La Dorada
Autor

MANUEL VALENCIA
LA PATRIA | LA DORADA

Ponga atención a las siguientes palabras. Son de una mujer que cuenta su dramática historia fundamentalmente para que otras no tengan la desgracia de pasar por lo que ella ha pasado gran parte de su vida. "Le aconsejo a una madre: ame a su hija y enséñele a valorarse y a estudiar para que no caiga en este infierno".
Ella prefiere que en este relato la llamen Vanessa, por seguridad. Vive en La Dorada, municipio del oriente caldense donde los índices de desempleo han alcanzado hasta el 80  %. Las fuentes de trabajo son escasas para una ciudad de cerca de 90 mil habitantes. Por eso, son normales la informalidad y el rebusque.
En el drama de conseguir dinero para subsistir y levantar la familia surge la prostitución. "En esta los clientes nunca faltarán, y por eso la actividad nunca desaparecerá", dicen mujeres dedicadas a vender sus cuerpos.
La Dorada es la glorieta de Colombia, por allí circulan a diario centenares de tractomulas con conductores cansados de recorridos, a veces de extremo a extremo del país.
A su paso por allí es posible que al borde de la carretera nacional, llamada Autopista Medellín-Bogotá, les salga una mujer ofreciendo sexo. Vannesa es una de ellas.

La vendieron
Tiene 26 años y conserva una figura esbelta. Trabaja para sostener a sus tres hijos. No le falta una sonrisa, a pesar de la tristeza que refleja su mirada cuando comenta apartes de su experiencia.
Abiertamente dice: "soy prostituta desde los 13 años. Mi madre me vendió a un compadre por $ 50 mil pesos. Era la mayor y no teníamos para comer. Mis cuatro hermanos menores pedían plata porque mi padrastro se había ido con la vecina y nos había dejado solos y necesitábamos plata".
Vanessa es madre cabeza de hogar. Su último compañero le dijo que se iba a laborar a una finca, pero nunca regresó. "Es como si se lo hubiera tragado la tierra".
Nació en Dosquebradas (Risaralda) y cuando tenía dos años su madre se fue para La Dorada, detrás de un hombre que era del puerto caldense. Eso hace 24 años.
"Lo que mi memoria recuerda no es la felicidad ni cuentos de hadas, solo sufrimiento, pobreza y abusos". Su madre trabajaba en un restaurante en el centro. Se iba a las 4:30 de la mañana y regresaba a las 10:00 de la noche. "Ganaba muy poco y le tocaba muy duro".
Las cosas se complicaron cuando la mamá de Vanessa quedó de nuevo en embarazo. Ahora tendría mellizos. El señor con el que vivía no creyó que fueran hijos suyos y por eso la golpeó y la abandonó.
"Tenía 6 años y recuerdo que ella se salió del trabajo que tenía y empezó a salir con hombres por dinero. Ganaba más y nos dejaba solos, conoció a un hombre y se retiró. Con él tuvo un hijo. Dos años después él se fue con una vecina".
Recuerda que el compadre, al cual su madre la vendió, iba cada fin de semana durante seis meses. A los 14 años, es decir en el 2001, Vanessa quedó en embarazo. Su alternativa: trabajar. En un restaurante le pagaban ocho mil pesos diarios. Luego la contrataron en cafés, pero le tocaba salirse cuando llegaba la Policía a pedir papeles porque aún era menor de edad.

En la vía
Un día una amiga, recién conocida, le propuso que salieran de rebusque en la variante, a un lado de la zona urbana de La Dorada. Desde entonces la plata para mantener el hogar sale de los bolsillos de choferes.
"Así empecé a ser 'rimulera'. A veces nos hacemos en La Melissa y otras en Las Margaritas". Salen a las 8:00 de la noche y regresan a las 6:00 o 7:00 de la mañana a organizar casa y a atender los hijos. 
Las jornadas, comenta, están llenas de riesgo. En la carretera esperan a que un conductor las recoja. "A veces se consiguen tipos jodidos, se está dispuesto a lo que sea, hasta arriesgar la vida. Una compañera se montó en una tractomula y  y jamás se volvió a saber de ella, parece que apareció muerta tiempo después".
Con el conductor al volante, ella enseguida negocia los servicios. "Un buen rato vale 60 mil pesos, pero se puede rebajar hasta 50 o 40 mil. Por sexo oral  cobramos 20 mil y a veces 10 mil".
El negocio continúa: "también se contrata para un sitio que tenga habitación por una o dos horas. Luego salgo y busco otro cliente. Hay días muy buenos en que se hacen $ 300 mil, otros 200 mil,  también días malos de $ 20 mil, pero gracias a Dios nunca he tenido un día sin un peso. En un mes se hace un promedio de millón o millón 500 mil".

