Trastorno mental
Señor director:
Anormalidad sicológica es lo que se observa en el presidente Petro. Sin duda posee una inteligencia aterradora y una memoria fuera de serie. Se ve que ha leído mucho y que sigue haciéndolo. Pero carece de realismo, de mesura, de sentido de las proporciones. Su visión del mundo y su ideología lo llevan al extremismo y a la imprudencia. Necesita tratamiento, y urgente, por el bien del país.
Ciudadano
La autoridad se diluyó
Súper delicado lo que está sucediendo con los anticívicos, aquellos que en su derecho a paros y huelgas trastornan sus protestas con bloqueos de vías, armando camorras, tomándose entidades del orden nacional y con aerosoles dañando fachadas de la propiedad pública y privada. Esas actitudes les está manchando su calidad de ciudadanos, que por definición tienen que ser respetuosos de la Constitución, las leyes y las buenas costumbres.
El Estado tiene que hacer cumplir una de sus funciones centrales, qué está relacionada con buscar la convivencia pacífica dentro de un orden público plenamente vigente. Si fallamos en eso viene la anarquía. “El congreso de los pueblos”, con sus actos de irrespeto a la Universidad Nacional, ejemplifica lo supradicho.
Rogelio Vallejo Obando
Mi barca
Desde antes de habitar la tierra, vivía y dormía en un barco viajero recorriendo el mundo, acompañado de hermosos rebaños, como paseando en los veleros de alta mar.
Tuve como amores preciosas sirenas de diez metros de altura, de piel rozagante y lindas pelambreras entre risadas.
Tuvimos muchos hijos que se quedaron acompañando y cuidando los azules océanos, hace miles de años, guiados por la brújula que permanece anclada con el timón desvencijado.
En las noches de brillantez y envilecimiento fluía el torbellino del amor con gloria y henos, insoslayable, delirante y refulgente de viveza, con pasión desenfrenada en busca de placeres.
Los marineros somos gitanillos que nos enclavamos en los callados, buscando descanso después de tanto remar en búsqueda de nuevas emociones que nos impacten positivamente y así sentir que estamos vivos de verdad, pero muchas veces también somos escarmentados o mosqueados por tanta aventura vivida, pero así como las piedras marmoladas se funden como el agua en borbotones.
Álvaro Alzate Ussma.