VEREDA DE CHINCHINÁ
Los frutos de un buen suministro en Naranjal
LA PATRIA | Chinchiná
Hace siete años nació lo que hoy es orgullo para la vereda Naranjal de Chinchiná. Ese año construyeron la planta de tratamiento, que valió $130 millones. Hoy tienen agua pura. Antes, eran comunes las enfermedades estomacales. Los miembros de la vereda construyeron la obra con apoyo de la Alcaldía, el Comité de Cafeteros y la Fundación Manuel Mejía.
a administradora del acueducto, Luz Estela Posada, dice que hace dos años se trabaja en capacitación para personal administrativo y operativo.
"Por los buenos resultados, se han obtenido aportes técnicos y económicos de la Alcaldía de Chinchiná; la Gobernación de Caldas, a través de Aguas para la prosperidad (antes Plan Departamental de Aguas) y del Comité de Cafeteros. Esta última entidad se encarga de la administración de los recursos, lo que es visto en la vereda como garantía de seriedad y transparencia.
Stiven Cano, habitante de Naranjal, indica: "el acueducto me parece bueno, porque no es como antes que se interrumpía con frecuencia. Ahora el agua llega tratada y los niños no se han vuelto a enfermar".
Administración
El sistema de suministro de agua es administrado por una junta de la vereda que recauda fondos para el pago del fontanero, mantenimiento de la planta y otros gastos de administración.
Cuenta con 372 usuarios, que pagan bimestralmente entre $15 mil 400 y $26 mil 200. Además son exoneradas del pago el colegio de Naranjal, tres casetas comunales, la Inspección de Policía y la iglesia.
Se surte de la quebrada La Honda que nace en la vereda Guaimaral, en el límite con el departamento de Risaralda, con un recorrido de 9 kilómetros en tubería de seis pulgadas, gran parte de PVC.
La planta de tratamiento queda entre el Alto de la Mina y Naranjal. A pesar de que cumple con las especificaciones técnicas, procesa 10 litros por segundo y se requieren los 18 que provienen de la fuente natural.
El caudal de donde se suerte el acueducto es bueno, pero presenta altibajos dependiendo del clima.
En sus inicios, el acueducto de Naranjal fue creado y administrado por el Comité de Cafeteros. A raíz de la crisis de los 90 fue cedido a una junta integrada por miembros de las veredas El Borde, Reposo, Floresta y Naranjal, que son las que reciben el servicio.
Así como el acueducto tiene sus fortalezas, también tiene necesidades. Se incluye ampliación de la planta de tratamiento, cambio de cinco mil metros de tubería galvanizada por PVC, construcción de dos bocatomas o un tanque de almacenamiento.
Foto | Duván Zuluaga | LA PATRIA
Planta de tratamiento de agua en la vereda Naranjal de Chinchiná.
Con usuarios
Wilmar Ceballos, fontanero
Destaco la organización y empeño institucional para mejorar el servicio. Se deben superar los factores contaminantes y ampliar la planta actual.
Aleida Rengifo, ama de casa
El suministro es bueno porque la mayoría de las veces llega limpia y hay pocas interrupciones.
Olga Ramírez, habitante de la vereda
Bueno, es poco lo que nos dejan sin agua, Cuando no está tratada, nos avisan. A mi casa llega muy buena agua.
EN PANDEAZÚCAR (NEIRA)
Largo en cubrimiento y en necesidades
LA PATRIA | Neira
Don Uriel Antonio Vargas, de 60 años, lleva 42 años dedicado a trabajar en acueductos de Caldas. En Pandeazúcar, vereda de Neira, lleva tres décadas. Con razón se siente experto en tomas, conducciones y tratamientos de agua.
El sistema de Pandeazúcar tiene fortalezas y debilidades. Don Uriel resalta que está entre los más largos de Colombia. En un recorrido de 50 kilómetros surte las veredas de tierra caliente. Arranca en Pandeazúcar, pasa por El Descanso y llega a la Isla. En Palermo se desprende un ramal de 70 kilómetros que alimenta a Llanogrande, el Cholo, Armenia, el Río y Aguacatal, entre otras.
