Erotismo
Señor director:

El escrito sobre erotismo que aparece en Papel Salmón el sábado 11 de octubre, de la autoría del escritor Edilberto Zuluaga Gómez, es bien interesante, y, también loable que haya personas que se interesen por el tema de la sexualidad humana, asunto bien complejo. Por mi carácter de especialista en Educación Sexual, haber sido docente de la cátedra en la Universidad de Caldas y miembro de la Sociedad Colombiana de Sexología, agrego conceptos atinentes, complementando con trabajos científicos, referentes importantes a nivel global.
En suramérica el científico colombiano Helí Alzate (1934-1998) referente a nivel mundial, logró con sus investigaciones establecer conceptos importantes que aclaran y coadyuvan en el desarrollo de un saber específico que ha sido objeto de juicios y conceptos descalificadores, sin argumentación científica alguna, resultado fundamentalmente de sostener pensamientos milenarios obsoletos que corresponden a credos religiosos.
Del citado científico que fue mi profesor en la Universidad de Caldas el siglo pasado, referenciemos lo aclarado en este aspecto, textualmente: “La sexualidad, …, tiene varias funciones, pero las dos principales son la reproducción y el placer”. La función placentera corresponde a la función erótica, que es la que concita el escrito con título Erotismo y muerte, y, tiene estudios de investigación publicados en revistas científicas que han sido objeto de estudio. La función reproductiva es la más antigua en la filogenia, y por ello es común a seres humanos y animales inferiores, y, la segunda es de muy tardía aparición cuando sucede la hominización y adquiere la función intelectiva.
Los científicos estadounidenses William Masters y Virginia Johnson con el “Ciclo de respuesta sexual” aclaran de manera específica la función erótica; Alfred Kinsey paradigma de científicos con sus entrevistas de más de cien preguntas, a 12.000 parejas en Estados Unidos, genera el estudio más importante para saber sobre la conducta sexual de los norteamericanos.
Menciono nombres de científicos, sin referenciar sus contribuciones: Magnus Hirsfeld, Helen Kaplan, Wilhem Reich, Simón de Beauvoir, Havelock Ellis, Gerard Zwang el francés que acuñó el concepto de la “petit morte” asociada al orgasmo y mencionada en el artículo de Papel Salmón. En Colombia, amén del “maestro” Alzate, mencionamos a Cecilia Cardinal, Octavio Giraldo Neira, María Lady Londoño, Pedro Guerrero y Alonso Acuña, todos ellos con aportes significativos en sexología.
Rigoberto Escudero Osorio

La pronunciación “Nobél”
Señor director:

En la llamada telefónica que el presidente del Comité de la Paz le hizo a María Corina Machado, el presidente, hablando en inglés, pronunció tres veces “Nobél”, con acento prosódico agudo, esto es, en la última sílaba.
Pero acá seguimos pronunciando “Nóbel”, con acento grave o llano, en la penúltima sílaba...
El fundador de los premios, el señor Alfred Nobel, seguramente pronunciaba “Nobél”, voz derivada de Nobelius (“Nobélius”, no “Nóbelius”).
Oidor
 

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