La animalización y humanización
Señor director:

Al paso del tiempo observamos cómo deplorablemente los humanos cada día se animalizan más y humanizan a los animales. Está bien quererlos y protegerlos, pero tampoco dejarles el espacio y lugar que le corresponde a los seres humanos. Si hablamos de violencia, es terrible con hechos atroces que nos impactan a todos, a unos más y a otros menos, emocionalmente, y es precisamente el ser humano el que debe tener la racionalidad y la coherencia en los diversos actos de la vida cotidiana, pero lamentablemente no es así siempre.
La violencia es la constante diaria, imperando el odio, la venganza, la soberbia, la prepotencia, la avaricia, la rabia y la envidia; digo animalizados por todo ello y además por la entrega tan absoluta a los animales, que si bien es cierto son importantes en la vida de cada persona, también lo es, que el afecto, el amor, la compasión, la comprensión y el amor en millares de hogares están infinitamente distantes entre sus miembros siendo un detonante nefasto en la sana convivencia, armonía y unión.
Jamás es lo mismo el impacto positivo que genera el amor, afecto y compañía de un animal que la interrelación con un ser humano. Por consiguiente, cada día el ser humano se aleja más de sus semejantes, especialmente de su familia con consecuencias tristes e irreversibles.
Álvaro Alzate Ussma.

Un cuento del futuro
Señor director:

Volví a leer “Crónica desde el siglo XXII”, cuento de mi libro “7 relatos 7”, publicado en 2005. Un estudiante halla en la biblioteca un libro de 2300, autor Jezrael Green, que tenía como portada un robot que cargaba en sus brazos un niño. También se cuenta que hubo un simposio ecuménico, miembros de las reales academias lingüísticas, en 2160, para abolir del idioma palabras que habían perdido su sentido: madre, padre, abuelo, hermano, hijo, familia, esposo, esposa, embarazo, parto y otras. El aborto se practicó en 2150 por el 80% de las mujeres. La fecundación in vitro, artificial, modo de gestación del 85% de la población. El 15% con ayuda de la mujer luego que el óvulo y espermatozoide se unieran en laboratorio. La sexualidad humana tenía un fin recreativo, placentero, también como
terapia psicológica. En 2170 la familia consanguínea desapareció. Las vasectomías eran obligatorias a los 10 años de edad en 2.200. Se crearon institutos de adaptación: los robots se encargaban del aprendizaje de los niños que eran estimulados con conexiones cerebrales, para lo físico, psicomotor, lenguaje. El robot emitía señales repetidas por los niños y si era correcto recibía señal gratificante, sino señal dolorosa. Para salir de los institutos de adaptación, en una inmensa sala se reproducía todo el entorno de ciudad y trabajo, y allí los robots estimulaban el correcto modo de actuar en ellos.
Luego, estaban los hospedajes humanos, de estructura metálica y vidrio, en los que vivían 50 hombres y mujeres, atendidos por robots programados para menesteres domésticos: limpieza, aseo, mantenimiento, comidas (comprimidos vitamínicos). Un reglamento interno indicaba hora de entrar, dormir, despertar, levantarse, salir. Había semanalmente un reentrenamiento de adaptación social al hospedaje y a sitios fuera de él. Se afirma que han quedado algunas reducciones humanas tradicionales, del siglo XX y XXI que han conservado su cultura y modos de vivir. Son sectas esotéricas, tribus en la clandestinidad. Viven a la antigua: en familia.
“El futuro de la humanidad es hoy sombrío. La amenazan el envenenamiento y la aniquilación de su medio. La amenazan la desintegración de sus valores y cualidades de su carácter humano”, Konrad Lorenz. Decadencia de lo humano.
Alirio de los Ríos Flórez

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