Él es el sacerdote caldense Darío Valencia, desaparecido desde hace 90 días. Pertenece a la parroquia María Auxiliadora del barrio Turín, de Pereira.

Foto | Cortesía | LA PATRIA Él es el sacerdote caldense Darío Valencia, desaparecido desde hace 90 días. Pertenece a la parroquia María Auxiliadora del barrio Turín, de Pereira.

LA PATRIA | MANIZALES

Han pasado 90 días desde la desaparición del sacerdote caldense Darío Valencia Uribe en Pereira tras una cita para la venta de un carro. A pesar de los esfuerzos de búsqueda, su paradero sigue siendo desconocido.

Desde el pasado 25 de abril él es un desaparecido más del país y por ello han realizado varias búsquedas para dar con su paradero.

En su reciente visita a Anserma, monseñor Rigoberto Corredor Bermúdez, obispo de la Diócesis de Pereira, insistió en que se haga todo lo posible para encontrar al sacerdote y les pide a los fieles seguir orando, mantener viva la memoria del sacerdote y, además, participar de la eucaristía que se realiza en todos los templos el 25 de cada mes.

Darío, originario de Risaralda (Caldas), sorprendió a sus allegados al inclinarse por la vida religiosa. Su prima Beatriz Ospina Valencia y otros familiares han buscado pistas en Viterbo (Caldas), en donde se encontró el carro del sacerdote con signos de violencia.

Edgar Valencia, primo del religioso, recuerda que antes de ser sacerdote, estudió ingeniería en la Universidad de Manizales, y describe a Darío como una persona solidaria y organizada.

La última vez que 'Pocho', otro primo, tuvo contacto con el padre fue el 15 de abril. La familia está convencida de que Darío no está con vida y solo desea saber dónde está.

El sacerdote era amante de la salsa y los carros, y solía desayunar con su madre en la panadería de su amigo Darío Ceballos. José Norbey Gutiérrez Zuluaga, otro amigo, destaca su organización y justicia.

Junto con la familia, han organizado vigilias y marchas, ofreciendo una recompensa de $10 millones por información sobre su paradero.

 

El caso

Como se recordará, hay un sospechoso de la desaparición del sacerdote, quien permanece en París (Francia) en viaje de turista. No pudo ser capturado por las autoridades de ese país porque es solo un sindicado, no imputado.

Se planteó la posibilidad de que un fiscal viajara para interrogarlo y tratar de conocer dónde está el religioso, desplazamiento que sería pagado por la Diócesis de Pereira, pero, según conoció LA PATRIA, desde el ente acusador no dieron el aval.

Esperan que el hombre, que al parecer era amigo del sacerdote, sea deportado para adelantar esa indagatoria. Por otro lado, comunidad y allegados siguen en la búsqueda en zonas boscosas cercanas a Viterbo.

El vehículo del desaparecido fue hallado en un lavadero de este municipio caldense y hasta ahora el único que ha dado declaraciones a las autoridades es el encargado de asearlo.

LA PATRIA supo que este contó que el automotor estaba impregnado de barro similar al que hay a orillas de ríos o quebradas, por lo que las autoridades no descartan la hipótesis de que el cuerpo pudo ser lanzado al río.


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