
Fotos | Freddy Arango | LA PATRIA
Así es como los comerciantes de la Galería de Manizales adaptan sus menús y horarios en Semana Santa, ofreciendo platos tradicionales y viviendo su fe.
Durante la Semana Santa, la Galería de Manizales no solo es un punto de encuentro comercial, sino también un espacio donde la tradición y la fe se viven con intensidad.
Comerciantes del lugar ajustan sus rutinas y ofertas culinarias para responder a las costumbres religiosas de la comunidad, especialmente en los días santos.
Cocina tradicional para todos los gustos Marta Inés Aguirre, propietaria del Restaurante Tami, ubicado en el pabellón central de la galería, comenta que esta temporada se caracteriza por un menú reforzado con opciones a base de pescado, siguiendo las prácticas de vigilia católica:
"Ofrecemos sopas con tortilla, huevo y pescado, además de caldo de pescado, bagre en salsa, mojarra y trucha. También preparamos sopas con guineo, muy pedidas por los clientes que respetan la tradición".
Sin embargo, aclara que no todos los comensales siguen las reglas de abstinencia: "Hay quienes no perdonan la comidita de carne. Para ellos tenemos lengua y el tradicional sancocho de espinazo que no puede faltar".
Marta observa que son principalmente los adultos mayores quienes conservan estas prácticas religiosas, mientras que los jóvenes suelen ser más indiferentes y optan por platos como chuleta o carne asada.
A pesar de las diferencias generacionales, el ambiente en la galería se transforma durante estos días. El respeto predomina entre comerciantes y visitantes:
"No se pone música fuerte, la gente se comporta con respeto. Se nota que es una época especial", agrega Marta. "Somos 42 cocinas ofreciendo buena comida a excelentes precios, por eso invitamos a todos a visitarnos".
Marta Inés Aguirre, del restaurante Tami, cuenta cómo complace a los comensales que siguen las tradiciones religiosas.
Devoción en cada rincón del sótano
En el sótano de la galería, el ambiente religioso también está presente. Daniel Valencia, comerciante del lugar, resalta la fe que se vive entre los locales:
"Aquí somos muy devotos de la Virgen. Tenemos un altar con veladoras y luces encendidas, como muestra de agradecimiento por todo lo que nos ha dado en nuestros negocios y hogares".
La religiosidad es tan fuerte que los comerciantes reducen sus horarios durante los días santos. El Jueves y Viernes Santo, los locales cierran al mediodía para que las personas puedan asistir a las ceremonias religiosas. Solo se deja de trabajar completamente el 25 de diciembre, el 1 de enero y esos dos días de Semana Santa.
No obstante, el comercio se ve afectado por la disminución del flujo de clientes: "Muchos se van de viaje. A quienes les va un poco mejor es a los que venden pescado y productos para su preparación. En cambio, las ventas de verduras bajan notablemente", explica Daniel.
La Galería de Manizales se convierte, durante la Semana Santa, en un reflejo de las costumbres religiosas y gastronómicas de la ciudad.
La combinación de respeto, sabor y fe mantiene vivas las tradiciones en este emblemático lugar, donde comerciantes como Marta y Daniel siguen siendo guardianes de la memoria colectiva de una comunidad.
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