El señor está listo a las 5:00 de la mañana para salir en su moto. Aún no ha nacido el día y él comienza a verificar que estén funcionando los tanques principales porque a las 8:00 a.m. deben estar cubriendo las necesidades de agua de cerca de mil familias.
El acueducto lo administra la Fundación Ecológica Cafetera, adscrita al Comité de Cafeteros de Caldas.
Tiene una organización administrativa. El pago de factura, que llega bimestralmente a 900 usuarios, se hace teniendo en cuenta los estratos 1, 2, 3, 4 y 5. Cada familia tiene para su consumo hasta 40 metros, de ahí en adelante se cobra de acuerdo con el medidor.
Tres fontaneros se encargan del mantenimiento y hay una oficina, donde los usuarios pagan y plantean inquietudes.
Falencias
Los 120 kilómetros del acueducto de Pandeazúcar son en tubería de asbesto y cemento galvanizado, lo que consideran obsoleto. Se indica que la estructura y tanque de almacenamiento cumplen con normas de seguridad.
La prioridad para las cinco mil personas que se abastecen con el acueducto consiste en mejorar la cantidad de agua, es decir que haya un sistema de tratamiento desde Pandeazúcar.
Lo que da tristeza es que hace cuatro años utilizaron $60 millones en una planta para potabilizar. El sistema quedó en la vereda Los Zainos, pero técnicamente no alcanzaba a surtir a todos. Hoy está a la intemperie y abandonada.
Don Uriel dice que es necesario comprar la finca lindante arriba de la bocatoma para forestar. “Estos dos aspectos y mejorar las redes de conducción, es lo que más se requiere”.
El acueducto de Pandeazúcar es quizá el más largo de Colombia.
EN VEREDAS DE RISARALDA, EN EL OCCIDENTE DE CALDAS
Les llega y la consumen contaminada
LA PATRIA | Risaralda
Ni hervida se puede tomar el agua en las veredas Guamito, La Frisolina y La Trinidad, en Risaralda, en el occidente de Caldas. Sus habitantes ven el problema de frente: en los tanques de almacenamiento ven hasta gusanos. Dicen que son normales los dolores de estómago y los hongos en la piel.
La profesora de la escuela tiene que advertir a sus 22 alumnos que no beban de la llave. Los pequeños acosados por la sed se pegan del grifo.
"Hay que hervir el agua, pero en las canecas aparecen gusanos por lo que la debemos dejar para sanitarios. Toca mandar a traerla de otra fuente limpia para poder tener alimentos higiénicos a los niños".
El lío para estas personas tiene su origen aguas arriba porque al parecer de varias casas vierten aguas negras. Guillermo Cortés, habitante de la vereda, comenta: "ha sido negligencia de los habitantes de la parte por donde cruza la quebrada. Nos han arrojado materia fecal y pulpa de café. Hay que hervir el agua las veces que sea pueda".
La persona encargada del acueducto explica que día de por medio lava el tanque de almacenamiento. "Da tristeza, cuando uno llega lo ve lleno de cimentación.".
Paola Cortés que “solamente se utiliza para aseo de sanitarios porque si uno se baña con ella le dan hongos".
El papá de Paola y otros pobladores de la zona van a otros nacimientos en busca de agua para los alimentos, mientras llega la solución. Otros, entre tanto, sufren dolores de estómago y hongos en la piel.
Algunas voces
Alejandro Cortés, estudiante de quinto
Hasta ahora no he sentido nada y no sé más adelante qué me pueda pasar. En mi casa hacen lo mismo.
Leidi Yoana Vargas, estudiante de cuarto
Hasta ahora no siento nada. Le siento un sabor a miel de la pulpa de café, en mi casa todos la toman.
María Idalia Rojas, ama de casa
Mientras unos se toman un vaso de agua pura, a nosotros nos toca llena de cimentación. A veces me duele el estómago, me han salido hongos.
Foto | Jorge Gaviria | LA PATRIA
Agua contaminada, lo común en La Trinidad, vereda de Risaralda.
