
Pensé mucho en ese momento al enfrentarme a este papel en blanco, pero definitivamente mi mensaje hoy no es de dolor ni de tristeza; al contrario, es de alegría y gratitud por la vida de Letty, mi mamá.
Quienes tuvieron la dicha de conocerla saben que era una mujer absolutamente guerrera y generosa, siempre con el corazón abierto para ayudar a quien lo necesitara, así no lo conociera. Recuerdo particularmente una noche de mi infancia, cuando dio posada en nuestra casa a una familia, papá, mamá y dos hijos, que tocaron pidiendo ayuda a las 9:00 p.m. Ese es solo un ejemplo para que se hagan una idea de quién fue Letty.
No puedo dejar de hablar de las arepas con chocolate a medianoche para todo el combo de Ingeniería de Sistemas de la UAM, pero, sobre todo, del amor que siempre tuvo para ellos.
Su vida no fue fácil, pero siempre estuvo ahí para la humanidad entera. Me repetía: “Uno no da de lo que le sobra, sino que comparte lo que tiene”. Su generosidad es uno de sus legados, para mi gusto, excedido, porque nunca pensó en ella.
También agradezco hoy a Dios su Alzheimer, porque, a pesar de lo duro que fue transitarlo durante tres años, representó para mí y para mi familia muchos aprendizajes y perdones, cargados de amor y compasión.
Y como estoy en modo gratitud, quiero especialmente agradecer a quienes me ayudaron a cuidarla: Alberto, Camilo, Mary y mis tías: Fulvia, Nita y Bico. Al resto de cuidadores: Dianita, don Orlando, Lumi, Isabel y Nelly. Al personal del hogar Bienestar Vida y Salud: Luz Amparo, Marlen, Luz Enith, Anguie, Marcela, Adriana, Ángela, Sergio, Sebastián y los que hoy no están. A las doctoras Yuli Osorio, Mariana Aranda y Carolina Beltrán. A mis hermanos y a toda la familia Ramírez por el apoyo constante, a Laura, mi sobrina, y a Alejo, mi primo. A mis equipos de IAB Colombia y de la Universidad de Manizales, a mis estudiantes de primer semestre que estaban conmigo cuando Letty partió.
A mis amigas del colegio, a mis amigos de la universidad y a los que me ha dejado la música, a mi coro (La Coral Brahms), a la comunidad Mujeres con Ideales, al padre Cristian Echeverri y a todos ustedes por la compañía y la presencia que hacen más llevadera esta despedida.
En nombre de mi familia, gracias totales. Letty ya está descansando al lado del Padre y eso nos hace muy felices. ¡El cielo está de fiesta!
Liz Ramírez Correa