Eunice Buriticá de Hernández

Mamá, hoy estamos acá todos, tus hijos, tus nietos, tus bisnietos, tus nueras, tus hermanos, tus sobrinos, tus amigas y todos los demás allegados para rendirte un homenaje. Un homenaje por lo que has sido, por lo que eres y por lo que serás para cada uno de nosotros.

Mamá, no te vas, solo te adelantas en el camino, pero un pedacito de ti quedará siempre entre nosotros: tu liderazgo, tu carácter, tu rectitud, tus valores, tu amor, tu pasión, tu fe, tu bondad y tu vocación por ayudarle al prójimo.

Gracias, mamá, porque, con tu sexto sentido, siempre tuviste la palabra exacta para ayudarnos a tomar las mejores decisiones en nuestras vidas.

Gracias, mamá, porque no solo fuiste ejemplo para nosotros, sino también, para nuestras otras familias. Sentimos siempre que tus virtudes fueron y son ejemplo para todos ellos, que están acá.

Gracias, mamá, porque hasta el peregrino, ese que no conocemos, pero necesita de nosotros, todos los días podía calmar parte del hambre que padece. Era sagrado que todos los días se sacara a la portería del edificio el almuerzo para el peregrino y tú, mamá, fuiste guardiana de que eso sucediera.

Gracias, mamá, porque nos permitiste que te disfrutáramos y nos disfrutaras. Sabemos que lo que hicimos por ti es muy poco para lo que hiciste por nosotros. Merecías todos los detalles y las cosas bellas de la vida.

Gracias, mamá.
Gracias, mamá.
Gracias, mamá.

Exequias: hoy, viernes 28 de marzo, a las 10:00 a. m. en la parroquia de la Santísima Trinidad.

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