Esclavitud
Siente que no es fácil dejar la prostitución. Le parece que se ha vuelto esclava de hombres desconocidos que huelen feo, tienen mal aliento y hasta pecueca. Sin embargo, está segura de que seguirá, no sabe hasta cuándo, pues lo que le interesa es que haya plata para que la familia salga adelante. 
"Tengo una amiga que tuvo suerte y estuvo con un cliente que se enamoró de ella. La sacó de este martirio, es como en una novela con final feliz, la tiene viviendo bien y ya tiene dos hijos".
La pesadilla para otras es más grande. Como Claudia, también compañera de Vanessa, cuyo padre abusaba de ella y por eso se metió a la prostitución. "Es como una maldición, como si naciéramos para eso, estamos marcadas y muy triste que nos toque como me tocó a mí". 
Para concluir vale la pena repetir las palabras de Vannesa al comienzo de esta narración. "Le aconsejo a una madre: ame a su hija y enséñele a valorarse y a estudiar para que no caiga en este infierno".


¿Qué se hace?
Se calcula que unas 30 mujeres practican la prostitución con camioneros que pasan por la variante en La Dorada, en puntos como La Meliss, Las Margaritas. 
El director de Salud Pública de La Dorada, Estevan Muñoz, dice que adelantan  procesos de carnetización, con la Oficina de Desarrollo Económico local,  para adelantar programas con ellas. Sin embargo, indica, que la gran dificultad es que muchas llegan de otros lugares y están yendo y viniendo.
"Hemos estado brindado orientación en salud sexual y reproductiva. Se incluyen charlas sobre los riesgos de la práctica sin preservativos y del sexo oral".


Visión de una psicóloga
Noelva Calle, psicóloga, recomienda tener un estilo de vida saludable, esto incluye cuidar el cuerpo, no venderlo, alimentarse bien y tener una pareja estable.
Otro punto para evitar la prostitución es tener bases sólidas integrales que vienen desde la familia, la sociedad y en el caso de los menores, desde el colegio.
Según la profesional en la familia se deben tener unos principios morales, éticos y espirituales basados en la comunicación, el acompañamiento y una buena relación con los hijos.
También recomienda a los jóvenes no tomar la prostitución como la primera opción ante la falta de trabajo. Dice que se debe tener una mentalidad para salir adelante, autoestima y un imaginario de lo que se quiere ser, con esto buscar oportunidades y ver los programas que ofrecen las universidades a distancia en los municipios.


Peor esclavitud
La Organización Internacional del Trabajo clasificó entre las peores formas la esclavitud, trata o prácticas análogas; explotación sexual o pornografía; reclutamiento, actividades ilícitas (tráfico de estupefacientes, mendicidad organizada) y cualquier otro trabajo que, por su naturaleza o por las condiciones en que se realiza, dañe la salud, la seguridad o la moralidad de los niños y las niñas.
El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar expresó que este año en Caldas han sido reportados 605 casos de trabajo infantil, lo que les ha llevado a trazar una estrategia para la búsqueda activa de los niños, niñas y adolescentes vinculados a las peores formas de trabajo infantil, a través de los Equipos de Erradicación de Trabajo Infantil (Eti) y los Equipos Móviles de Protección Integral (Empi).


DESTACADOS

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"Es como una maldición, como si naciéramos para eso, estamos marcadas y muy triste que nos toque como me tocó a mí". 

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"Lo que mi memoria recuerda no es la felicidad ni cuentos de hadas, solo sufrimiento, pobreza y abusos".

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