Mientras haya mujeres, habrá poesía, trinó Bécquer, a quien cito de memoria. Mientras haya niños, habrá historias como las que he venido contando desde hace unos años:
Un niño que padecía cáncer cerebral le pidió a su madre que a su muerte donara sus órganos para salvar otras vidas: “He visto a mucha gente hacer esto y creo que son increíbles. Quiero ser increíble también”.
“... a los niños, cuando me molestaban por mi color, (mi madre) me enseñó a explicarles que era negra por haberme tragado muy chiquita un frasco de tinta china” (Teresita Gómez, pianista, en El libro de las celebraciones).
Anita le dice a su abuela: ¡El abue sí es amarrado...!
- ¿Por qué, mi amor?, le pregunta ella.
- ¡Mira los bananos tan chiquitos que compró! (se refería a los llamados murrapitos, bananos bonsái).
Mamá: por fa, búscame en YouTube una canción de un grupo que se llama Il Divo. La canción se llama Mamá. Es que me la tengo que aprender para una sorpresa del colegio que no te puedo contar porque es un secreto.
- Abuelito, te pusiste los calzoncillos al revés.
- ¿Me puse lo de atrás para adelante?
- No, abuelito: te pusiste lo cagao pa fuera.
El Nobel Bob Dylan le oyó decir a su abuela cuando estaba niño: “Ella, un dechado de nobleza y bondad, me dijo una vez que no existe un camino que conduzca a la felicidad: la felicidad es el camino”. (Crónicas Vol. 1).
Ilona, mi nieta de cuatro años y monedas, me dice en voz baja que me va a contar un secreto, pero solo en un oído. Le pido que me lo cuente: “Que tú no tienes pelo”.
“... siendo muy niño, había ido con mi padre a un velatorio y a la salida me había encerrado en un profundo mutismo que rompí cuando llegué a casa y le dije a mi madre, que acababa de interesarse por saber cómo había ido todo:
“Mamá, he pensado que a mí me aburriría mucho morirme”. (En Doctor Pasavento, de Enrique Vila-Matas).
“Mamá, ya hemos hablado de esto. No puedes publicar fotos mías sin mi consentimiento (Apple Martin, hija adolescente de la actriz Gwynett Paltrow). (También el hijo de un amigo que aportaba historias para esta columna le prohibió a su taita divulgar sus comentarios).
La profesora les preguntó a sus alumnos qué profesión les gustaría tener. Un pequeñín contestó: “Yo voy a ser un eco dentro de una montaña”. (En revista Selecciones).
A es una vocal y el que lo dice es una consonante. (Frase que repetíamos los chinches de la cuadra).
Petición de David, de tres años, a su abuelo: “¿Me lees un cuento de había una vez, abuelito?”.
“Dejen la paz quieta” (Luis, 9 años, Quibdó). (En el libro Los niños piensan la paz)
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