Cuando el amor propio o autoamor es frágil o precario, fácilmente te la pasas complaciendo a todos.
No te quieres y, por eso, buscas aprobación y pones primero la felicidad de los otros que la tuya.
¿Qué necesitas? Dedícate a elevar el amor propio: Valórate, acéptate, y aprende “el valioso arte de decir no”.
Decide amarte mucho y poner límites. El primer amor es el amor a ti mismo y eso no es egoísmo.
Jeshua en su gran sabiduría lo dejó muy claro al afirmar: “Ama a los demás como a ti mismo”.
Necesitas decir no sin sentirte culpable y no andar en función de darle siempre gusto a los demás y de cargar cruces ajenas.
Repite con convicción: “No me pongo más de tapete porque me caminan por encima, ni de cojín porque se me recuestan”.
Hay cantidad de personas expertas en manipular y ponerse de víctimas y las atraes por asumir el rol de salvador.
@gonzalogallog
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