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Deportes Quindío empató contra Barranquilla a un gol y se hunde en el fondo de la tabla. Necesita ganar sus próximos 4 partidos si quiere clasificar a cuadrangulares
Deportes Quindío realiza una campaña lamentable en la segunda división del fútbol colombiano. De 12 partidos jugados en el primer semestre de 2025 ha conseguido dos victorias. Posicionándose durante el semestre en las últimas posiciones de los 16 equipos de la B.
Con 10 puntos, producto de 4 empates y 6 derrotas, se ubica en la casilla 12, a 7 puntos del octavo clasificado, desvaneciendo poco a poco el sueño de ascender en 2025.
Si bien todavía tiene posibilidades matemáticas de meterse a cuadrangulares –tienen 12 puntos en disputa–, el equipo no juega bien. Con Carlos Eduardo Velasco perdió la mayoría de puntos en casa, y por eso el técnico decidió dar un paso al costado.
Con el técnico reemplazante, Rubén Darío Hernández, el equipo no ha encontrado buen juego ni puntos que lo acerquen al objetivo. Por el contrario, en los dos juegos recientes, el equipo sigue cediendo terreno, mientras el lote de los históricos se aleja.
En su partido más reciente, el encuentro que tenía aplazado con Barranquilla F.C., los cuyabros cosecharon un empate, que sabe más a eliminación.
Reacciones empate en Barranquilla
Así lo describió Rubén Hernández y el jugador Juan Camilo Chalá. El resultado 1-1 obtenido en el estadio Romelio Martínez, resigna a los hinchas y al plantel.
“Nos faltó ser contundentes a la hora de definir. Tuvimos dos opciones claras para liquidar el partido, pero no lo hicimos y eso nos costó el empate”, señaló Hernández.
El cuerpo técnico cuestionó además una jugada previa al gol del rival: “Hubo una falta clara que no nos pitaron, y de ahí se produjo el empate. Eso también afecta, pero sobre todo fallamos en cerrar el partido con nuestras opciones”.
El jugador Juan Camilo Chalá coincidió con Hernández en la falta de efectividad. Un problema recurrente en el equipo durante el año, que se intentó trabajar desde la parte mental con el técnico anterior, pero que no se ha solucionado.
“Nos desconcentramos y no finalizamos bien las jugadas que tuvimos. Estábamos muy compactos, con buena actitud, pero se nos escaparon los tres puntos al final, como ya ha venido pasando”.
El Deportes Quindío no atraviesa un buen momento en el torneo y está lejos de las posiciones de clasificación. Pese a ello, Hernández rescató algunos aspectos.
“En los partidos que hemos estado al frente, el equipo ha mostrado orden, buena organización y estructura táctica. No hemos perdido, aunque hemos sido poco efectivos”.
Consultado sobre el ambiente interno, Chalá señaló que el grupo trabaja bien durante la semana, pero admitió que hay situaciones que deben corregir.
“A veces hay egoísmo, no lo voy a negar, y eso nos pasa factura. Pero hay que seguir, como en la vida: con seguridad y esfuerzo”.
El empate en Barranquilla dejó un balance negativo para el equipo cuyabro, que ahora deberá afrontar los próximos encuentros con la obligación de sumar si quiere mantener alguna posibilidad de avanzar a las fases finales.
Voz del hincha
Jhon Mario Zuluaga, hincha y periodista seguidor del Deportes Quindío habla sobre los problemas estructurales del club bajo la dirigencia de Hernando Ángel, dueño del equipo, vive su peor semestre en la segunda división.
“Este semestre, el equipo ha estado durante todo el campeonato entre los últimos lugares: puesto 12, 13, 10, 11... Muy lejos de las campañas pasadas, cuando, incluso sin ascender, el equipo “cabalgaba” entre los primeros puestos y clasificaba con fechas de antelación”, reflexiona Zuluaga.
El nivel del equipo viene cayendo poco a poco. Desde hace varias campañas el equipo ya sufre para clasificar a cuadrangulares, perdiendo el peso que tenía en la B, como uno de los históricos que debía estar sí o sí en semifinales.
“En los últimos dos años ya se notaban señales de debilitamiento: en 2022, Quindío logró el paso al grupo de los ocho en el último minuto del último partido, empatado en puntos con el noveno, y clasificado solo por un lejano cuarto ítem de desempate”.
Sin inversión, sin cantera y sin rumbo
La crisis no es solo deportiva. Es estructural. La política del máximo accionista, Hernando Ángel, ha sido clara durante años: invertir poco en refuerzos y nutrir el equipo con jugadores de su escuela Boca Juniors F.C., un semillero ubicado en Cali.
Esa fórmula funcionó durante mucho tiempo. De allí salieron nombres como Hugo Rodallega, Edison Toloza, Luis Fernando Mosquera, Sebastián Hernández, y otros menos reconocidos, pero claves, como Óscar Murillo, William Tesillo o Steven Barreiro, hoy en clubes de peso como Nacional o León de México.
"En esos años uno preguntaba por un reemplazo y Hernando Ángel decía tranquilo, traigo uno mejor. Y lo traía. Se fue Jorge Perlaza y trajo a Toloza. Y funcionaba. Pero eso ya no pasa", recuerda Jhon Mario Zuluaga.
Hoy la materia prima de la escuela Boca Juniors ya no tiene el mismo nivel. El flujo de talentos disminuyó, y lo que antes era un respaldo constante de jóvenes promesas, ahora es una cantera que no da abasto para sostener un equipo profesional. Y sin inversión adicional, el Quindío quedó expuesto.
“Este año, el equipo se reforzó menos que nunca. Salieron referentes como el defensor Lopera, el arquero Ramiro Sánchez, y otros como Arizalas (hoy en el Pereira) o Leandro Angulo. A cambio, llegaron nombres con poco rodaje, como el argentino Caviglia, que no ha brillado; Brandon Caicedo, con pasado en Guatemala y Atlético Nacional; y el defensor Roa, de paso por varios clubes, pero sin peso en la actual campaña”.
Con ese panorama, los hinchas del Deportes Quindío sueñan con un milagro en las últimas fechas para, al menos, clasificar a cuadrangulares. De lo contrario, esperan que los directivos den un cambio de rumbo para que el equipo luche por ascender.
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