Foto | La Florida revista turística | LA PATRIA | PEREIRA |
Entre el 6 y 8 de diciembre, La Florida, corregimiento de Pereira, tendrá alumbrado inspirado en los animales del páramo y concierto de música parrandera
En la Cuenca Media del Río Otún, queda el corregimiento de La Florida, uno de los más turísticos de Pereira, que semana tras semana reúne a miles de visitantes.
En carro, moto o bicicleta, los fines de semana son movidos para el corregimiento, pero este fin de semana (entre el 6 y 8 de diciembre) será especial por la programación, combinando varios eventos en uno solo.
A pesar de que el territorio se urbaniza cada vez más, y sufre por la gentrificación, aún se resiste a perder su identidad campesina, por eso la programación del fin de semana, mezcla el mercado local, gastronomía, arte, alumbrado y música campesina.
Los eventos, en su mayoría son autogestionados, tejido entre los vecinos y colectivos que entienden la cultura como educación y como defensa del territorio.
Camilo Ángel, uno de los líderes del proceso, resume el espíritu de estas jornadas:
“Logramos unir varios de los procesos que hacemos durante el año. El mercado comunitario, el alumbrado, el festival parrandero y una ruta gastronómica con restaurantes del territorio. Todo ocurre el mismo fin de semana y todo conversa entre sí”.
Mercado comunitario
El 7 y 8 de diciembre vuelve el Mercado Comunitario, un espacio que cada primer domingo de mes reúne entre 40 y 50 emprendimientos campesinos y familiares.
La coincidencia del calendario permitió que esta edición se articulara con las demás actividades decembrinas, reforzando el mensaje de que la Florida no es solo un destino turístico: es un territorio vivo, con economía propia y saberes que buscan permanencia.
La organización del mercado recae en tres coordinadores y decenas de productores locales que se han apropiado del espacio. Para muchos, este mercado es la única vitrina de venta fija durante el mes.
Alumbrado con identidad ambiental
El tradicional alumbrado de velas también tendrá un giro. Los colectivos decidieron reemplazar las figuras religiosas convencionales por esculturas y alumbrados que representan fauna y flora del territorio: dantas, cóndores, osos de anteojos, pavas, frailejones, y hasta una familia campesina en tamaño real.
La apuesta busca que quienes visiten la Florida entiendan que este sigue siendo un territorio rural, biodiverso y con comunidades que defienden sus ecosistemas.
“Queremos mostrar que acá seguimos siendo campesinos, que acá cuidamos el territorio y que para nosotros la danta, la pava o el frailejón son símbolos que deben estar presentes”, explica Camilo.
Ruta gastronómica
Gracias a una articulación con la Secretaría de Desarrollo Económico y Competitividad de Pereira, seis restaurantes del territorio ofrecerán un plato especial por $29.900, con bebida incluida.
La idea es fortalecer a los negocios locales sin perder de vista un desafío creciente: la sobrevisitancia.
Camilo es claro sobre esto: “La Florida tiene limitaciones: pocas zonas de parqueo, vías estrechas, capacidad de agua reducida. Por eso trabajamos con el estudio de capacidad de carga, que calcula que un fin de semana bueno nos visitan alrededor de 5.000 personas”.
El objetivo no es atraer multitudes, sino construir un turismo que respete el territorio y permita que los negocios sigan en manos de quienes lo habitan.
Festival Parrandero y Campesino
El Festival Parrandero y Campesino completa la programación. Es un evento pensado para la gente del territorio, construido a su gusto y con su propia memoria musical.
“Si viene gente de Pereira, bienvenidos, pero el festival está hecho para los campesinos. La música parrandera y campesina es parte de nuestra identidad”, cuenta Camilo.
La experiencia del 2019 les confirmó que la apuesta funciona: ese año el parque estaba lleno de caballos, motos locales y familias del corregimiento.
El contraste con fiestas más masivas, repletas de carros de afuera, les recordó que no buscan eventos de aglomeración, sino espacios de encuentro para su propia comunidad.
Un esfuerzo colectivo para la permanencia
Nada de esto sería posible sin la autogestión. Vecinos aportan desde $50.000 hasta $200.000, familias que hoy viven en otros países envían apoyo económico, restaurantes prestan manos, colectivos ponen tiempo y conocimiento. Todo suma.
El objetivo final es claro: que la Florida siga siendo un territorio campesino, vivo, educador, biodiverso y reconocido por su propia gente.
“Lo que queremos es que la ciudad entienda que aquí hay procesos culturales y educativos que nacen del arraigo por el territorio y la biodiversidad. Queremos que este lugar sea valorado, pero sin perder su esencia”, concluye Camilo.
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