Como parte de celebrar la semana mundial del cerebro quiero que hablemos un poco más del órgano más sofisticado del universo y cómo podemos potenciar su funcionamiento independientemente de nuestra edad, grado de escolaridad o género.
Todo el tiempo tu cerebro está cambiando con lo que haces, piensas y consumes. Sin embargo, la mayoría de las personas llevan a cabo actividades que aceleran su deterioro, y no hablo precisamente de fumar, beber alcohol o consumir drogas, son actividades que a simple vista pueden parecer inofensivas.
Falta de actividad: nuestro cerebro evolucionó para aprender de manera constante. Imagina que es un mùsculo que si no lo entrenas pierde tono y fortaleza, de esa misma forma funciona tu cerebro.
Incluir actividades desafiantes como aprender de temas difíciles, conocer nuevos idiomas o hacer lecturas que te exijan pensar de manera diferente es el equivalente a salir a correr una maratón. Los estudios demuestran que realizar estimulación cognitiva tiene un efecto positivo no solo a nivel mental sino también emocional.
Pasa a la acción: elije esta semana una actividad para incluir en la rutina como parte de tu estimulación cognitiva desde los famosos crucigramas, sudokus o acertijos hasta pintar mandalas puede ayudarte a estimular tu cerebro y desarrollar neuroplasticidad, que se refiere a la capacidad para cambiar su estructura y adaptarse a los nuevos retos.
Consumo de azucares: según estudios realizados en la UCLA, lo que comes afecta como piensas, por lo tanto, el consumo de azúcares ralentiza nuestro cerebro y dificulta la memoria y el aprendizaje. La mayoría de las veces, los antojos de azúcar son una reacción natural al estrés. Tan pronto como nos sentimos abrumados, sentimos la necesidad de más energía, y la forma más fácil de obtener ese empujón instantáneo es a través del azúcar.
Pasa a la acción: Reemplaza los azucares con alternativas más saludables, en lugar de buscar un postre después de tu almuerzo, incluye un trozo de chocolate negro sin azúcar, disfruta de una fruta o tomate, un vaso de agua con unas gotas de limón, no es igual que el dulce sabor del azúcar, pero le hace mucho más beneficio a tu cerebro.
Dormir poco: tu sueño es muy importante en tu bienestar emocional, tu productividad y tu funcionamiento cerebral. En nuestro mundo impulsado por la hiperproductividad, muchas personas reducen su sueño para tener más tiempo para trabajar. Sin embargo, las consecuencias de la privación del sueño son fatales y pueden generar ansiedad, alteraciones en la concentración o, en el peor de los casos, la falta de sueño puede provocar la muerte de células cerebrales, la cual se ha relacionado con la pérdida temprana de la memoria o incluso la enfermedad de Alzheimer. Estos efectos pueden ralentizar su pensamiento, dañar su memoria y dificultar el aprendizaje. La investigación incluso muestra que la privación del sueño podría reducir el tamaño del cerebro.
Recuerda que cuando duermes tu cerebro realiza procesos muy importantes como limpiar las toxinas, consolidar el aprendizaje y procesar las experiencias vividas durante el día.
Pasa a la acción: La mayoría de las personas necesita de siete a ocho horas de sueño para sentirse bien y ser productivos, revisa cuántas horas estás durmiendo y ajusta tu horario. Una forma de hacer que el sueño sea más reparador es tener una hora regular para acostarte y levantarte, dormir en un espacio totalmente oscuro y con una temperatura fresca.
Hacer pequeños ajustes te va a permitir cuidar mejor de tu cerebro y tener una vida más sana.
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