Cooperativas de caficultores en Caldas negocian un mejor futuro

Foto | Cortesía Federacafé | LAPATRIA

Varios cafeteros de Caldas han insistido en la importancia de ser responsables y cumplir en los contratos que pactaron de sus ventas a futuro.

Por lo menos unos 48,5 millones de kilos de café negociados para entregas entre el 2019 y el 2022, cerca de $1 billón comprometieron 23 cooperativas de caficultores del país, incluyendo la de Anserma en Caldas, en los contratos y entregas de café a futuro con el Fondo Nacional del Café.

El problema es que gran parte de esos contratos de café, unos 38,5 millones de sacos, se vencieron en el 2021, pero en su mayoría no se pudieron entregar, ante la paradoja que hoy vive el sector y es el repunte que ha tenido el grano en el mercado, que incluso ha superado precios históricos de hasta $2,5 millones por carga de 125 kilos.

El freno de Anserma

La razón se debió a que muchos caficultores prefirieron recolectar su cosecha y venderla en físico o directamente, y no cumplir con estos acuerdos que habían pactado en Bolsa, ante la opción de tener un mejor precio. Sin embargo, el problema también se debió a las bajas cosechas que han tenido este año varios cultivadores del grano y que los pusieron en aprietos para poder honrar su palabra y entregar este café.

Como si fuera poco, varias cooperativas también optaron por hacer sus fijaciones propias de precios o sus propias ventas a futuro, previendo que el valor del café en el mercado diario se empezaría a descolgar. Eso conllevó a que del total comprometido que hoy calcula con el FNC, cerca del 30% hayan sido posiciones propias.

El estimado es que solo la Cooperativa de Anserma tiene un endeudamiento cercano a los 8,5 millones de kilos, con entidades como la Federacafé y exportadores privados como Expocafé, Ecom y Sucafina de Colombia, que le generaron unas deudas que, si tuviera que pagar hoy, ascenderían a unos $50 mil millones.

De esos 8,5 millones de kilos, 1,5 millones son contratos que se hicieron con productores, por los que deben responder los cafeteros, pero además hay unos 4 millones de sacos que son compromisos de posición propia.

Futuros y posiciones propias

Las cooperativas, la Federación, como exportadora del Fondo Nacional del Café, y los particulares utilizan desde hace 18 años esta herramienta de venta de futuros, que se inició en la Bolsa de Chicago hace unos 100 años.

El objetivo es contar con un mecanismo para que los productores puedan vender sus próximas cosechas, las que aún no han salido, y fijarles un buen precio, independiente del valor actual del mercado, factor que beneficia al productor.

Sin embargo, con el actual repunte, esta se convirtió en una medida compleja, pues el dilema es entregar ese café que se negoció hace un par de años a $1,2 millones por carga, cuando hoy en el mercado está por los lados de los $2,5 millones.

De ahí la queja y decisión de muchos cafeteros de salir a vender y omitir ese contrato que habían pactado.

Las salidas

En una reunión en el Recinto del Pensamiento, en Manizales, con la participación del gerente de la Federación Nacional de Cafeteros, Roberto Vélez Vallejo, se revisaron la situación y el nivel de deudas de las cooperativas del país y los nuevos compromisos que se pactaron para aliviar su situación financiera; además, se les dieron plazos a los cafeteros, afectados por la baja producción impactada por el invierno.

Entre dichos compromisos, la Federacafé y los exportadores tomaron la decisión de otorgar un plazo de entre 3 años para los cafeteros y 5 años para las cooperativas para el pago de este café.

En el caso de Anserma, también se acordó la llegada del nuevo gerente, César Julio Díaz, quien además hoy también maneja las cooperativas del Alto Occidente, del Norte de Caldas y de Aguadas. La llegada a esta cuarta cooperativa, de las cinco que hay en Caldas, tiene como fin darle un manejo más gerencial al sector, adicional al impulso que se les ha dado a las demás cooperativas de la región, que hoy no tienen endeudamiento ni posiciones propias.

