Militares cargan el féretro a la misa de cuerpo presente de Fernando Botero ayer en la Catedral Primada en Bogotá.

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Militares cargan el féretro a la misa de cuerpo presente de Fernando Botero ayer en la Catedral Primada en Bogotá.

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La muerte del maestro Fernando Botero despertó en Colombia un fervor por su vida y obra, expresada en múltiples homenajes nunca antes vistos, como reconocimiento a su genialidad artística, que llevó por el mundo el nombre del país, con sus maravillas y sus tragedias, pero también a su sensibilidad y calidez humana.

El ministro de Cultura, Juan David Correa, dijo ayer, antes de la misa solemne en memoria de Botero en la Catedral Primada de Bogotá, a la que asistió el presidente Gustavo Petro, que están "conmovidos" con la despedida al maestro que "con sus manos y con su mirada nos reinventó, nos dio una posibilidad de mirarnos de formas distintas, en dimensiones distintas".

En abril del 2014, cuando murió en Ciudad de México el nobel de Literatura Gabriel García Márquez, hubo también una conmoción nacional pero los homenajes no fueron tan profusos en el país a donde sus cenizas volvieron dos años después.

En el caso de Botero, su cuerpo fue traído a Colombia desde Mónaco, donde falleció el pasado 15 de septiembre, por deseo de su familia y a petición de las autoridades nacionales y locales, para una semana de actos solemnes y populares.

"El maestro Botero, como nuestro siempre amado Gabriel García Márquez, vivió muchos años en el exterior e igualmente reflejó en sus obras su evocación, su añoranza por Colombia, su dolor de patria por los capítulos más oscuros de nuestra historia, tuvo la conmovedora sensibilidad de convertir nuestra paz y nuestra guerra, nuestra desgarradora violencia en algo estremecedor y sublime, manifestó ayer la senadora María José Pizarro, del Pacto Histórico.

Entre sus obras, que plasman la realidad nacional y su conflicto, están numerosas pinturas como "Carrobomba", "Muerte de Pablo Escobar", "Masacre en Colombia", "Tirofijo", "La muerte de la Catedral" o la icónica escultura "El pájaro", del Parque de San Antonio (Medellín), destruida el 10 de junio de 1995 por una bomba que dejó 23 muertos y decenas de heridos y que el maestro repuso con una nueva.

Artista universal

Pizarro definió a Botero como "el artista plástico colombiano de mayor renombre mundial", algo en lo que coinciden, como raramente ocurre en el país, quienes lo conocieron, sin importar ideologías o partidos políticos.

Para el expresidente Juan Manuel Santos, a quien le obsequió en septiembre del 2016, días antes de la firma del acuerdo con las Farc, la escultura "La paloma de la paz" que lo acompañó en su cámara ardiente de tres días en el Capitolio Nacional, Botero fue "uno de los más grandes artistas de Colombia y del mundo".

"Siempre generoso con su país, un gran amigo, y apasionado constructor de paz", agregó.

Botero "llevó al lienzo y al bronce, a través del color, su interpretación de nuestra realidad de una manera irreverente, satírica y magistral con sus generosos trazos y la percepción de cómo los volúmenes ocupaban también los espacios que reflejaban además su conciencia del mundo, de nuestro país, de la política y de la condición humana", añadió Pizarro.

Fernando Botero, nacido en Medellín el 19 de abril de 1932, vivió la mayor parte de su vida en Europa pero nunca perdió la conexión con el país, que visitaba cada vez que podía y donde además era conocido por su generosidad que trascendía el mundo del arte.

"Nos queda su ejemplo como ser humano, su grandeza, su generosidad, su sensibilidad hacia las necesidades de los demás, su enorme discreción y deseo de anonimato cuando se trataba de los muchos esfuerzos filantrópicos que llevó a cabo permanentemente en favor de los ancianos y, sobre todo, de los niños más pobres de Colombia", recordó ayer su hija Lina.

Lo despide su tierra natal

En Medellín, a donde llegó anoche su cuerpo, recibirá hoy un homenaje popular en la Plaza Botero, que cuenta con 23 esculturas monumentales donadas por el artista en el año 2002, y luego será velado en cámara ardiente en el Museo de Antioquia hasta el jueves, día en que se le hará una misa solemne en la catedral metropolitana y se le rendirán honores militares.

El cuerpo del artista será cremado y sus cenizas llevadas a la localidad italiana de Pietrasanta, donde quedarán al lado de su esposa, la artista griega Sophia Vari, fallecida en mayo pasado.