La venta de armas se disparó en los Estados Unidos, (las tiendas on line dicen no dar abasto y piden disculpas a su “distinguida” clientela), en medio del virus que nos azota y del cual todos sin excepción somos víctimas. Antes que mover a la solidaridad la gente, al menos la que se volcó a las armerías a apertrecharse de pistolas y municiones, ve a sus congéneres como hipotéticos enemigos, siente que ellos y su patrimonio están en inminente peligro.
Hay un dicho popular que dice que el ladrón juzga por su condición, es decir, que la transferencia, en lenguaje técnico, es un fenómeno mucho más común de lo que se piensa. Esto quiere decir que mientras no tengamos la madurez suficiente, seguiremos endilgándoles a los otros los temores y los miedos que nos asaltan, como también, y aquí hay un riesgo porque nos pueden birlar los sentimientos altruistas o desinteresados.
El individualismo exacerbado por la “cultura” neoliberal ha hecho del mundo un lugar donde los nacionalismos, afanados en considerar extranjeros sin ningún derecho a todos aquellos que no pertenezcan a una misma raza, vienen en aumento en los países llamados de primer mundo, sinónimo de ricos, cultos y/o civilizados.
Al respecto, Nuccio Ordine, humanista, profesor de literatura y pensador italiano: “La política neoliberal ha descuidado y puesto en riesgo los dos pilares de la dignidad humana, el derecho a la salud y el derecho al conocimiento”. Es más grave y más devastador, según él, que los nacionalismos, porque estos se limitan a un determinado territorio o nación, mientras que el Neoliberalismo domina la escena mundial. Esto ha hecho que algunos gobiernos como el de Inglaterra, Brasil o el nunca suficientemente bien denunciado de los Estados Unidos, se empeñen en concentrarse expresamente en el deterioro que la pandemia pueda causar a la economía, que en la salud de sus ciudadanos a los que es preferible dejar morir en aras de un “sacrílego” bien común.
En USA, por ejemplo, la salud es un problema individual, el sistema ha sufrido peligrosos recortes en los últimos años. Los que no tienen acceso a una atención privada, no podrán contar con los recursos necesarios para al menos una decorosa asistencia médica. De igual manera, el desprecio por la ciencia de algunos gobernantes como los arriba citados raya en el ridículo, solo que en razón de su inmenso poder tienen en vilo a la humanidad entera.
En abierta contradicción con la sabiduría ancestral de muchas culturas y pueblos que acuden a los ancianos de la “tribu” para desahogar sus penas, estudiar el presente y prever el futuro, el “vicegobernador de Texas Dan Patrick, (jefe de la anterior campaña de Trump en el mismo Estado, quien considera el aborto en cualquiera de los casos como una inmoralidad, un delito), pide a los adultos mayores sacrificarse para salvar el sueño americano” y propone dejarlos a su suerte en bien de salvar la economía. Otra vez el omnipresente Edipo masacrando al padre.
El premier inglés minimiza los estragos que seguramente vendrán y piensa, o al menos eso es lo que alegaba hasta que la realidad se le vino encima, que la naturaleza se encargaría de manejar las cosas creando los anticuerpos necesarios para inmunizar a la población. No es propiamente Darwin y su teoría de la evolución de las especies, sino una masacre inclemente contra los súbditos de la casa de los Windsor.
Hay otras voces igualmente potentes que nos señalan un horizonte común, que insisten en que a problemas comunes las soluciones también lo deben ser, incluso auguran que después de sobrepasar este problema el mundo habrá de entenderse como la casa común, el papa Francisco lo expresó así: “Nos sorprendió una tormenta inesperada y furiosa. Nos dimos cuenta que estábamos todos en la misma barca. Todos frágiles y desorientados, pero al mismo tiempo importantes y necesarios, todos llamados a remar juntos”.
“No existe ello. Todo lo que pasa, nos pasa.” Lynn Nugar.
PD: Es claro que no podremos sobrevivir como especie, si no contamos con el apoyo de una exitosa capacidad productiva para el sostenimiento de todos en el mundo.
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