Más por menos

Eugenio Vélez Uribe, delegado por Caldas al Comité Nacional, explicó que el problema de las cooperativas es que para responder por ese grano que vendieron a futuro tendrían que salir a comprar hoy un café más caro y recibir menos plata, de acuerdo con el contrato que pactaron, por lo que se estima que esa pérdida podría ser de $1 billón. "Fue la decisión que tomó un gerente, con el conocimiento o no del consejo de administración, por lo que todas terminan teniendo responsabilidad por acción o por omisión".

De acuerdo con Marcelo Salazar Velásquez, miembro del Comité Departamental de Cafeteros de Caldas, en este caso el problema fue mayor, pues no solo fue una dificultad de un cafetero por entregar su café, sino de una entidad con responsabilidad jurídica que esperaba ganar un dinero en dichos contratos.

Un nuevo modelo

Las dudas que se han generado son sobre la capacidad de un gerente para atender cuatro empresas con un patrimonio que hoy alcanza los $70 mil millones y alrededor de 11 mil asociados.

Sin embargo, parte del trabajo se complementa con el equipo de trabajo de cada entidad y lo que han llamado como la integración vertical, que se les ha pedido a las empresas del gremio. "La ventaja es que es una persona que tiene credibilidad en el sector cafetero y financiero y el pleno respaldo de la Federación de Cafeteros, por lo que sentimos que estamos en buenas manos. El Comité de Cafeteros ya le restituyó el aval y van a estar abiertos los puntos de compra y por supuesto la planta de beneficio en la que se compra café cereza y húmedo", destacó Salazar Velásquez.

Aún así, Vélez Uribe recordó que también se esperan consecuencias judiciales de quienes simplemente no han querido cumplir, lo mismo que las cooperativas que no quieran firmar los nuevos acuerdos, ya que de las 23 cooperativas con retrasos y que tienen relación con el Fondo Nacional del Café hay 18 que pactaron, pero otras aún no quieren negociar.

En medio de esta situación, la esperanza del nuevo plazo es que haya un respiro, tanto para las cooperativas como para los cafeteros, y que se puedan mantener vigentes los contratos a futuros, justo en los próximos años, en que los precios comenzarían a bajar, ante la mayor producción de Brasil, el principal productor del mundo.

La preocupación

El gerente de la Federación de Cafeteros, Roberto Vélez Vallejo, resaltó que tiene la esperanza de que, con estos plazos de 3 y 5 años, los cafeteros y a su vez las cooperativas comiencen a cumplir con estos acuerdos de futuros. También se defendió del reclamo de muchos analistas que han planteado que hoy, ante estas moras y la coyuntura que han vivido varios cafeteros, la Federación debería salir responder con los recursos del Fondo Nacional del Café. "El caso es que son 7 mil productores los que le quedaron mal a las cooperativas, pero hay 533 mil familias cafeteras que no pueden responder por 7 mil, no hay razón para que tengan que responder por ese grupo", aseguró.

Destacó que con la anuencia del Gobierno Nacional se logró este respiro, que calificó de generoso, de unos 3 años más de plazo para los productores, para que vayan entregando poco a poco el café que están debiendo, del cual mucha parte ya está vencido, pues se debía entregar desde el 2021 e incluso desde el 2019. "Pero yo entiendo a los productores, que en una actividad tan bajita de rentabilidad, hoy estén viendo una oportunidad de mejorar sus ingresos", resaltó.

Ante la responsabilidad que tiene la Federación en este tipo de acuerdos de futuros, el gerente insistió que fue una decisión unánime de cada cultivador y que la tomó en su momento, pues cuando fijó precios a futuro, el café estaba a $1,2 millones. "Eso era un 35% más alto de lo que estaba hace cinco años, y la decisión era correcta, pero no fue que la Federación ni la cooperativa los obligó", resaltó el gerente.

La cifra

Se estima que el 30% del café vendido a futuros fue de posiciones propias de las cooperativas de caficultores y el 70%, de los productores.

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