Margaret Sánchez
LA PATRIA | MANIZALES
Aprovechar la riqueza en biodiversidad que hay en el país de la mano de la ciencia y la tecnología para identificar elementos biológicos que se pueden aplicar en la industria es parte del trabajo que realiza el Centro de Bioinformática y Biología Computacional de Colombia (Bios). Kocolatl es un ejemplo de esa labor.
Se trata de un proyecto internacional que se desarrolla en Colombia y que el Centro ejecuta en alianza con otras instituciones del Reino Unido y del país, enfocado al cultivo del cacao.
El director científico del Centro, Jorge William Arboleda, explica que con herramientas de investigación, biotecnología, analítica y capacitación a campesinos buscan predecir los tiempos óptimos de cosecha, la transformación adecuada para tener un producto de alta calidad, la sostenibilidad en la cadena de valor, el manejo y control de enfermedades, la gestión de residuos (como la cáscara), entre otros procesos, enfocados en la bioeconomía.
Esta iniciativa, recuerda Arboleda, está alineada al llamado de la Misión de Sabios sobre la necesidad de que Colombia conozca y utilice adecuadamente su biodiversidad. Para eso es necesaria la investigación, para conocer y usar los recursos de manera sostenible.
Énfasis
En el país el cacao se ha planteado como un cultivo para comunidades que sufrieron el impacto del conflicto armado, con ayuda de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) y el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos se ha promovido el programa Cacao para la paz, iniciativa para fortalecer la cadena de valor mediante investigación, extensión y comercialización.
Según Fedecacao, durante los últimos 10 años el país ha aumentado la producción, pasando de 36.118 toneladas en el 2009 a 59.740 en el 2019. Santander, Antioquia y Arauca se destacan como los mayores productores. En el 2019 se exportaron cerca de 9 mil toneladas principalmente a México, Malasia, Bélgica, Indonesia y un poco en Norte América.
Para mejorar la producción y la calidad del cacao, Kocolatl se enfoca en plantear modelos, a través de la ciencia de datos, que ayuden a determinar el momento preciso de recolección de las mazorcas de cacao, que normalmente lo realiza el agricultor a partir de la evaluación visual de su color y forma. Al cosecharlo inmaduro o demasiado maduro afecta la calidad y el precio.
Otro énfasis del proyecto está en el aprovechamiento de los desechos como la cáscara de la mazorca, que según estudios, puede representar entre el 52% y el 70% del peso del fruto. Ese material generalmente se quema o se deja en los cultivos como desecho, provocando un impacto negativo sobre el medioambiente.
Arboleda menciona que gracias al análisis que han realizado identificaron metabolitos o propiedades en la cáscara que sirven como fertilizantes. “Hay una oportunidad de desarrollo de un producto y de un encadenamiento”, señala. Es decir que los desechos se ven como productos derivados con potencial de artículos de valor para otros mercados.
Financiación
El nombre del proyecto Kocolatl proviene de la lengua indígena de los aztecas. Así llamaban a la bebida que se obtenía del cacao. Surgió de la convocatoria internacional Institutional Links, con el auspicio del Fondo Newton del Reino Unido, que promueve la asociación de investigación e innovación entre países para ayudar al desarrollo económico y sostenible y el bienestar social; y el Ministerio de Ciencia Tecnología e Innovación de Colombia.
Arboleda añade que lo lideran en asocio con el National Institute of Agricultural Botany (NIAB) del Reino Unido, y cuentan con la participación de la Federación Nacional de Cacaoteros (Fedecacao) y la empresa Hands and Crops, que brinda asesorías e insumos para la agricultura urbana.
El proyecto tiene una ejecución de 18 meses con un presupuesto de $400 millones. Estas instituciones empezaron a trabajar en agosto del 2020 con campesinos de Belalcázar (Caldas) y la información que reúnen allí servirá para generar el modelo para aplicar en otras zonas.
Bios logró 89% de ingresos por venta de servicio
Miguel Trujillo Londoño al hacer un balance de sus cinco meses en la Dirección Ejecutiva de Bios indicó que han trabajado en priorizar la venta y prestación de servicios como principal fuente de ingresos, sin abandonar las licitaciones y convocatorias públicas y privadas con ministerios y entidades públicas.
El director precisó que el 2020 lograron alcanzar ingresos por venta de servicios de un 89%, históricamente había estado por debajo del 20%, este año la meta es crecer 164% en ese rubro.
Agregó que se han enfocado en diseñar un portafolio escalable (desarrollos que se apliquen en varios sectores), y recurrente (mantener al cliente). “Si una empresa necesita analítica de datos, queremos que piense en Bios, o que seamos la primera opción cuando la necesiten”.
Comentó, por ejemplo, que el año pasado firmaron con Chec para aplicar analítica de datos a garantizar la estabilidad de las subestaciones, y se espera que de ese proyecto se deriven otras soluciones.
Nuevo director científico
Jorge William Arboleda estará hasta final de mes en la Dirección Científica del Centro de Bioinformática y Biología Computacional (Bios), en la que estuvo dos años y medio. Su salida se debe a que finalizó su periodo de comisión y debe retomar sus labores como docente en la Universidad de Antioquia. Lo reemplazará Jorge Jaramillo profesor de planta de la Universidad de Caldas, socia del Centro.
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