Foto I Archivo I LA PATRIA   Hace cinco años el mundo padecía ante la covid 19. Ocurrían cosas extrañas. La historia de Luis Javier Sepúlveda, de Salamina (Caldas) aún se recuerda. Falleció de un derrame cerebral y lo iban enterrar como paciente covid. Historia publicada en LA PATRIA el 8 de octubre del 2020.

Foto I Archivo I LA PATRIA 

Hace cinco años el mundo padecía ante la covid 19. Ocurrían cosas extrañas. La historia de Luis Javier Sepúlveda, de Salamina (Caldas) aún se recuerda. Falleció de un derrame cerebral y lo iban enterrar como paciente covid. Historia publicada en LA PATRIA el 8 de octubre del 2020.

Luis Javier Sepúlveda Serna nació en Salamina y murió en Manizales a los 65 años de edad. Esos son datos naturales de vida y fallecimiento de una persona. Lo que pasa es que este caso van más allá, en tiempos de pandemia.

Al señor lo iban a enterrar como covid-19 cuando en realidad falleció por un derrame cerebral. Dos pruebas de coronavirus salieron negativas.

 

El testimonio de la familia de Luis Javier

La familia de Sepúlveda llegó al Hospital Santa Sofía, de la capital de Caldas, a reclamar el cuerpo sin vida para efectuar las exequias. La sorpresa fue cuando personal de la funeraria La Esperanza les indicó a los dolientes que el cadáver estaba rotulado y embalado como paciente coronavirus.

“Nos indicaron que tenían que llevarlo al crematorio, porque esos eran los protocolos”, manifestó Rubén Sepúlveda, hermano del agricultor fallecido.

Añade que se rehusaron al procedimiento y que por eso

pidieron explicaciones a la institución de salud.

 

El calvario de la familia del salamineño fallecido

Comenta que empezó el calvario para que le hicieran la prueba otra

vez y que se la mostraran a la familia: “Estábamos asustados, porque según eso debíamos estar todos enfermos. Teníamos pánico”.

Sostiene que si la familia no se opone a que el cadáver saliera como

covid-19, aparecería en la cuenta de los fallecidos por esta pandemia:

Si a alguien se le muere un familiar en estos días, no trague entero, no se deje engañar por los administradores de la salud”, advierte.

En este asunto surgieron una versión del Hospital Santa Sofía y otra de Prever Siempre Jardines de La Esperanza. Las partes respondieron sobre lo sucedido.

 

Carlos Alberto Piedrahíta, gerente del Hospital.

Las cifras, según Piedrahíta, están disparadas por el virus. Con decir que de 100 pacientes que llegan al centro asistencial por sospecha de covid, el 80% se confirma y el otro 20% no.

La experiencia de Piedrahíta lo lleva a decir que en estos casos

prima el concepto del médico especialista. ¿Qué pasó con este

paciente?, se pregunta el gerente. Y él mismo responde que no llegó la prueba y que cuando se murió se dejó el cuerpo guardado unos días en la zona fría del hospital, hasta que llegue la prueba, que fue negativa.

Su relato prosigue: “Cuando llega la prueba, se toma la decisión de que la funeraria desembale dicho cadáver, pero se negó a desembalarlo cuando es obligación de ellos. Ya con el cadáver no es obligación del hospital”.

Cada palabra y cada frase de Piedrahíta van aumentando la polémica

y la confusión sobre lo sucedido en el hosiptal público más importnate de Caldas.

A continuación describe la posición de la institución: “Entonces, ante esa negativa, dimos la orden de que alguien del hospital se metiera allá para desembalar el cadáver. Dijimos que la familia viva su duelo. Con casos covid y no covid es un tema de rigor, puede salir negativo, pero al estar con cadáveres con covid positivo, se les olvida que puede haberse contagiado. Respondemos por la vida de la gente”.

Su conclusión es fría, pero responde a la realidad actual. “Entregamos los cadáveres para que los incineren si son positivo, como lo ordenan los protocolos del Ministerio de Salud; o para que los velen si son negativos”.

 

Lo que respondió la Funeraria

La otra cara de este acontecimiento la cuenta el director regional de operación de Prever Siempre Funeraria Jardines de La Esperanza, Óscar Javier Castaño.

Su testimonio comienza con remitir que los protocolos indican las

responsabilidades que tienen los actores en un fallecimiento por covid o posible covid.

Señala que la responsabilidad de la clínica (se refiere al Hospital Santa Sofía) es aplicar el protocolo covid a un paciente que sea posible covid, porque le tomaron la prueba o que es covid positivo, porque el resultado salió positivo.

“¿Qué debe hacer la funeraria?”, también se pregunta el mismo

director. De inmediato se contesta: Se para del lado del protocolo

donde termina la clínica. La clínica me dice es un posible covid,

cuando el funcionario de nosotros llega a recoger el cuerpo y no nos

han dicho nada y vemos que está embolsado con protocolo covid,

damos un paso al costado porque la indumentaria es diferente, nos toca poner a dos funcionarios para recoger un covid o un posible covid”.

Por eso, asegura, que esta situación es responsabilidad de la clínica

ante el hecho de que el ser querido fue catalogado como no covid, que por tal motivo debía desembolsar el cuerpo y no la Funeraria, la cual aún no lo tenía en su poder. No es nuestra responsabilidad embolsar o desembolsar seres queridos”.

Otra cosa habría sido, agrega Castaño, si hubiese sido retirado con el protocolo covid, pues ahí sí iba a inhumación o cremación sin visita de familiares.

La narración del directivo de la Funeraria continúa: “A la familia le fue informada en ese momento que su ser querido estaba con protocolo covid, se le dijo: hable con la clínica para que lo desembolsen, porque cometió el error al ponerlo en protocolo covid.

Solo pedíamos que la clínica le quitara el protocolo covid para

proceder normalmente”.

Recuerda que la familia les informó, luego, que la segunda muestra era negativa y que ya lo habían desembolsado. “Le dimos velación y el destino final que la familia escogió”.