Estimado Juan José:
Una de las razones por las cuales muchos jóvenes se han convertido en enemigos de la Fiesta Brava es porque les es más cómodo no tener que honrar conceptos como virilidad, masculinidad y hombría, que son precisamente las condiciones o calidades que deben diferenciar al hombre de la mujer, pues en ellas se debe buscar la feminidad, la dulzura, la suavidad y sobre todo la belleza de cuerpo y alma.
Dice el bambuco de Evelio Moncada y Bernardo Gutiérrez, música nacional que también desprecian los jóvenes que prefieren los ritmos extranjeros que provienen de países en donde generalmente muy poco aprecian a “los latinos”, vale decir a los que localmente glorifican estas monótonas tonadas: “De cuando ella era mozuela y yo apenas un muchacho, con miedo de dar el paso porque no era hombre completo, ya que en esos tiempos idos era tan difícil serlo……. Y pá enseñarlo a ser hombre lo echaban a los infiernos”. Hoy, como las nuevas generaciones han encontrado “todo hecho” buscan una vida muelle, sin esfuerzo y consideran que la sociedad está en deuda con ellos, nadie sabe por qué y aspiran a recibir gratuitamente todos los beneficios que sus mayores han logrado con tesón y esfuerzo, ya que de acuerdo con su torcida forma de ver la vida para ellos solo existen derechos, pero no conocen nada de deberes. Vale decir que le temen “a los infiernos” del trabajo esforzado, de la intrepidez intelectual que conduce a la formación y a la madurez y a la osadía que requieren para ser “hombres completos” que enfrenten la vida con valor, determinación y coraje. Estas nuevas generaciones desertan frente a las dificultades reales, le huyen a lo duro, se escabullen para no enfrentar la posibilidad de convertirse en verdaderos representantes del género masculino con todas las cualidades y quizá dificultades que esto implica.
Y precisamente la tauromaquia es una actividad que requiere altas dosis tanto de sentimientos como de virilidad, de valor, de temeridad y de arrojo que conforman la esencia del varón, del hombre recio preparado y dispuesto a enfrentar cualquier reto, bien sea material o intelectual. Quizá por eso se dice, cuando el público abronca ofensiva e injustamente a un torero, que no es debido aceptar que quince mil cobardes le estén gritando cobarde a un valiente.
Nuestra sociedad se torna cada día más débil, más floja, quizá en parte porque para cumplir con sus necesidades básicas son pocos los esfuerzos que se tienen que realizar; la leche sale de la góndola del supermercado, los muchachos “ni idea” que hay que madrugar a las cuatro de la mañana, llueve, truene o relampaguee a ordeñar la vaca, los alimentos, el vestuario, y tanto lo indispensable como lo suntuario aparecen como por arte de magia en los estantes de las tiendas; para obtener conocimientos no hay que desplazarse a la biblioteca pública, en bus o “a pata”, a investigar pues el sabio Google está esperando las preguntas, que pueden hacerse cómodamente desde sus teléfonos y así sucesivamente. Tal cual como dice Katie James en su canción: “Toitico bien empacao”. Y ojo, que todo ese confort se los dio el esfuerzo de sus mayores pensando en que harían gente de bien y no una comunidad de indolentes que por temerle al mundo real distorsionan la verdad y engañándose pretenden engañar.
Por eso vemos que los Toros en Colombia son una actividad de gente adulta o de jóvenes bien educados, poseedores de verdaderos valores humanos, que generalmente proceden de familias sencillas y trabajadoras, quizá de campo o provenientes de ciudades orgullosas de sus orígenes, en las cuales no se han perdido los principios éticos y morales y en las que aún se respetan las costumbres y tradiciones de esta patria que es Colombia. Recibe un abrazo de tu amigo. El Fraile
Añadido: Bastante “gaminería” se ha visto últimamente en el país. Pero no se está dando entre los “ñeros de la calle”, sino entre algunos distinguidos imitadores que no ocultan sus ardientes deseos de manejar el país, cuya pobreza dialéctica, su ignorancia en temas semánticos y su miseria lingüística, los conduce por el camino de la vulgaridad y la patanería.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015