Jorge Abel Carmona Morales*
En un contexto violento generado por la colonización del Oeste estadounidense, un hombre amable y de muy buenas intenciones, como el capitán Jefferson Kyle Kidd, interpretado por Tom Hanks, resalta abruptamente. El paisaje se encarga de embellecer la nobleza de los personajes, pero también de obstruirles el paso hacia su objetivo final.
A diferencia de los pistoleros del cine clásico de westerns norteamericanos, este veterano de guerra, no es el más ducho de los tiradores ni el más redimido de los hombres, si no un individuo que lleva tras de sí el peso del pasado trágico: la muerte de su esposa por esos desafueros de la Guerra de Secesión. No fue un héroe ni lo pretende ser en el futuro. Tiene la sensibilidad y la entereza moral de cumplir con su deber. Ni por la patria, ni por su territorio, ni por su ejército, lo hace como parte de la comunidad humana que se enternece por la suerte de una niña, abandonada por el destino. Ésta, interpretada por Helena Zengel, tiene en su sangre algún gen alemán, pero su verdadera esencia es la de los Kiowas, una tribu del desierto texano que decidió adoptarla. Ella también es una víctima de las circunstancias, sin la menor responsabilidad en las malas decisiones que tomaron sus padres o de quienes decidieron asesinarlos.
News of the world es una película sobre la necesidad de escuchar y de contar historias para hacer de la vida algo menos doloroso o para potenciar la capacidad imaginativa como parte de la realización colectiva de los hombres y mujeres que habitamos el mundo.
Un hombre solitario, luego de haber participado en la gran guerra a cinco años de su culminación, se encuentra con una niña abandonada, quien no habla una sola palabra de inglés, para conducirla hasta la casa y la tierra de su familia más cercana.
En su travesía, a manera de un road movie lento, ambos seres se encuentran con varios personajes hostiles que deben hacer dinero, en lugares donde la ley funciona poco y es el mejor de los pistoleros quien obtiene buenos réditos. En el primer encuentro, topan con tres delincuentes que quieren secuestrar a la niña para venderla al mejor postor. En el segundo, una banda de protectores de un pueblo recién construido, quieren imponer el orden forzando circunstancias no admisibles para la libertad de un hombre acostumbrado a llevar información con el único fin de que la gente tome decisiones más consistentes.
Pero el centro de la historia es el gran corazón del capitán Kidd; su preocupación se centra en la suerte de una pequeña rubia, que es en sí misma la representación de todos los niños que atravesaron por la tragedia de la guerra. Es un imperativo de la conciencia no dejarla sola como parte de su memoria que quiere serle fiel a los principios defendidos por siempre y que su esposa fallecida le recuerdan. En eso se consumen algunos diálogos, sobre todo al final del filme, con su amigo, quien lo conoce desde hace 50 años.
Algunos personajes son satélites de ese clima de confianza que ofrece el capitán Kidd, la señora de la hostería que sabe algunas palabras de Kiowa y se pone del lado de la niña frente a las burlas de los hombres que se apiñan a consumir licor. Ella le hace entender al capitán que las diferencias visibles entre él y la niña se terminarán zanjando en la ternura de sus corazones. En ese sentido, la actuación de Tom Hanks cuadra perfectamente con la nobleza de espíritu, y con los sueños un poco rotos que intentan recomponerse del sufrimiento pasado de este exmilitar. El dolor es un estado pasajero que puede influir en muchas de las actuaciones futuras, pero también puede administrarse en pequeñas dosis para hacer la vida menos onerosa y manejable. El joven que salva la vida del capitán y de la niña, al final de su estadía, en el pueblo que los acoge como mensajeros del mundo, es un gran admirador de las historias. Ese simple mensaje expuesto frente a todos y que muestra la política de libertad impartida en sus historias tocan el corazón de un muchacho que se opone el régimen del miedo de los pistoleros.
Los episodios de amenaza son apariciones, no la constante de la obra que tiene otros propósitos que aquellos que retratan la violencia armada. El paisaje, mostrado con el lente maravilloso de Dariusz Wolski, prevé las sorpresas del camino, pero también las posibilidades de recomponer el rumbo de los hombres en medio de tanta agresividad. Acostumbrado a gente sin educación y principios morales de convivencia y solidaridad, el capitán Kidd es un claro conocedor de la naturaleza humana; él cree en las posibilidades de la redención, sus actuaciones redimen al resto de los hombres. Por eso la prolijidad de sus buenos actos no tiene tapujos. Si se equivocó dejando a la niña en manos de una familia insensible y agreste también logra su propio perdón corrigiendo el error.
Paul Greengrass, luego de su Capitán Phillips, nos trae esta película de hermosa fotografía, en la que cuenta la historia de Paulette Jiles, autora de la novela News of the world del año 2016. Pese a sus inconsistencias, la obra cinematográfica puede tornarse un clásico del género postwestern, tal como True Grit de los hermanos Coen. Sólo el paso del tiempo lo dirá.
*Antropólogo. Magister en Filosofía. Universidad de Caldas.
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