Gustavo Vergara Cardona, poeta.

Fotos | Luis Fernando Rodríguez | LA PATRIA

Gustavo Vergara Cardona, poeta.

LA PATRIA | Salamina

Gustavo Vergara Cardona recuerda con tristeza el momento en el cual él y su familia tuvieron que abandonar para siempre su hogar en el Viejo Peñol. Eso sucedió hace 44 años, cuando Empresas Públicas de Medellín (EPM) construyó allí el embalse Peñol – Guatapé, a 73 kilómetros de Medellín, en la subregión oriente del departamento de Antioquia.

Comenta que allí transcurrieron su niñez y parte de su juventud. “El Viejo Peñol era bañado por el río Nare; tenía un puente de tabla, entechado y grande, por donde íbamos al hospital y a la feria de ganado y una sola calle pavimentada. Era antiguo, semejante a Marinilla, Granada o Cocorná, con esas calles empedradas y las casas en tapia y teja de barro”, dijo.

La inundación

“Fueron momentos aciagos para quienes vivíamos allá, porque con la última etapa de la inundación todos salimos desplazados”, explicó Vergara Cardona, quien hoy, entre otras actividades, vende libros de segunda mano en la plaza El Tomatero, situado en el Nuevo Peñol, donde vive.

Hoy se dedica a componer versos, algunos a su pueblo de nacimiento, hoy desaparecido. Continúa: “a nosotros no nos iban a hacer pueblo. Llegaron los peritos a las propiedades, valorizaron los terrenos y las casas y a los que tenían propiedades les compraban y a los que no, les daban una indemnización. En esa época hubo muchas protestas de líderes sociales y la Iglesia y los habitantes exigimos que nos hicieran un nuevo caserío”, explicó.

“Deleitaba mi vista cada vez que miraba el emblemático frontis del templo y me producía asombro ver las piedras de El Peñol y de El Marial, lo que me embriagaba de regocijo y sensibilizaba mi alma. Fueron estos símbolos históricos testigos de mi adolescencia, los que guiaron mi vida por los caminos de la literatura y la poesía”, concluye.

Terruño de mi infancia

Viejo Peñol

terruño de mi infancia.

De trochas milenarias,

de intrépidos arrieros

que al lomo de mula

y machete en mano

abrieron caminos

por agrestes montañas.

Valientes abuelos

forjaron la historia

del glorioso pueblo

que nunca olvidamos.

Hoy en tus recuerdos

reposan mis versos

brindando homenaje,

fiel a sus memorias.

Como no evocarte

en mis poemas,

si en tus lares

nacieron mis ancestros,

que lucharon aguerridos

dejando sudor y sangre

en defensa de la patria,

de la familia, del honor

y de un pueblo mejor.

Réplica del templo el Viejo Peñol.

Así es hoy el Nuevo Peñol.

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