MARÍA M.MUR
EFE | LA PATRIA | VALPARAÍSO
Acorralado primero por las graves protestas y después por la devastadora pandemia, el presidente de Chile, Sebastián Piñera, ofreció ayer su última rendición de cuentas ante el Congreso, en la que pidió "perdón" por sus errores y anunció sorpresivamente su respaldo al matrimonio gay.
En un discurso de más de una hora y media, Piñera repasó sus logros, pero también hizo autocrítica, sobre todo en la gestión de la pandemia, que ya deja casi 1,4 millones de infectados y 29.300 muertos y ha sumido al país en una severa crisis económica.
"Sin duda nos hemos equivocado. Muchas personas han sentido rabia y frustración por no siempre recibir las ayudas que necesitaban en el momento oportuno y a ellos les pedimos perdón", indicó el mandatario, en el cargo desde marzo del 2018 para un periodo de cuatro años.
"Aceptamos las críticas y reconocemos nuestros errores", agregó Piñera, quien recordó que en total se han destinado 20.000 millones de dólares en ayudas directas a las familias, "lo que representa más de un cuarto del gasto público total del año pasado".
Pese a su exitoso proceso de vacunación, Chile vive desde marzo una segunda ola, que llevó a decretar cuarentena para más del 90% de la población hasta mayo y supuso el fin para miles de negocios que habían logrado sobrevivir al 2020, cuando la economía cayó un 5,8%.
Para enfrentar este nuevo rebrote y las secuelas en el saturado sistema hospitalario, Piñera anunció un fondo de 2.000 millones de dólares y se comprometió a buscar un "amplio" acuerdo para aumentar la recaudación fiscal y eliminar exenciones tributarias "que representan miles de millones de dólares y que muchas no se justifican".
Tras Israel y con el 52,7% de la población objetivo (15 millones de personas) con las dos dosis de la vacuna, Chile es el segundo país del mundo con mayor porcentaje de población vacunada, principalmente con la china Coronavac, aprobada ayer por la Organización Mundial de la Salud.
Piñera también reconoció que durante las protestas del 2019 se cometieron "atropellos a los derechos humanos".
Chile vivió a finales de 2019 la crisis social más grave desde el fin de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), que empezó como una protesta contra el alza en el precio del tiquete de metro y se convirtió en una revuelta por un modelo económico más justo, con una treintena de muertos y miles de heridos y detenidos.
El Parlamento debate un proyecto de ley para indultar a los presos del estallido, al que se opone frontalmente el Gobierno y al que también se refirió en su última cuenta pública.
"En Chile no hay presos políticos, nadie está preso por lo que piensa", recordó el mandatario, quien anunció la creación de una Fiscalía de Derechos Humanos para evitar violaciones futuras.
Respaldo al matrimonio gay
Pero si hay un anuncio que eclipsó al resto fue su respaldo al matrimonio entre personas del mismo sexo, que en Chile solo pueden unirse desde 2015 bajo la figura legal de "unión civil".
"Debemos profundizar sobre el valor de la libertad, incluyendo la libertad de amar y formar familia con el ser amado (...) Pienso que ha llegado el tiempo del matrimonio igualitario en nuestro país", expresó el mandatario, un multimillonario católico de 71 años.
El respaldo cayó como un jarro de agua fría en los partidos de derecha que forman la coalición de Gobierno
El gobernante proclamó que le otorgará "carácter de urgencia" a un proyecto de ley que lleva discutiéndose desde 2017 en el Parlamento y que, si se aprueba, convertiría a Chile en el octavo país latinoamericano en legalizar el matrimonio gay, tras Argentina, Brasil, Colombia, México, Uruguay, Ecuador y Costa Rica.
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