja en la economía informal, sin protección social ni derechos laborales básicos.
  • Las desigualdades persistentes en el mercado laboral: a pesar de los avances, siguen existiendo disparidades significativas en el mercado laboral, particularmente en términos de género, raza y origen étnico. 
  • La recuperación pospandemia del mercado laboral: la pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto sin precedentes en el mundo del trabajo, exacerbando las desigualdades existentes y creando nuevos desafíos. La recuperación desigual entre países y sectores plantea retos fundamentales.
  • El envejecimiento de la población en algunas regiones: en muchos países desarrollados, el envejecimiento de la población está creando presiones sobre los sistemas de pensiones y seguridad social, y está cambiando la composición de la fuerza laboral.
  • La migración laboral: los flujos migratorios plantean desafíos en términos de protección de los derechos de los trabajadores migrantes y gestión de la movilidad laboral internacional.

Para responder a estos desafíos, la OIT:

  • Desarrolla investigaciones y análisis sobre las tendencias laborales emergentes: la OIT produce informes detallados y estudios sobre diversos aspectos del mundo del trabajo, proporcionando una base de conocimientos para la formulación de políticas.
  • Adapta sus normas y recomendaciones a las nuevas realidades del trabajo: la OIT revisa y actualiza regularmente sus normas laborales para asegurar que sigan siendo relevantes en un mundo del trabajo en constante evolución.
  • Ofrece asistencia técnica a los países para implementar políticas laborales efectivas: la OIT proporciona asesoramiento y apoyo técnico a los países miembros para ayudarles a desarrollar e implementar políticas laborales que aborden los desafíos actuales.
  • Desarrolla programas específicos para abordar desafíos particulares: por ejemplo, la OIT ha lanzado iniciativas centradas en el futuro del trabajo, el empleo juvenil, la economía informal y la transición justa hacia economías ambientalmente sostenibles.
  • Promueve la ratificación y aplicación de las normas internacionales del trabajo: la OIT continúa abogando por la ratificación de sus convenios fundamentales y trabaja con los países para asegurar su implementación efectiva.

 

Conclusión

La Organización Internacional del Trabajo ha desempeñado un papel considerable en la configuración del panorama laboral global desde su creación hace más de un siglo. 

En el contexto de la construcción de paz después de la Primera Guerra Mundial, la OIT representó un enfoque innovador al vincular la estabilidad social con las condiciones laborales justas. La estructura tripartita de la OIT también sirvió como modelo para futuras organizaciones internacionales y no gubernamentales, 

A lo largo de su historia, la OIT ha evolucionado para enfrentar los desafíos cambiantes del mundo laboral, manteniendo su relevancia en un mundo globalizado y cada vez más digitalizado. 

Su continua labor en la promoción del trabajo decente y la justicia social sigue siendo vital para abordar las desigualdades y fomentar el desarrollo sostenible en el siglo XXI.
 

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