Creció con la música de Richie Ray y Bobby Cruz, su padre José 'Mañengue' Hidalgo era el conguero de la orquesta de esos dos músicos, razón por la cual Giovanni Hidalgo antes de conocer un juguete conoció la percusión latina.
A los tres años tocó los bongos y a los ocho debutó como profesional. Se inició con el trompetista puertorriqueño
Mario Ortiz; siguió con Luigi Texidor, excantante de la Sonora Ponceña, más adelante tocó para Charlie Palmieri. En 1981 ingresó a la agrupación Batacumbele, con la que fusionó el jazz con los tambores africanos, ritos santeros cubanos, y ritmos tradicionales de Puerto Rico, como la bomba, la plena y la música jíbara.
Más adelante trabajó con Eddie Palmieri, Paquito D´Rivera, Dave Valentin y Tito Puente. En 1988 según él fue su consagración al ingresar a la Orquesta de Jazz de las Naciones Unidas, dirigida por Dizzy Gillespie. Al año siguiente
armó su propio grupo y grabó su primer disco titulado Villa Hidalgo.
Ha tocado con infinidad de artistas destacados, entre ellos Michel Camilo, Arturo Sandoval, Humberto Ramírez, Gonzalo Rubalcaba, Zakir Hussain, Airto Moreira, Juan Luis Guerra, Diego El Cigala, Paul Simon, Freddy Hubbard y Mickey Hart, con quien obtuvo dos premios Grammy.
Todos ellos y sus colegas aseguran que es el mejor intérprete de percusión latina en el mundo y estuvo en Manizales compartiendo sus conocimientos con 20 músicos en una clínica de percusión, que coordinó el pasado martes en el Hotel Carretero, además cerca de 500 personas comprobaron el miércoles en el Teatro Los Fundadores porque es considerado el mejor del mundo en las tumbadoras y timbales.
LA PATRIA dialogó con él acerca de su vida, su trayectoria y sus gustos musicales.
A su estatura
-¿Qué siente cuando la gente se refiere a usted como el mejor percusionista del mundo?
Bendito sea, no se por qué la gente dice eso (risas)... Eso me hace crecer como ser humano, porque tengo muy claro que el mejor es papá Dios.
-¿Cómo llegó a ese nivel?
Sé mi estatura en esto, pero sigo aprendiendo como un niño, no me considero el mejor, ni el más grande, me gusta ser humilde para un análisis perpetuo y continuo y así replicar mi conocimiento a los demás.
- ¿Usted es autodidacta, nunca quiso pasar por la academia?
La calle es la mejor universidad de la vida, aunque lo académico es importante, pero lo suplí con mi disciplina, junto a mi papá que tocaba 300 de los 365 días del año y a veces hasta ocho horas diarias. Y aún no dejo de escudriñar las tumbadoras logrando incorporar nuevos golpes de mano para lograr sonidos novedosos.
- ¿Qué referencia musical tiene de Colombia?
Siguarajazz de Medellín, soy 'parner' de Juancito 'Trucupey' García, su director. Me identifico con ellos porque son de la barriada, mucho swing y boogaloo.
Sus compañeros
-¿Qué significó para usted integrar la Orquesta de Jazz de las Naciones Unidas?
Fue estar en una súper escuela, compartí con los creadores del Bebop. ¡Alabao! sea papá Dios.
-¿Qué le dejó trabajar con Eddie Palmieri?
A ser mejor persona y director de grupo. A repartir aquí y allá, que todo tiene un por qué y una razón. Con el respeto de todo los pianistas, mira este señor, es el pianista de los timberos, porque esos montunos de él son únicos. Para mí es el artista más innovador de la música latina.
-¿Y Tito Puentes?
Chano Pozo fue el primero en incursionar con la percusión latina en Estados Unidos, pero Ernesto Antonio Puente Ortiz nos abrió las puertas en ese país. Aprendí de él a ser muy estricto en mi trabajo, pero sin dejar de divertirme.
- ¿Cuáles son sus cantantes preferidos?
Justo Betancourt, Ismael Quintana, Cheo Feliciano, Adalberto Santiago, Ismael Miranda, y de la nueva generación a Luisito Carrión, Wichi Camacho e Isaac Delgado.
- Usted es de Puerto Rico, cuna del reguetón ¿qué opina de ese género musical?
Es una amalgama nueva que viene de ritmos plenos de Egipto, Nigeria y Marruecos, pero es un género pasajero, no quiero que me mal interpreten, pero como se nutre de tantos ritmos terminará desapareciendo. No es para polemizar, porque la música es para armonizar y deleitarnos el espíritu.
- ¿Qué les dejó de enseñanza a los asistentes a su clínica de percusión latina?
Que hay que trabajar sin vanidad ni avaricia para ser los mejores. Cuando se crea que se aprendió todo hasta ahí llegará el conocimiento, por eso no se debe renunciar a escudriñar el instrumento.
- ¿Qué desea más para su vida?
Seguir tocándole a las masas, porque soy un músico del planeta.
El dato
A pesar de no haber pasado por la academia Giovanni Hidalgo fue profesor durante cuatro años en la Facultad de Música de Berklee, en Boston.
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