HACE TRES AÑOS SE QUEDARON SIN EL SERVICIO EN LA FLORIDA (ANSERMA)
Solo les llega del cielo
LA PATRIA | MANIZALES
Los ocupantes de las 14 fincas de la vereda La Florida en Anserma, dedicadas a la agricultura, añoran la existencia de Javier Zuleta, quien murió hace tres años, el mismo tiempo que llevan sin servicio de acueducto del que era operario. Él sufrió una apendicitis, que pudo convertirse luego en una peritonitis, por lo que describe su suegra Enilsen Grajales.
Limbania Ramírez, clásica andariega nacida en Valparaíso (Antioquia) vivió en El Águila (Valle) antes de llegar hace ocho años a la vereda La Florida, en Anserma. En su finca se aprecian tuberías semienterradas y un contador por los que solo corre aire. Con frecuencia ella y su familia se sienten como el dicho: "sucios y con el agua lejos".
La vista de la que goza es envidiable. Parece un balcón para apreciar el paisaje. Cualquiera quisiera quedarse a vivir allí, pero es desalentador por la falta de agua. José Darío, hijo de Limbania, madruga a un nacimiento ubicado a 200 metros para que en el hogar realicen los quehaceres y tengan para el consumo.
Se fue del todo
Zuleta era el operario del sistema de bombeo. Tres veces a la semana lo activaba para que hubiera agua en la vereda. Después de su fallecimiento también "se murió" el acueducto, pues se dañó la motobomba. Luego los usuarios se atrasaron en pagos de facturas ($19 mil mensuales). Pese a las asambleas y numerosas reuniones, nunca hubo recursos para repararla.
Según el presidente de la junta comunal de La Florida, Arbey Vélez, hoy ni siquiera saben cuánto cuesta poner el acueducto a funcionar de nuevo.
En la vereda hay más casas desocupadas que habitadas. Están abandonadas, con aleros caídos y paredes derruidas; chatarra amontonada, trapos sucios y maleza alrededor.
Varias familias se fueron a vivir lejos de la vía y más cerca de los nacimientos, porque era inútil seguir donde no llega una gota de agua, excepto la que les cae del cielo. Los que permanecen en sus casas, al lado de la carretera, adecuaron canales para aprovechar la lluvia.
En canecas
En tanques y canecas recogen agua, a sabiendas de que ella arrastra el polvo y excrementos de aves, entre otra suciedad que cae a los techos. Colores verde, amarillo y café, así como unos cuantos bichos delatan la mala calidad del líquido.
Así le toca sobrevivir a Tulia Román y, a la vez, lidiar a su esposo Gerardo. La única precaución que ella puede tener es recoger el agua menos sucia, almacenarla en recipientes plásticos y hervirla.
En la comunidad reconocen los sufrimientos de esta pareja de ancianos, los dos mayores de 80 años y enfermos, solos en su casa. Ella sorda por la edad y él mudo, a raíz de una parálisis. La mirada de este hombre comunica más que la única sílaba que le sale de la boca, una prolongada "a", con la cual protesta por la falta de agua y se apiada de su mujer, que lleva sola todas las cargas.
Tulia se soba el estómago y reconoce que el agua que se toma afecta su salud. Cuando no llueve baja por una trocha de un kilómetro a lavar donde la dejen las vecinas. También aprovecha para subir hasta la casa más limpia para preparar los alimentos.
Solución lejana
En varias ocasiones el presidente de la junta de acción comunal y las autoridades de sanidad de Anserma han tratado el problema del acueducto y la amenaza que representa para la salud. Arbey Vélez reitera que el inconveniente es la falta de recursos para reparar el sistema.
El asunto lo conoció el Gobernador Guido Echeverry, el pasado 22 de octubre, en visita a Anserma. Ese día le plantearon una posible solución que sería conectar las redes de La Florida y Paloblanco al acueducto por gravedad de la vereda Partidas.
Para las familias que pueden conectarse a nacimientos esta propuesta es esperanzadora. Para los que viven al borde de la carretera es una gran urgencia.
Foto | Martha Monroy | LA PATRIA
Tulia Román, en la vereda La Florida (Anserma) recoge el agua menos sucia, la almacena en recipientes plásticos, antes de hervirla para el consumo.
Cruda y pura vistas en el laboratorio
Lea la primera parte del informe: En Caldas crudos en agua potable www.lapatria.com/caldas/en-caldas-crudos-en-agua-potable-19804
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