Estafas a la orden del día
Señor director:
Es válido decir que resulta inexplicable que en pleno siglo XXI existan personas que se dejan “tumbar” de individuos que estafan, timan y hasta regresan para seguir engañando. Lo anterior lo afirmo porque es oportuno recordar y destacar que en el curso del año 1973, hace 52 años, en Colombia comenzó a operar una organización de estafadores denominada “reto a la grandeza”.
El conocimiento de la referida organización para delinquir se conoció, en primera instancia, por la publicación de una breve carta en la sección de correo del lector en el periódico El Tiempo de ese entonces y le correspondió a la Superintendencia de Sociedades, a cargo del abogado huilense Rómulo González Trujillo, investigar la situación que concluyó con el cierre de las oficinas y la justicia detuvo a varios directivos y algunos promotores. Un hombre identificado como Glenn Turner, quien era el jefe de la organización de timadores, estaba reclamado por el mismo delito en varios lugares de los Estados Unidos, logró huir de Colombia.
Tal y como ocurrió hace 52 años en Colombia, con la organización de estafadores llamada en forma ostentosa “reto a la grandeza”, ahora se vienen presentando muchos hechos protagonizados por delincuentes que “tumban” a muchas personas. Ingenuamente y por el interés económico desmedido, son muchos los ciudadanos que caen ante la acción de los timadores. Los estafadores continúan involucrando a sus víctimas para engañarlos mediante el ofrecimiento de jugosos intereses por inversiones, paseos a lugares turísticos y otros muchos métodos. Ya es hora de que la comunidad no caiga en las diferentes redes de hábiles estafadores, muchas que operan dentro de las cárceles, con la complicidad de algunos deshonestos guardianes.
Jorge Giraldo Acevedo
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