Fernando-Alonso Ramírez
@fernalonso
Siempre he dicho que si algo me gusta del ejercicio de leer es el no perder la capacidad de disfrutar el libro por el mero gusto, sin mayores trascendencias, saber que hay gozo en la lectura de un poema o de un ensayo.
No obstante, cuando se tiene una columna como Hablemos de libros, que no trata de ser una crítica, sino justamente de entablar una conversación con otros lectores se corre el riesgo de ponerse uno muy serio y por eso intento sacudirme pronto de esos devaneos.
Me sorprende siempre el libro sobre el libro, aquel en el que alguien se mete en honduras sobre la escritura, en donde verdaderos expertos en el discurso narrativo, en las profundidades del hipertexto, se atreven a lanzar frases muy inteligentes sobre cada cosa.
Cuando empecé a escoger las frases de La lectura, otra revolución, de María Teresa Andruetto, me topé con que tenía subrayadas casi páginas enteras. Es de esas personas que son capaces de interpelar al lector o al oyente, porque fueron antes discursos varios textos de ella recogidos en este libro alrededor de la lectura.
Como sucede con buena parte de la intelectualidad argentina hay una carga política en las cosas que dice, pero no por eso dejan de ser ciertas muchas de esas afirmaciones. Con otras podrá uno controvertir, pero de eso se trata el maravilloso ejercicio de la lectura.
Tiene una mirada muy esperanzadora del rol del profesor como inspirador de otros, incluso del escritor, que sin proponérselo termina formando a su público, si resulta un autor profundo.
Muy interesante el llamado que hace a ser lectores críticos, a trascender del leer por leer o de la discusión de si hoy se lee menos que antes. Para ella, autora de textos infantiles, eso es prueba superada. Invita a que ahora nos preocupemos por cómo los lectores avancen a la reflexión, trascender a la crítica, como debe ser. Una lectura para revolucionar la lectura y para que luego hablemos de libros, profundizando, pero sin perder el gozo por el gozo mismo.
En frases
* No atesoramos el libro mejor escrito, atesoramos aquel que por razones que no siempre comprendemos nos interroga acerca de nosotros mismos.
* El lector -es- como un detective que husmea entre las frases, en los intersticios entre una palabra y otra.
* Descubrimos quiénes somos a medida que narramos a otros o a nosotros mismos lo que nos ha pasado.
* Un buen libro nunca es políticamente correcto, un buen libro siempre es incómodo.
* Lo que uno hace cuando lee no es entender al que escribió, sino comprenderse un poco más a sí mismo.
* La literatura no es el lugar de las certezas, sino el territorio de la duda y nada hay más libertario y revulsivo que la posibilidad de dudar.
D E S T A C A D O
Me sorprende siempre el libro sobre el libro, aquel en el que alguien se mete en honduras sobre la escritura.
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