Sebastián y Dana

Foto | Freddy Arango | LA PATRIA

Sebastián y Dana, futuros esposos, en las instalaciones de LA PATRIA.

LA PATRIA | MANIZALES

Los abuelos de Sebastián Eduardo Durango Hernández siempre soñaron con casarse. Sin embargo, ella falleció y se desvaneció esa ilusión. Sus padres hace más o menos dos años se dieron el sí. Ahora, Sebastián, de 23 años, se prepara para dar ese paso con su novia, Dana Catalina Sierra Santafé, de 18 años, a quien conoció hace cuatro meses y con quien lleva tres de relación.

El pasado 20 de junio Sebastián se llenó de valentía y aprovechó que Dana llegó a Manizales, proveniente de La Dorada, para vivir la experiencia de ser periodista por una semana en LA PATRIA. Esa fue la oportunidad para preguntarle: ¿te quieres casar conmigo?

Recuerda que “estaba muy nervioso. Dana me había comentado que haría un curso en el periódico y me puse a investigar y vi que el diario cumplía 102 años el 20 de junio. Coincidencialmente nosotros cumplimos mes ese día. Entonces, hablé con mi amigo Brayan y le dije que era un buen momento para hacer lo que había pensado hace rato y era pedir la mano de Dana. De un momento a otro se dieron las cosas”.

Antes y durante

Mientras que Sebastián compraba las flores, se arreglaba y pensaba en cómo sería el momento, Dana culminaba su primer día en LA PATRIA junto con otros jóvenes. Paciente esperó en una silla de la recepción del periódico a que Sebastián la recogiera. “Me fui para la casa, me puse nervioso y le dije a mi amigo que fuéramos por ella en el carro. Me llené de valentía, la llamé y me dijo que era la última en salir y le respondí que iba en camino".

A las 6:00 p.m., con flores en mano, Sebastián ingresó al periódico. Dana se levantó y lo recibió con un beso. De repente y en segundos llegó lo que sería una sorpresa de talla mayor. Sebastián se inclinó y abrió un pequeño estuche amarillo del que sobresalió un anillo. Entonces, la pregunta clave ¿te quieres casar conmigo? Dana, en medio del asombro y de los nervios, respondió con sí.

“No me esperaba eso. Pensé que las flores eran porque estábamos cumpliendo mes, pero estoy muy emocionada y feliz. En mi casa ya todos saben y están felices. Mi mamá me llamó, mi hermano habló con nosotros y mis suegros dijeron que iban a tirar la casa por la ventana. Mis amigas también están contentas. De hecho, me envían imágenes de vestidos y se la llevan muy bien con Sebastián”, anota Dana, la menor de cuatro hermanos (dos hombres y dos mujeres).

Los padres de Sebastián se enteraron de la noticia vía telefónica porque no estaban en la ciudad. “Nos aconsejaron ser muy respetuosos entre nosotros, seguir estudiando, terminar nuestros propósitos, formar un hogar y tener una casa para nosotros".

Añade que a los buenos deseos también se sumaron amigos y otras personas de las que no esperaba algún pronunciamiento por no ser tan allegadas.

Futuro

Sebastián es estudiante de décimo semestre de Ingeniería Mecatrónica de la Universidad de Caldas. Dana está en 11 y terminando un técnico en sistemas y de ebanistería en la Institución Educativa Técnico Alfonso López de La Dorada. Por eso, esa entrada al altar no es tan inmediata, pues Sebastián esperará a graduarse al igual que Dana, quien quiere estudiar zootecnia, también se siente atraída por la comunicación social y el periodismo luego de vivir la experiencia en LA PATRIA.

“Si Dios quiere el otro año o dentro de dos años nos casamos. Sé que nos va ir muy bien y solo es escoger la fecha. Vamos a hacer una súperboda que podría ser en La Dorada porque hay escenarios muy bonitos”, dice Sebastián mientras que Dana agrega que el paso que darán es muy grande e importante. "Todavía no pensamos en hijos".

El inicio de todo

Ambos son de La Dorada (Caldas). Sebastián por sus estudios universitarios dejó el puerto caldense, así que las visitas eran en vacaciones o cuando la carga académica se lo permitía. En una de esas visitas salió de rumba con unos amigos y fue en medio de una fiesta cuando vio a Dana por primera vez. Según él, fue amor a primera vista. “Desde que llegó la tenía fichada, miré a mis amigos y me dijeron esa es, como usted la quería. Siendo amable, me le acerqué y le ofrecí agua porque era lo que tenía en ese momento a la mano, me dijo que no y nos fuimos desenvolviendo en medio de la fiesta”.

Otra percepción tuvo Dana. A la fiesta llegó por una invitación de una amiga que tienen en común. Hicieron fila para entrar y al saludar a unos amigos conoció a Sebastián. "Él me ofrecía cosas y siempre se las rechazaba”. Sin embargo, en medio del baile y la fiesta las cosas cambiaron, Dana pasó de rechazarlo a tomar confianza. “Cogí su celular, me busqué en Facebook, envié la solicitud y agregué mi número en su lista de contactos” (risas).

Desde ese momento no han dejado de hablar y, en medio de la distancia, siempre encuentran un pretexto para hacerse una videollamada o utilizar cualquier red social para estar siempre en contacto y saber uno del otro. Asimismo, Sebastián cada que puede toma su moto y recorre los 169,8 kilómetros que lo separan del puerto caldense para reencontrarse con Dana y espera, a corto plazo, que esos desplazamientos ya no sean en solitario, sino en compañía de su esposa.

La frase

“En mi familia ha primado el respeto y el amor por la pareja. Uno no decide en el corazón. Uno simplemente siente cosas por alguien que está con uno, que lo hace feliz y uno decide dar el paso”: Sebastián Eduardo Durango Hernández.

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