Por Andrés Rodelo
Tienes que agradecerle a un blockbuster cuando gestiona su parafernalia al servicio de la emoción. En el momento en el que una superproducción de Hollywood decide que su derroche audiovisual no será más importante que el amor por sus personajes creo que, lo que ocurra de allí en adelante, tiene muchas probabilidades de ser un trabajo digno.
Malos ejemplos hay de sobra: películas que, en lugar de historias, pretenden ser atracciones de feria (una experiencia muy solicitada, por desgracia, por los espectadores desprevenidos y ocasionales de las multisalas) que abruman con un despliegue desmedido de los efectos especiales. Obras que se desploman por su hipertrofia audiovisual y por su falta de sensibilidad, en las que los protagonistas no son más que presencias que, si no estuvieran allí, daría igual.
STAR WARS: EL DESPERTAR DE LA FUERZA, el esperadísimo episodio VII de la saga erigida por George Lucas, es consciente de la importancia que tienen las secuencias de acción y el espectáculo para sus intereses de taquilla (aquí hay muchos ejecutivos de Disney frotándose las manos, no seamos ingenuos), pero se agradece que, de por medio, el equipo comandado por J.J Abrams calibre el relato de tal forma que sus protagonistas sean imprescindibles. El resto es secundario, aspectos que están a la sombra de su prioridad máxima: la condición humana.
Este regreso positivo, que se deshace de la trascendencia que tuvo la deriva política en las precuelas (lo cual no es bueno ni malo), devuelve el relato al terreno de la aventura intergaláctica, en la línea de la trilogía original, y de paso se sumerge en un universo de los afectos rico en vacíos emocionales, conflictos parentales, dilemas, miedos, inseguridad, esperanza, alegría y superación, siempre en primer término.
El bombardeo emocional transmite una sensación sobrecogedora, gracias a lo fácil que es identificarse con unos perdedores entrañables que arrastran con la losa del pasado, cuestionados permanentemente por sus temores, pero dispuestos a estar por encima de sus carencias.
-SPOILER ALERT- En este último párrafo me meto un poco con el argumento. No revelo un momento trascendente, pero sigue siendo un spoiler (muy pequeño).
Ahora bien, EL DESPERTAR DE LA FUERZA no es una película perfecta. Personalmente, le recrimino que varios momentos den la sensación de déjà vu al narrar algo que la saga ya contó antes, quizá como una estrategia de fanservice. Varias secuencias están calcadas al dedillo de escenas de la trilogía original. Sin embargo, el final de la cinta podría llevarse el galardón de uno de los instantes más emotivos de todo STAR WARS.
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